España: La Bestia Roja

Enzo Francescoli se lleva la pelota ante Francisco Villarroya. Uruguay lo tuvo en 1990.

Existe un seleccionado que históricamente ha sido una piedra en el zapato para los uruguayos: España.

Sí, el representativo de nuestra Madre Patria es, hasta el día de hoy, un problema insoluble para los orientales: nunca se le pudo ganar en 10 presentaciones desde 1950 a la fecha.

Lo curioso es que muchas veces se estuvo cerca, pero nunca terminó de alcanzar para cristalizar una victoria.

Se trata de cinco empates y cinco derrotas, que incluyeron dos encuentros por la Copa del Mundo y uno por la Copa de las Confederaciones.

Todo comenzó en el Mundial de Brasil en 1950, cuando el 9 de julio se vieron las caras por primera vez en el estadio de Pacaembú (San Pablo) ante casi 50.000 espectadores.

Fue el estreno de ambos en el cuadrangular final. Los ibéricos se habían quedado de forma categórica con el Grupo 2, derrotando en fila a Estados Unidos (3-1), Chile (2-0) e Inglaterra (1-0).

Uruguay, por su parte, venía de golear 8-0 a Bolivia en el único duelo por el Grupo 4.

No, España no era una potencia mundial, pero era un muy buen equipo, que venía desarrollando un juego directo y efectivo.

Los capitanes Obdulio Varela y Gaínza se saludan antes del inicio del match.

Sobresalían en su once el impecable arquero Antonio Ramallets (FC Barcelona) y una línea de forwards de primera clase: Basora (FC Barcelona), Igoa (Valencia), Zarra (el enorme goleador del Athletic de Bilbao), Molowny (Real Madrid) y Gaínza (wing izquierdo del Athletic de Bilbao, segundo capitán del combinado).

El partido fue durísimo para la Celeste, que se puso merecidamente en ventaja a los 29´ gracias a Alcides Ghiggia, con un gol prácticamente igual al que le convertiría pocos días después a Brasil. Sin embargo, en una ráfaga de dos minutos (37´ y 39´), Basora dio vuelta el resultado, volviendo todo cuesta arriba para los charrúas.

Minuto 37: Basora establece la igualdad.

Los minutos fueron pasando y la sombra de una derrota que podía complicar definitivamente la chance de campeonato se cernía sobre los orientales.

Costó remontar, pero a los 73´, un disparo potente y ajustado de Obdulio Varela fue la única forma de quebrar a un gigante Ramallets, que no pudo hacer nada para impedir el tanto. El festejo del “Negro Jefe” no fue festejo: se quitó la bronca por todo lo que había costado igualar, golpeando el pasto con su mano derecha al grito de “¡tenía que ser, tenía que ser!”.

Carlos Solé narra el gol de Obdulio.

Puede que suene extraño, pero ese gol de Obdulio fue uno de los más importantes del torneo para los nuestros, ya que dejó con vida al seleccionado de cara a lo que venía. A la postre, sería el único punto perdido por los muchachos de Juan López en el certamen.

Así lo vio la prensa española.

Empate con sabor a éxito a fin de cuentas, pero empate al fin.

Nota: está en idioma inglés.

Los siguientes tres partidos entre ambos seleccionados fueron amistosos, los dos primeros en España y, el restante, en Montevideo. ¿La tónica? Uruguay no ganó.

En la previa de la Copa del Mundo de Inglaterra 1966, en el estadio Riazor de La Coruña, se registró un empate 1-1 ante 25.000 personas.

A tener en cuenta: España era el vigente campeón de la Eurocopa (1964) y también jugaría el Mundial. Se trataba de un equipo de peso.

1966, España ante la Celeste. Parados (de izqda. a dcha.): Ufarte, Iríbar, Sanchís, Zoco, Eladio, Glaría. Hinchados (de izqda. a dcha.): Del Sol, Peiró, Marcelino, Lapetra y Gento.

Los celestes de Ondino Viera todavía seguían engranando y aquel sería el último partido del excepcional Julio César Abbadie con el seleccionado, antes de quedar eliminado en el último corte.

Otro dato no menor es que se trataba de dos cuadros que presentaban el uno a los pilares del Real Madrid vencedor de la Copa de Campeones de Europa de la temporada 1965/1966 y, el otro, a la base del Peñarol ganador de la Libertadores de 1966.

Así, mientras por un lado estuvieron Manuel Sanchís, Ignacio Zoco, Amancio Amaro (ingresó en el complemento) y Francisco Gento, del otro dijeron presente Ladislao Mazurkiewicz, Pablo Forlán, Nelson Díaz, Néstor Gonçalves, Omar Caetano, Julio César Cortés, Pedro Rocha, el citado Abbadie y Héctor Silva.

El once oriental en el 1-1 de 1966.

Curiosamente, uno de los pocos que no jugaba en Peñarol, Domingo Pérez (Nacional), anotó a los 44´ para la Celeste, igualando “Paco” Gento a los 75´.

El tercer duelo se efectuó el 23 de mayo de 1972 y fue un amistoso que representó la inauguración oficial del estadio Vicente Calderón de Madrid, ante 60.000 espectadores.

Los capitanes Espárrago y Calleja intercambian banderines. Se inauguraba el Vicente Calderón… y el casillero de victorias entre ambos oponentes.

No hubo mucho para recordar: España se impuso de forma justa 2-0 ante un Uruguay que presentó, entre otros, a Juan Masnik, Ildo Maneiro, Víctor Espárrago y Fernando Morena. El entrenador fue Washington “Pulpa” Etchamendi.

Se desnivela la balanza tras dos empates: España gana 2-0.

El 0-0 del 24 de mayo de 1978 en el Centenario es de aquellos que mejor olvidar. ¿Por qué? Porque la Celeste solamente sirvió de sparring para un seleccionado ibérico que se aprontaba para disputar el Mundial de Argentina.

Igualmente, la presencia de los Rodolfo Rodríguez, Walter Olivera, Washington González, Antonio Alzamendi y Venancio Ramos presagiaba vientos de cambio.

Si el empate 2-2 en Brasil 1950 había significado el punto de partida anímico para que Uruguay se encaminara a su cuarto título mundial, el 0-0 del 13 de junio en el estadio Friuli de Udine en Italia 1990 (Grupo E) fue el punto inicial de la caída charrúa en dicho certamen.

Veamos: los comandados por Oscar Washington Tabárez presentaban una selección ilusionante en cuanto a nombres. La categoría de Fernando Alvez, Hugo De León, Nelson Gutiérrez, Ruben Paz, Carlos Aguilera y Antonio Alzamendi, entre otros, estaba fuera de discusión. Todos triunfando en Europa. A ellos, hay que sumarle a Enzo Francescoli, en el top 10 de los mejores jugadores del mundo por aquel entonces, y a Ruben Sosa, fácilmente entre los cinco principales.

Debut celeste en Italia ante España. Parados (de izqda. a dcha.): Alfonso Domínguez, Fernando Alvez, José Batlle Perdomo, José Herrera, Nelson Gutiérrez y Hugo De León. Hincados (de izqda. a dcha.): Antonio Alzamendi, Ruben Pereira, Ruben Paz, Ruben Sosa y Enzo Francescoli.

La España de la “Quinta del Buitre”, es decir, la base de fenomenales jugadores canteranos del Real Madrid (Manuel Sanchís-hijo-, Míchel, Martín Vázquez, Emilio Butragueño y Miguel Pardeza), no era una amenaza grave. Al contrario: ellos debían preocuparse todavía más por los nuestros.

España. Parados (de izqda. a dcha.): Chendo, Zubizarreta, Michel, Roberto, Andrinua y Jimenez. Hincados (de izqda. a dcha.): Villarroya, Butragueño, Manolo, Sanchis y Martin Vázquez. 

Pero los nombres orientales nunca lograron conformar un gran equipo, lamentablemente fue una generación de diversos cracks que pocas veces rindió en conjunto de acuerdo a sus impresionantes antecedentes individuales.

Vázquez busca el pase ante la marca de Sosa.

De todas formas, ese día Uruguay jugó como nunca ante su rival, lo dominó por completo, lo minimizó, no lo dejó pensar, respirar ni jugar. Mereció derrotarlo por un par de goles. Hasta tuvo un penal que Sosa remató desviado. Ese empate fue derrota para Uruguay. Caló más hondo de lo esperado. El “Principito” no pudo retomar su brillante nivel inicial y los nuestros, con mucho trabajo, apenas llegaron a los octavos de final para retornar a casa pronto.

Momento cumbre en el debut celeste en Italia 1990: penal de Sosa, desviado.

Un año después, con Luis Cubilla al mando de la Celeste, España, en el estadio Carlos Tartiere de Oviedo, venció 2-1 en un amistoso. Los dueños de casa, con once de gala, mientras que los charrúas sin sus representantes del extranjero.

Uno de los juegos más interesantes y entretenidos, más allá de ser amistoso, se disputó el 18 de enero de 1995.

Uruguay, cuyo entrenador ya era Héctor “Pichón” Núñez, comenzaba su preparación de cara a la Copa América de ese año en casa. Es más, como para seguir haciendo vinculaciones: por aquellos momentos, se había invitado a España para que concurriera al certamen sudamericano, opción que finalmente acabó diluyéndose.

El Riazor de la Coruña recibió a los dos seleccionados, ambos de gala.

Oscar Aguirregaray y Gustavo Poyet, cuerpo a cuerpo con los españoles.

Los orientales jugaron muy bien y, con goles de Daniel Fonseca (18´) y Pablo Bengoechea (34´), dieron vuelta el resultado tras el 1-0 de Juan Antonio Pizzi.

Recién sobre el final, Donato (82´) pudo alcanzar la trabajada igualdad para el dueño de casa. Los celestes merecieron mejor suerte.

Resumen del España 2-2 Uruguay (1995).

Para la anécdota, aquel día se produjo el estreno absoluto de Álvaro Recoba como jugador de selección mayor. Ingresó a los 62´ y dejó varios destellos de su notable calidad, que asombraron a propios y extraños (un sombrerito a Fernando Hierro, ni más ni menos), más que nada porque, si bien ya era figura de Danubio, contaba apenas con 18 años.

Los lujos del «Chino» Recoba en un estreno soñado.

Dos nuevos amistosos con triunfos merecidos de España (17 de agosto de 2005, 0-2 en Gijón; 6 de febrero de 2013, 1-3 en Doha), fueron el preámbulo al último cotejo oficial: el de la Copa Confederaciones 2013, disputada en Brasil.

Fue el debut por el Grupo B, el 16 de junio en el estadio Arena Pernambuco y ante 50.000 espectadores.

Imparable Iniesta.

España venía de ser campeona de Europa dos veces de forma consecutiva (2008 y 2012) y campeona del mundo (2010), disfrutando de la mejor generación de su historia, con un juego de toque y posesión, fomentado por la escuela del Barcelona de Josep Guardiola, que pasó a la historia.

Luis Suárez la cuelga en el ángulo, pero no alcanzó.

Uruguay no se quedaba atrás ya que había sido el brillante campeón de América en 2011 y también disfrutaba de una generación sensacional, una de las tres mejores de su historia.

Sin embargo, los ibéricos ganaron de forma más amplia en lo futbolístico que en lo corto del resultado (2-1).

Confederaciones 2013: España vence de forma inapelable.

Aquí concluye el repaso a una historia que, si bien no ha brindado triunfos, sí ha marcado momentos históricos para la Celeste (1950, por ejemplo), y muchos otros que merecieron las alegrías que no se produjeron.

Lo bueno es que a esta historia todavía le quedan por escribir nuevos y mejores capítulos…

AUTOR: PABLO VEROLI

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