
Hasta fines del siglo XX, Uruguay nunca se caracterizó por ser un seleccionado con hombres que superaran el 1.85 metro de estatura.
El paso de las décadas, las mejoras en la calidad de vida, el acceso a la salud, la alimentación y la ausencia de guerras, permitieron que los orientales no solo aumentaran su expectativa de vida sino que, además, ganaran en estatura, como sucedió en muchos otros países con similares condiciones.
Domingo Tejera, el histórico back de Wanderers que defendió al combinado entre 1922 y 1932 y que conquistó dos títulos mundiales (1928 y 1930) y dos sudamericanos (1920 y 1926), era considerado un gigante por aquellos años al medir 1.89 metro.
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