El primer estadio del Uruguay

El sol otoñal atraviesa con dificultad la espesa fronda de los eucaliptos por la avenida 19 de Abril. Hace 120 años, esos árboles eran apenas retoños entre muchos otros que poblaban una zona de quintas, bordeadas por un arroyito de nombre peculiar, el Quita Calzones. El sosiego de aquellos días se mantiene en el presente, aunque durante pocos años conoció el bullicio de un estadio de fútbol. El primero que hubo en este país.

En abril de 1899, Albion Fotball Club inauguró en la actual esquina de 19 de Abril y Adolfo Berro, pleno Prado, una cancha con tribunas de madera. Duró muy poco, apenas unos siete años, pero allí se escribieron algunas de las primeras páginas de la historia del fútbol uruguayo.

Los últimos días del siglo XIX fueron los mejores del Albion, un club que nació para replicar el predominio extranjero en la actividad deportiva, se convirtió en la vanguardia del fútbol local y, justo cuando sus objetivos parecían cumplidos, perdió fuerzas rápidamente. A comienzos de 1900 jugó un papel fundamental en la creación de la Uruguay Association Football League, que con el tiempo se convertiría en la Asociación Uruguaya de Fútbol. En 1901 impulsó la organización de un seleccionado uruguayo. Siete años más tarde ya no competía.

La creciente atracción que despertaba el fútbol en 1899 y el papel que desempeñaba el Albion determinaron que la Empresa del Tranvía al Paso del Molino y Cerro le cediera un terreno con sus instalaciones en la avenida 19 de Abril, a pocos pasos de Agraciada, por donde circulaban sus coches. Fue la primera acción promocional vinculada al fútbol realizada por una compañía de transporte en Montevideo, algo que después se repetiría con el Parque Central, Belvedere, Las Acacias y la cancha aurinegra de Pocitos: las empresas creaban la atracción de un campo de fútbol y luego hacían sus ganancias transportando al público hasta allí los domingos, cuando por lo común caía la demanda.

Al promediar el siglo XIX, el Paso del Molino era un paraje de chacras alejado del centro, apenas servido por un servicio de diligencias. La llegada del tranvía “de caballitos” en 1870 contribuyó a su rápido desarrollo como zona de descanso veraniego de las familias de mejor pasar, que instalaron grandes quintas enjardinadas. Una de ellas, “El Buen Retiro”, de José Buschental, se abrió luego al público como “Prado Oriental”, lo cual terminó dándole su nombre al barrio.

Albion recibió la cancha de la empresa el 26 de marzo de 1899. El campo de juego estaba cercado y contaba con un palco de madera construido en el tradicional estilo británico, con un salón para socios y una dependencia para damas, que contaba incluso con un baño, comodidad suprema entonces. En los partidos de mayor importancia se añadía al costado una tribuna de madera, que llevaba la capacidad total a unos 5.000 espectadores. “El local nuevo resulta lo mejor en su especie de Sud América”, comentó El Día.

La inauguración tuvo lugar el 1° de abril de 1899 con el partido entre el Albion y la tripulación del buque británico H.M.S. Basilisk. Hubo discursos, la actuación de una banda musical militar y un gol de Lodge que le dio el triunfo a los dueños de casa.

La cancha, que nunca tuvo nombre propio (salvo la designación tradicional de la época: “field del Albion”) se convirtió en el escenario principal del fútbol montevideano, antecedente remoto del Estadio Centenario. Así, recibió:

—El primer encuentro internacional interclubes: Belgrano Athletic Club de Buenos Aires 1, Albion 0, el 1º de junio de 1899.

—El primer partido por la Copa Uruguaya: CURCC 2-Albion 1, el 10 de junio de 1900.

—El primer amistoso no oficial de la Selección uruguaya. Fue un enfrentamiento entre Albion, reforzado por dos jugadores de Nacional, y el combinado argentino, que ganó 3-2 el 16 de mayo de 1901

—El primer partido oficial de Uruguay, que perdió 6 a 0 ante Argentina el 20 de julio de 1902.

—La primera final por la Copa Uruguaya, correspondiente a la edición de 1903: Nacional 3-CURCC 2, el 28 de agosto de 1904.

Además, la cancha albergó certámenes de otros deportes, especialmente atletismo, porque el propio Albion ofreció a institutos educativos el uso gratuito de la misma.

Las fotos de la época reflejan en ocasión de los partidos una multitud apasionada y apretada, aunque todos de riguroso traje. Y no faltaban las damas, aunque una cobertura de la revista Rojo y Blanco de 1900 las muestra ajenas al devenir de la pelota, más bien en tren de paseo junto a la tribuna con sus largos vestidos y enormes sombreros. Eso revela que ya entonces el fútbol era un acontecimiento social, tal vez más que hoy en día.

De una costilla del Albion nació el Montevideo Wanderers Football Club. Un grupo de jugadores, liderado por los hermanos Sardeson, tuvo discrepancias con el resto y decidió marcharse para fundar un nuevo club. El acto se realizó el 15 de agosto de 1902 en un almacén y bar ubicado justo frente a la cancha, en una casa todavía existente.

Ese cisma desangró al Albion, ya afectado por el surgimiento de Nacional, y no volvió a ser el mismo. En los cien y pico de años posteriores se fue y volvió varias veces del fútbol oficial. También practicó otros deportes. Ya en el siglo XXI, sus directivos luchan por mantener su vigencia. De la vieja cancha no quedan rastros. En su lugar hay amplias residencias particulares, con balcones y jardines que dan a la arbolada avenida, de nuevo tranquila.

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