Scarone, la histórica pesadilla argentina que le calcó el gol 20 años después

José Piendibene es el máximo goleador uruguayo ante el seleccionado argentino con 18 tantos en 36 encuentros. Sin embargo, el máximo azote albiceleste en su historia (sí, leíste bien: historia) se llama Héctor Scarone.

“Rasquetita” le marcó 13 goles en 28 encuentros, pero lo suyo no se limitó solo a las conquistas en la red: su influencia fue total dentro del campo de juego… pero también afuera.

Basta con repasar la palabra de un símbolo argentino como el poderoso centre-half Luis Monti, “Doble Ancho”, rival en mil y una batallas del crack charrúa.

«De todos los adversarios que enfrenté, el único que no me dejaba dormir por las noches era Héctor Scarone».

Si queremos hacer un resumen de lo determinante que fue el mejor jugador del mundo de la década del veinte del pasado siglo en el clásico más importante de aquel entonces a nivel planetario, digamos que con apenas 18 años le marcó un impactante gol de cabeza a los albicelestes con el que Uruguay ganó en Montevideo la Copa América de 1917.

Volvió a anotarle en 1918 en el juego por la Copa Premio de Honor Uruguayo que se saldó con un 3-1 oriental (su gol abrió el camino); repitió señalando en la Copa América de Brasil 1919 (3-2) y, atención a este dato, entre el 18 de julio del citado 1919 y el 18 de julio de 1920, en 12 meses exactos, castigó a los hermanos del Plata en seis ocasiones en apenas cuatro partidos, representando todas victorias charrúas por las copas Lipton, Círculo de Prensa y Premio de Honor Uruguayo.

Copa América 1923. La Celeste vuelve a imponerse a Argentina.

No solo fueron goles, se trataba de calidad, técnica, guapeza y valentía. No había argentino que lo quisiera tener enfrente.

Siguió ganándole partidos junto a sus compañeros: 2-0 Copa América 1923; 2-0 Copa América 1926 y, entre 1927 y 1928, volvió a someter a Argentina en la red… ¡y de qué forma!

En el duelo por la Copa Lipton de 1927, llevado a cabo en el estadio de Boca Juniors, anotó un gol sensacional con una jugada en la que desairó a la pareja de backs, Ludovico Bidoglio y Humberto Recanatini, y al arquero, Octavio Díaz, el popular “Negro”.

En la Copa América de Perú 1927, se debatió contra todos los albicelestes, les marcó dos tantos, pero Uruguay perdió 3-2, jurándose revancha.

Copa América 1927. Recanatini marca de penal. Petrone y Lorenzo Fernández observan detrás del shoteador. A la derecha, Scarone, que anotó dos goles ese día, mira con atención el desenlace.

La misma llegó, ¡y de qué manera!, en la segunda final por el título mundial de los Juegos Olímpicos de Ámsterdam en 1928. Un  golazo suyo, producto de un notable zapatazo a distancia de sobrepique, tras peinada de René Borjas-el famoso “Tuya, Héctor”-, posibilitó a la Celeste la conquista del bicampeonato del mundo.

1928. Centro desde la izquierda de Roberto Figueroa, peinada de Borjas y orden: «¡Tuya, Héctor!». Gol y bicampeonato del mundo.

 Y completó su faena el 30 de julio de 1930, con el tricampeonato mundial oriental en Montevideo, obtenido en un 4-2 ante Argentina, con una asistencia clave para el gol de Pedro Cea del legendario “Rasquetita” Scarone.

1930. Uruguay tricampeón del mundo. A la derecha, el abrazo sentido de Lorenzo Fernández, Ernesto Mascheroni y el gran Héctor.

Sin embargo, todavía quedaba el último capítulo de la historia Scarone-Argentina…

En 1937, el sensacional entreala derecho-entre casi todos los puestos en los que jugó- no estaba retirado aún del fútbol. Ya tenía 38 años, pero había pedido pase al Montevideo Wanderers desde su club de toda la vida: Nacional.

Mientras se preparaba para hacer su debut en la Reserva del equipo “bohemio”, alternó defendiendo en algunas ocasiones al seleccionado uruguayo de veteranos que, en cuanto a nombres, no era otro que el viejo combinado multicampeón de América y del mundo entre fines de la década del diez y principios de la del treinta.

El 25 de mayo de aquel año, la formación argentina de veteranos pactó un amistoso contra su par celeste, con motivo de un nuevo aniversario patrio de la Revolución de Mayo.

Respeto es poco… Tapa de la revista argentina «El Gráfico» en 1924.

Huracán cedió su estadio y más de 5.000 aficionados se hicieron presentes en una mañana para vivar a los viejos cracks de ambas márgenes del Plata, cracks que habían terminado de jugar hacía muy poquito en su mayoría.

En otras palabras, no era un “solteros” contra “casados”, se trataba de un encuentro amistoso, sí, pero con reminiscencias a un pasado cercano y cargado de gloria.

Así, los viejos rivales, protagonistas de tantas tardes de lucha por casi 20 años, alinearon en el campo de juego.

Muschietti; Piaggio y Settis; Vigliola, Gross y Maufin; Tarascone, Mazza, Ravaschino, De los Santos y Spadaro (Corsetto) fueron los dueños de casa.

En tanto, Uruguay presentó un combinado con enormes rasgos del campeón de América y del mundo de 1924: Andrés Mazali; Ramón Bucetta, Emilio Recoba; Gildeón Silva, Eliseo Domínguez, Alfredo Ghierra; Santos Urdinarán, Scarone, Pedro Petrone (45´ Orestes Díaz), Pedro Cea y Ángel Romano (45´ Antonio Campolo).

1924. Posa Uruguay tras su título mundial en Francia. Quitando a Nasazzi, Arispe, Vidal y Andrade (segundo, quinto, sexto y séptimo de los parados desde la izquierda), todos los campeones estuvieron presentes aquella tarde de 1937 en cancha de Huracán. Mazali y Ghierra (tercero y octavo de los parados) y Urdinarán, Scarone, Petrone, Cea y Romano, la línea de ataque que aparece hincada junto a Ernesto «Matucho» Fígoli (masajista).

Siete de esos hombres habían alineado en 1924 en la final ante Suiza. La delantera, por caso, era exactamente la misma. Recordemos que José Nasazzi, José Leandro Andrade y Pedro Arispe, los otros titulares de aquella gesta, todavía seguían activos, en mayor o menor medida. José Vidal estaba alejado de la actividad.

Como para calentar motores, no hubo goles en el primer tiempo.

Sin embargo, de entrada en el complemento, Scarone hizo lo que mejor sabía: anotarle a los argentinos y conquistar el triunfo.

“Los uruguayos avanzan de continuo sobre las últimas posiciones de los argentinos, consiguiendo a los 5 minutos de iniciado este período un bonito tanto por intermedio de Scarone, quien, con su reconocida habilidad, remató de heading un medido centro de Campolo, haciendo inútil el esfuerzo del arquero rival”.

El Bien Público.

Sí, su último partido y gol ante los albicelestes fue exactamente igual al primero y 20 años después: de aquel cabezazo en 1917 para el 1-0 y el título de campeón de América celeste a este “heading” en 1937 para un nuevo 1-0 y el triunfo en una fecha patria.

Uruguay ganó finalmente 1-0. La gente festejó, los jugadores compitieron y luego se fundieron en un abrazo de camaradería. Fue una fiesta del deporte entre uruguayos y argentinos, fiesta que, como siempre que se enfrentaban, tuvo un protagonista único y excluyente: Héctor Scarone.

AUTOR: PABLO VEROLI

3 thoughts on “Scarone, la histórica pesadilla argentina que le calcó el gol 20 años después”

  1. Emociona leer (y releer e mi caso) estas crónicas. Mi niñez se alimento de otras iguales, que me hacían vivir aquellas gestas gloriosas. Mi bautismo fue cuando en la inauguración del busto al Padre de la Victoria, vi a todos esos señores serios, emocionados, rendir homenaje a Atlio Narancio. Mi padre me señaló quien era quien pero cuando pose mi vista en el Mariscal, supe porqué era distinto. Porqué ese señor (tal vez con 60 años, no recuerdo la fecha) de sobretodo era tan querido admirado, temido.

    1. Muchas gracias por tu comentario, Raúl. Es muy gratificante para nosotros saber que te gusta nuestra labor. Para ustedes la hacemos y para recordar y valorar siempre nuestra historia y sus glorias. Un abrazo.

    2. Comparto su opinión y experiencia. Nunca ví personalmente al «Terrible» pero tuve un tío abuelo que jugó en la reserva de Nacional cuando al primer equipo lo dirigía Ondino, según varias anécdotas que él contaba, sin dudas el que mandaba era el Mariscal. Gran accendencia por personalidad y formación. Una generación inigualable.

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