En 1988, Danubio llegaba por primera vez a la cumbre del fútbol uruguayo con un equipo que por la calidad de sus integrantes y el juego desplegado, para muchos, ha quedado entre los mejores de la historia.
Aquel notable plantel de futbolistas motivó infinidad de comentarios, definiciones y apodos pero el más original e identificable, sin dudas fue el de Atilio Garrido con el que titulamos esta nota.
Hace 31 años, un fantástico grupo integrado en su mayoría por “gurises” formados en la cantera propia ganaron el Torneo Competencia, Campeonato Uruguayo y al año siguiente alcanzaron las semifinales de la Copa Libertadores de América.
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