
Entre 1923 y 1930, Uruguay fue, de forma indudable, el mejor seleccionado de fútbol del mundo. No solo por los títulos-tres campeonatos del mundo, tres Copas América, incontables copas menores como la Lipton y la Newton- sino por su innovador estilo de juego, su infalibilidad en los torneos oficiales, su invencibilidad en las finales y su condición de casi imbatible jugando en casa. A eso sumarle que en sus filas alistaron los mejores futbolistas del planeta de la época.
Porque que quede claro: no hubo en ese tiempo un arquero en el mundo como Andrés Mazali-más allá del promocionado Ricardo “Divino” Zamora, que también era un crack-, ni un back central y capitán parecido a José Nasazzi; un artista incomparable del balón como Ángel Romano; un peón de brega tan ganador como Pedro Cea; un goleador tan impactante y revolucionario como Pedro Petrone; un half back izquierdo como Álvaro Gestido y, sobre todo, ni un jugador que pudiera acercársele globalmente al mejor exponente futbolístico de entonces: Héctor Scarone. Pero no fueron los únicos; hubo más que brillaron y ayudaron a alcanzar la gloria máxima.
Seguir leyendo…