No, no fueron los seis goles de Dinamarca en 1986. Tampoco la derrota ante Francia en 1985 por la final de la Copa Artemio Franchi. Mucho menos la caída ante Brasil en el Maracaná en la definición de la Copa América 1989.
No. El golpe más doloroso que recibió la Celeste en toda la década del ochenta fue la derrota 2-1 ante Perú en el Centenario el 23 de agosto de 1981 por la segunda fecha de las Eliminatorias rumbo a la Copa del Mundo de España 1982.
¿Esa caída dejó afuera al seleccionado nacional? No, pero lo dejó groggy y el beso a la lona estaría a punto de llegar.
Pero antes de aquel fatídico encuentro, tenemos que ponernos en contexto.
El título de la Libertadores conquistado por Nacional apenas un año atrás había devuelto la Copa a Uruguay después de nueve años y había reverdecido el prestigio oriental en el continente, hasta ese momento apenas sostenido por las grandes actuaciones de la Sub 20 campeona sudamericana en 1975, 1977 y 1979.
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