AUTOR: JAVIER DE LEÓN
¡¡¡La Copa América de 1983!!! ¡¡¡Cuántos recuerdos!!!
Así, a vuelo de pájaro, a flor de piel, espontáneo nomás, ¿qué surge en la memoria?
El gol de Diogo a Brasil, el salto maravilloso del Pato Aguilera en Bahía para el título, el doble gol del Enzo ante los norteños, la lesión de Morena ante Venezuela, la clasificación agónica e increíble a segunda fase, de que los celestes se enteraron en Escocia de madrugada cuando ya se daban por eliminados.
Un nuevo título continental, con Omar Borrás, como entrenador. Como tantas otras veces, ¡¡¡URUGUAY CAMPEON DE AMERICA!!! Hay tanto para contar, que procuraremos ser sintéticos.
UN AGOSTO FRENETICO
El 28 de julio de 1983, Peñarol perdió ante Gremio de Porto Alegre por 2-1, gol de Fernando Morena para los aurinegros, la segunda final de la Copa Libertadores de América, y clausuró el sueño de la bi-consagración.
Para el 1 de setiembre del 83 estaba fijado el debut de Uruguay en la Copa América, ante Chile en el Estadio Centenario.
Un mes y un suspiro, entre ambos hechos, que dieron lugar a un Agosto frenético, en lo previo al debut de los celestes.
Hace no tanto tiempo, 40 años, la participación de Uruguay en un evento de trascendencia, la Copa América por ejemplo, generaba un ejercicio de incertidumbres y discusiones, de la que felizmente nos hemos olvidado en estos tiempos de mayor organización y valorización de la selección nacional.
Pero los hechos del pasado están allí, y es bueno recordarlos
LA CELESTE A LA DERIVA
Después de la Libertadores, Peñarol tenía programada una gira por España en Agosto, que incluía la participación en la famosa Copa Teresa Herrera, en La Coruña.
El viernes 12 agosto, Mundocolor informaba de “Entradas Agotadas en la Teresa Herrera”, para el torneo que incluía a los aurinegros, junto al Real Madrid y Atlético de Bilbao, de España, y el Dinamo de Kiev, soviético en esos tiempos.
Peñarol se presentaba con su principal equipo, que incluía a Walter Olivera, el Tano Nelson Gutiérrez, Víctor Hugo Diogo, Mario Saralegui, Fernando Morena y Venancio Ramos, entre otros.
Mientras tanto, Uruguay conducido por Omar Borras, jugaba un amistoso en Perú, empatando 1-1 con la selección local. La alineación celeste: Rodolfo Rodríguez; Carlos Vázquez, Raúl Esnal, Eduardo Acevedo, Washington González; Jorge Barrios, Nelson Agresta, Juan Francisco Mulethaler; Carlos Aguilera, Wilmar Cabrera y Luis Alberto Acosta.
Era 11 de agosto, faltaban solo 20 días para el debut celeste en la Copa América. Un equipo jugaba en Lima, mientras varias de sus figuras principales lo hacían en España con su club.
Por eso, Mundocolor informaba que “la semana próxima los dirigentes de Nacional estudiarán cuál será el aporte de la institución a la selección celeste. Puede ocurrir que los tricolores decidan no dar a todos sus jugadores, atentos a que hay casos en la prestación de los clubes no es integral”.
El domingo 14 de agosto, Juan Ángel Miraglia titulaba su columna en El País: “LA CELESTE A LA DERIVA”.
Y agregaba: “El Ejecutivo (de la AUF) tiene que saber, debe saber, que la selección no tiene dirigentes, ni delegados, ni defensores auténticos. A los clubes, la selección les interesa por el dinero que directa o indirectamente les puede proporcionar. Y nada más. Frente a eso, no queda otra alternativa que los integrantes del Ejecutivo se conviertan en los únicos sostenedores, en los únicos `padres´ de la selección. Para eso, el Ejecutivo tiene que mandar, tiene que ejecutar y tiene que resolver. Para eso, el Ejecutivo que tiene poder, debe poner sobre la mesa lo que debe poner: su autoridad. Tiene que demostrar que manda, que ejecuta y que resuelve. Tiene que salir sin más pérdida de tiempo en defensa de la selección, que es una manera de defender la historia formidable del fútbol de este país. Si no lo hace, si no impone un criterio y una indispensable autoridad que se manifieste de inmediato, tendremos que comprender que este Ejecutivo ya entró en el círculo vicioso. Y que sus propósitos e intenciones, ya fueron lo suficientemente absorbidos por el egoísmo, la desaprensión o los intereses subalternos al fin de cuentas, de los clubes”.
¿CUANDO VUELVE MORENA?
Sigamos.
Recordemos. Uruguay debutaba el 1 de setiembre por la Copa América ante Chile.
El martes 14 de agosto, mientras Peñarol ya estaba en Valencia para un nuevo torneo, y la celeste debutaba en el Panamericano de Caracas con victoria 1-0 ante Venezuela con gol de Charlie Batista de tiro libre, EL PAIS informaba: “MORENA CONVOCADO POR BORRAS”.
“Fernando Morena fue convocado por el Ejecutivo de la AUF, el que trasladó la determinación a Peñarol a efectos que integre el equipo que jugará el 1ero de setiembre ante Chile por la Copa América. La ratificación que Venancio Ramos fue sancionado por dos partidos y el deseo del técnico Borras de contar con un mayor potencial para ese encuentro, fueron los factores determinantes de la decisión. Peñarol debe jugar los días 28 y 29 del corriente por la Copa `Ramón de Carranza´ en España, y para que Morena pueda estar a tiempo y forma a la orden de la selección, tendría que regresar sin jugar ese certamen. Como se recordará, ya estaba acordado que los futbolistas Gutiérrez y Montelongo regresarán para jugar el encuentro ante Chile”.
A 13 DIAS DEL DEBUT, SILBIDOS PARA LA CELESTE
Mientras Peñarol continuaba su gira por España, ahora en Valencia, MUNDOCOLOR titulaba el jueves 18 de agosto: “Caso Morena: Cataldi dialogará con los neutrales”.
Y agregaba en la información: “Cataldi decidió ir a conversar con los neutrales para aclarar la situación de Fernando Morena. Nos dijo el titular aurinegro que Peñarol firmó contratos en España que establecen la presencia del goleador, y el no cumplimiento del contrato puede perjudicar a la institución para futuros torneos”.
Ese mismo jueves, la celeste jugó otro amistoso, esta vez ante un club, Ferro de Argentina fue el rival, y resultó empate 0-0.
Se vendieron 9.578 entradas, arbitró Ernesto Filippi y la celeste alineó a Rodolfo Rodríguez, Esnal, Acevedo, Vázquez, Agresta, Wahington González, Alzamendi, Barrios, Wilmar Cabrera, Muhlethaler y Luis Alberto Acosta.
“EL DIA QUE EL AFICIONADO SILBO A QUIEN NO TENIA LA CULPA”, tituló su comentario Juan H. Alfonzo en EL PAIS.
“Ayer me fui con rabia del Estadio. Me dolió esa silbatina final del público, porque aun reconociendo que lo de la selección ante Ferro fue muy pobre, los jugadores son los únicos que no tienen la culpa en este proceso de preparación, que adolece de tantos defectos, que bien puede llamarse la desorganización mejor organizada”.
Otros tiempos, hace no tanto.
Desorganización mejor organizada.
Y silbidos del hincha hacia el jugador, porque el hilo invisible que une al aficionado con el futbolista estuvo quebrado durante demasiados años, desde 1974 hasta el 2010.
En tanto, el vienes 19 de agosto, EL PAIS, informaba que el dirigente de Peñarol Guillermo Goldie “viajará a Cádiz para gestionar con los organizadores de la Copa Ramón Carranza la vuelta anticipada de Fernando Morena para ponerse a las órdenes de la selección”.
Uruguay debutaba el 1 de setiembre ante Chile en el Centenario.
PERO TAMBIEN CONFLICTO POR LUIS ALBERTO ACOSTA
Los días seguían avanzando en aquel Agosto frenético
Las noticias estaban fuera de la cancha
El sábado 20 de agosto, EL DIA tituló a ocho columnas: “AUF EXIGE QUE ACOSTA ACTUE EN LA SELECCION”.
“EL JUGADOR VIAJA HOY PARA DEFINIR SU PASE A PUEBLA”, se consignaba en la “bajada” de la información.
En el texto, se decía que “el jugador Luis A. Acosta debe estar a la orden de la selección los días primero y cuatro de setiembre. Así lo estableció anoche el Consejo Ejecutivo de la AUF en una carta entregada a los dirigentes de Wanderers. En la misma agregan que la AUF no tiene impedimento alguno en otorgar el pase del futbolista, cumpliendo con esa condición. El futbolista viaja esta tarde a México junto al presidente albinegro Mateo Giri. Allí quedaría definido el pase al Puebla. De ser así, Acosta debe regresar para integrar la selección hasta el partido con Venezuela a jugarse en el Estadio Centenario el 4 de setiembre. Luego del mismo, quedará liberado para incorporarse al fútbol mexicano”.
LA LISTA DE 25 DE LA COPA AMERICA
Ya estábamos a martes 23 de agosto. Peñarol seguía en España y Uruguay jugaba la final de los Juegos Panamericanos ante Brasil.
EL PAIS informaba que “se desconoce aun cuando regresa Fernando Morena”. Faltaban solo diez días para el debut.
Peñarol estaba en Francia, en Toulouse, y desde allí, MUNDOCOLOR entrevistaba al delantero aurinegro: “ESTOY DISPUESTO A LLEGAR ANTES Y JUGAR CON CHILE”.
Morena agregaba que “Yo siempre tuve buena voluntad. Morena nunca fue enemigo de la selección, por el contrario, siempre he aceptado ir”.
La AUF registraba la lista de 25 jugadores para la Copa América
Ocurrió algo insólito.
Venancio Ramos, suspendido por dos partidos, no fue incluido. Pero cuándo se lo quiso utilizar en el tercer partido, la CSF (así se escribía, Confederación Sudamericana de Fútbol) adujo que no había cumplido la suspensión, por no haber formado parte de la lista de 25 futbolistas.
Conclusión: ¡tuvo que cumplir nuevamente la suspensión de dos partidos! Al final, fueron cuatro ausencias de Venancio en aquella Copa América.
Los 25 inscriptos por Uruguay fueron: 1) Rodolfo Rodríguez 2) Walter Olivera 3) Nelson Gutiérrez 4) Néstor Montelongo 5 ) Nelson Agresta 6) Washington González 7) Luis Alberto Acosta 8) Jorge Barrios 9)Fernando Morena 10) Arsenio Luzardo 11) Wilmar Cabrera 12) Gustavo Fernández 13)Eduardo Acevedo 14) Víctor Hugo Diogo 15) Mario Saralegui 16) Carlos Aguilera 17) Raúl Esnal 18) Carlos Vázquez 19) Víctor Rabuñal 20) Jorge Villazan 21) Antonio Alzamendi 22) Julio Acuña 23) Alfredo De Los Santos 24) Juan Muhlethaler 25) Eliseo Rivero.
URUGUAY CAMPEON EN CARACAS
“¡CONTRA LA HISTORIA NO SE PUEDE! ¡SOMOS DE ORO!”, titulaba EL PAIS luego de la victoria 1-0 ante Brasil con gol de Miguel Peirano, que le daba el título Panamericano a la celeste dirigida por el joven Maestro Oscar Tabárez.
Peñarol jugaba en Toulouse, y EL PAIS informaba que “LA AUF CONMINÓ A PEÑAROL AL REGRESO DE LOS SELECCIONADOS”.
“Los neutrales pidieron a Peñarol que adoptara las medidas necesarias para los jugadores Gutiérrez y Montelongo lleguen a Montevideo el día 26, que Fernando Morena arribe el 28, y Diogo, Gustavo Fernández, Saralegui y Walter Olivera, el 30”, agregaba EL PAIS.
¡¡¡Y Uruguay debutaba el 1 de setiembre ante Chile por la Copa América!!!
FALTA UNA SEMANA Y EL EQUIPO “NO ESTA”
Así titulaba EL PAIS, el viernes 26 agosto, luego del empate “despedida” antes de la Copa, ante Paraguay, en el Estadio Centenario.
Con 16.159 entradas vendidas, y con Ramón Barreto como juez, la celeste igualó ante Paraguay 0-0.
“Otro final entre Silbidos, Tras Media Hora auspiciosa”, escribía Juan H. Alfonzo.
“Otra vez la selección y otra vez los silbidos. A esta altura habría que preguntarse qué es lo que espera ver nuestra afición de este equipo celeste. Porque nadie puede pretender que la conjunción de esfuerzos que pretende armar Borrás con el plantel a su cargo pueda llegar a brindar espectáculo. Ni siquiera lograr un funcionamiento medianamente aceptable. Y esto no va contra ninguno de los que conforman el núcleo. Simplemente, es una realidad patente, que nadie puede discutir. Aquí hay varios jugadores que no tienen lugar en una selección `normal´. Aquí está Acosta que no se sabe si jugará ante los chilenos. No está Alzamendi porque se va para México. Viene Santelli que ni soñaba con la designación. Llegan hoy tres de Peñarol sin que se conozca siquiera en qué condición física se encuentran. En síntesis, esto es el caos, el desorden total. Entonces, con ese panorama- por todos conocido-, que pretende ver en el Centenario? Por qué otra vez los silbidos? Seguramente deben haber tenido como destino el Palco Oficial, o la persona del técnico Borrás, cuyas explicaciones no convencen a nadie, porque los jugadores, y lo repito, no son los culpables de la situación que vive el equipo de todos”.
A una semana del debut, la información era que Antonio Alzamendi se iba a Universidad Autónoma de Guadalajara, en trueque con Nacional y con Juan Ramón Carrasco, que volvía a los tricolores.
También que para ese viernes 26 agosto, estaba previsto el arribo de Fernando Morena junto a Nelson Gutiérrez y Néstor Montelongo,
Jorge Savia, en EL PAIS, entrevistaba a “BORRAS EN MEDIO DE LA NIEBLA”, y el entrenador celeste confesaba que los futbolistas aurinegros “Son importantes. Por eso mismo mañana sin falta voy a hablar por teléfono con (Hugo) Bagnulo. Yo tengo que saber no sólo quienes vienen, sino cómo vienen. Eso es lo que me importa”.
Faltaba una semana para el debut.
Y así estaba el panorama.
Algunos desmemoriados creen que lo previo a aquella Copa del 83 fue un camino de rosas y un cuento de hadas. Nada más alejado de la realidad.
¡¡¡BORRAS RENUNCIO TRES DIAS ANTES!!!
El sábado de mañana aún no habían arribado los tres jugadores de Peñarol, que se anunciaban como titulares para el jueves siguiente en el debut ante Chile. Morena, Gutiérrez y Montelongo habían quedado anclados en Buenos Aires, producto de la intensa niebla, la misma niebla en la que se encontraba Omar Borrás, según el periodista Jorge Savia.
Pero la última bomba antes de la Copa América explotó el lunes 29 agosto. En su edición del martes 30, a dos días del debut, EL PAIS titulaba: “WILMAR CABRERA PIDIO PASE PARA COLOMBIA”.
El título se complementaba con otro de impacto: “BORRAS RENUNCIO: `SI SE VA, ME VOY; NO SOY QUIJOTE´”.
Así como se lee. A tres días del debut celeste ante Chile, el entrenador Omar Borrás renunciaba a la selección uruguaya.
Jorge Savia así lo resumía: “Eran las dos de la tarde. La pegajosa vigencia de un resplandor tan claro como caluroso pareció querer sugerir la conveniencia de pactar una tregua con la lluvia. Sin embargo, en ese preciso momento el horizonte de la selección se oscureció de golpe; el plantel estaba por partir hacia Los Aromos cuándo llegó la noticia que Wilmar Cabrera había sido transferido al Millonarios de Colombia, y ahí mismo, en un diálogo breve y sin tensiones, Omar Borrás le hizo saber al neutral Sr. Roberto Recalt que presentaba renuncia”.
Así de concreto.
Ese lunes, después de la práctica la selección en Los Aromos, los dirigentes de Nacional fueron a buscar a Wilmar Cabrera, para llevarlo hasta la sede de la Asociación Uruguaya de Fútbol, dónde oficializó su pase al Millonarios de Bogotá.
Omar Borrás declaraba que “A grandes males, grandes remedios. Wilmar podrá pedir pase, pero no se va a ir…. Si se va, nos vamos todos. Yo, al menos, no voy a seguir de Quijote”.
Paralelamente, Antonio Alzamendi, aun perteneciendo al grupo de 25 futbolistas inscriptos para la Copa América, partía desde Montevideo hacia México, y así quedaba fuera de la Copa, en uno de los primeros negocios que emprendía y concretaba un joven contratista: Paco Casal.
Eran finales de agosto de 1983. Dos meses y monedas después, el 4 de noviembre, Uruguay le empataba de atrás, de visitante, a Brasil, Salvador, Bahía, y se consagraba Campeón del América.
¡¡¡Fútbol Uruguayo, increíble!!!
VICTORIA EN EL DEBUT ANTE CHILE
Aquel agosto del 83 trajo tempestades, de las políticas deportivas, y de las otras, con lluvia, viento y mal tiempo. El martes 30, con Wilmar Cabrera en campo, la celeste volvió a entrenarse en Los Aromos. Eran tiempos, que fueron los más, en que no existía el Complejo Celeste, y la selección debía recurrir a las concentraciones de los clubes para entrenarse y concentrar. Más aun, en aquel año hubo momentos en los que se utilizó una de las canchas del Batallón nro 13 en Avenida de las Instrucciones como campo de entrenamiento.
El jueves 1ero de setiembre de 1983 se inició el camino celeste en la Copa América.
“URUGUAY CON LO QUE PUEDE Y CHILE CON LO QUE TIENE”, titulaba EL PAIS.
Los taludes costaban N$ 20 para caballeros; las Tribunas Ámsterdam y Colombes, N$ 40; la Olímpica, N$ 60 y la Tribuna América, N$ 80. El lujo era la Platea América, a N$ 100 para caballeros. Tiempos de meses posteriores al quiebre la “tablita”, en Noviembre 1982, que llevó al dólar de N$ 15 a N$ 30, en menos de lo que aparece un marciano.
En EL DIARIO DE LA NOCHE, el Profesor Borrás declaraba: “No me importa qué hablen mal de mí; lo importante es qué hablen”.
Los celestes comenzaron jugando con Rodolfo Rodríguez, Nelson Gutiérrez y Eduardo Acevedo, Néstor Montelongo, Nelson Agresta y Washington González, Wilmar Cabrera, Jorge Barrios, Fernando Morena, Arsenio Luzardo (luego sustituido por Mario Saralegui) y Luis Alberto Acosta ( ingresó luego Carlos Aguilera ).
“EN GRAN NOCHE, URUGUAY DEBIO GOLEAR”, tituló EL DIARIO, aquella victoria en el debut por 2-1 ante los chilenos, con goles de Eduardo Acevedo al cierre del primer tiempo, y Fernando Morena de penal a los 20 del complemento. A 13 minutos del final, resultó expulsado el zaguero Nelson Gutiérrez.
“La actuación celeste arrancó la ovación de la tribuna”, escribía Atilio Garrido en EL DIARIO, reflejando los vaivenes emocionales que ayer, hoy y siempre han sido patrimonio de la tribuna. Los silbidos en los amistosos de días atrás se habían cambiado por ovaciones ante el triunfo en la apertura de la Copa América.
“Morena en actuación notable”, también escribía Garrido. Era el reencuentro del goleador con la celeste. La historia de Morena y la camiseta uruguaya despertó en la década del 70 historias de desencuentros y fracasos, como el Mundial de Alemania y la eliminación para Argentina 78. Ahora, Fernando vivía su mejor momento con la celeste. Tres días después aquella historia lamentablemente quedaría trunca.
Aquella noche que nacía Setiembre se vendieron 22.346 entradas. También nacía una ilusión, a los golpes, con mil contratiempos, pero ilusión al fin, que nos depositaría en la gloria dos meses después.
LA FRACTURA DE FERNANDO MORENA
Hay un episodio de aquella Copa del 83 que nadie olvida: la fractura de Fernando Morena.
El domingo 4 de setiembre de 1983 amaneció luminoso, y así permanecería. Uruguay debía jugar su segundo partido por la fase de grupos, ante Venezuela, en el marco de un triangular dónde la victoria y la diferencia de goles podría resultar clave.
A los venezolanos los dirigía un entrenador uruguayo entrañable, que ganó enorme prestigio en aquellas tierras: Walter “Cata” Roque, un señor.
Sin el Tano Gutiérrez en la zaga, expulsado en el debut, y suspendido por dos partidos, se anunciaba al moreno grandote de Wanderers, Raúl Esnal, como titular en la zaga junto a Eduardo Acevedo.
El Estadio estaba repleto. Se vendieron 52.567 entradas, y arbitró terna paraguaya; Gabriel González, Juan Francisco Escobar y Héctor Ortiz.
El público había vuelto al Centenario para apoyar a la celeste, con el sueño de una segunda victoria, y el amor ahora correspondido con fútbol, de Fernando Morena.
La celeste alineó a Rodolfo Rodríguez, Raúl Esnal y Eduardo Acevedo, Néstor Montelongo, Nelson Agresta, Washington González, Wilmar Cabrera, Jorge Barrios, Fernando Morena (a los 72 minutos Carlos Aguilera), Arsenio Luzardo y Luis Alberto Acosta.
“GANAMOS A VENEZUELA, PERDIMOS A MORENA”, titulaba la Revista Deportiva de EL DIA, reflejando la goleada 3-0 de los celestes, con conquistas de Wilmar Cabrera, Fernando Morena de penal y Arsenio Luzardo, dos minutos antes del “DRAMA”, como titulaba EL DIARIO.
A los 25 minutos del segundo tiempo “sobre el sector de la América, casi en mitad de cancha. Morena recibe el esférico, toca en pared con Luis Alberto Acosta, a quien marca Antonio René Torres, que lo faulea, luego que el puntero ha devuelto ya la pelota a Fernando. Pero el venezolano sigue en su descontrolada carrera y va con la plancha, con la cara externa de su pie derecho, directamente a la pierna de Morena, que había llegado primero y tocado la pelota hacia adelante. Fernando cae. Amaga reincorporarse y se toma la cabeza con las dos manos, cayendo nuevamente hacia atrás. Corren los compañeros que están más cerca de la jugada. Los gestos son claros, inconfundibles. ESTA FRACTURADO”, decía la crónica escrita por Néstor Pallares, Alberto Schiavone y Luis Montañes.
MORENA FRACTURA DE TIBIA, se escribió en el viejo Tablero electrónico del Centenario, y se exacerbaron los ánimos en la tribuna. Tibia y Peroné, en realidad.
En el mejor momento de Morena con la selección, con pico altísimo de rendimiento, dos goles en sendos partidos, y con dos victorias de Uruguay, caía en el campo de batalla. El ídolo fracturado fue un golpe al mentón de la afición.
Morena se fue del campo de juego acompañado por Wilmar Cabrera, que le tomaba su mano, en una imagen que quedó firme por siempre. En ese momento de dolor, poco importó que uno fuera el símbolo de Peñarol y el otro, de Nacional. Estaba la camiseta celeste por delante de todo.
“La pierna se le iba para todos lados”, confesó el kinesiólogo Alberto Ganeglus. “Gritaba que le dolía”, decía el camillero que lo transportó. “Quería matar a uno”, declaraba el punta Luis Alberto Acosta.
Uruguay había vuelto a ganar, esta vez 3-0, sumaba cuatro puntos sobre cuatro, pero poco importaba.
El público se agolpó luego del partido en el pasto del Parque Batlle, por detrás de la Tribuna América y Tribuna Colombes, para esperar la salida de los futbolistas venezolanos. Se hizo tarde, pasó largo rato, pero nunca aparecieron. La gestión de Eduardo Rocca Couture, tesorero en aquel momento de la Confederación Sudamericana de Fútbol, derivó en la cordura de hacerlos salir por la escalera entre Tribuna Olímpica y Tribuna Ámsterdam, para evitar que algunos muchos quisieran hacer justicia por mano propia.
CHILE GANA POR GOLEADA A VENEZUELA
Morena operado y de regreso a su domicilio.
El miércoles 7 de setiembre, en el tercer partido del triangular inicial de aquella Copa América, Chile recibía a Venezuela en Santiago.
Fue goleada 5-0 para los trasandinos, con la presencia del técnico Omar Borrás en las tribunas. El resultado nos empezaba a complicar, porque eran dos goles más que los que habíamos marcado a los venezolanos, y para un eventual desempate por saldo de goles, podía dejarnos fuera.
DERROTA EN SANTIAGO
El tercer partido de la celeste estaba marcado en Santiago, ahora visitantes ante los chilenos.
Ante la ausencia de Fernando Morena, también la de Luis Alberto Acosta por suspensión, y sin poder contar aún con Venancio Ramos, el DT Borrás pensaba en una solución no contemplada al inicio de la Copa: la inclusión de Alfredo De Los Santos como centrodelantero.
El domingo 11 de setiembre, una fecha no cualquiera en Chile, en el Estadio Nacional, a partir de las 19 horas, volvía a jugar la celeste.
La novedad de Alfredo De los Santos no era la única. En la zaga seguía suspendido Nelson Gutiérrez, por lo que Borrás optó por incluir al veterano zaguero de Peñarol, Walter Olivera. Arriba, jugaría el joven Jorge Villazán, campeón Sudamericano Juvenil dos años atrás en Quito.
Uruguay formó aquella tardecita en Santiago con Rodolfo Rodríguez, Walter Olivera, Eduardo Acevedo, Néstor Montelongo, Nelson Agresta, Washington González, Wilmar Cabrera, Jorge Barrios, Alfredo De los Santos (a los 70 minutos Carlos Aguilera) , Arsenio Luzardo y Jorge Villazán.
Arbitró el argentino Teodoro Nitti.
“FALTO FÚTBOL, TAMBIÉN IDEAS”, tituló Abayubá Hernández en EL DIA.
Chile nos ganó 2-0, con conquistas de Dubó y Letelier, y pese a las dos victorias iniciales de Uruguay, nos dejaba comprometidos en el grupo triangular. Había que golear en Venezuela y después esperar lo que ocurriera en el último partido entre chilenos y venezolanos, en tierra caribeña.
El partido de Santiago terminó con incidentes. “Cuándo los jugadores iban rumbo a los camerinos, un fotógrafo chileno fue agredido por Alfredo De los Santos. Recibió un puntapié del futbolista compatriota, lo que obligó a trasladarlo”, informaba EL DIA.
Franklin Morales, en EL DIARIO, escribía que “cuándo terminó el partido, la selección descendió al túnel en medio de una extraordinaria lluvia de proyectiles, que difícilmente- me permito pensarlo- la televisión haya llevado al exterior. Villazan tenía una herida en la nuca a consecuencia de un golpe en la cancha. Entonces apareció un reportero gráfico que intentó fotografiarlo. Intervino Aguilera que caminaba a su lado, pidiéndole no lo hiciera. Al parecer el colega gráfico reaccionó de mala manera, suscitándose una discusión en la que revoleó su máquina, ante lo que De los Santos actuó `en defensa propia´, según la definición jurídica dada a su intervención, golpeándolo”.
La cuestión se zanjó horas después con el juez actuante, denegando condena por lesiones graves y daños materiales, y decretando la libertad definitiva del Polilla De los Santos.
CUARTO PARTIDO: AMARGA VICTORIA
De Chile a Venezuela, para jugar el cuarto y último partido del grupo inicial.
“LA UNICA: UN MARCADO DE CIENCIA FICCION”, titulaba EL PAIS el martes 13 de setiembre.
Hacía alusión que era necesario golear ampliamente a Venezuela en Caracas, para quedar a cubierto de una posible victoria de los chilenos ante los venezolanos en el último partido, y así clasificar a semifinales por mejor saldo de goles que los trasandinos.
El título olvidaba otras alternativas, ¡¡QUE OCURRIERON!! Pero no nos adelantemos.
El miércoles 14 de setiembre, EL PAIS informaba que luego del partido en Venezuela por Copa América, retornarían 5 futbolistas y un delegado hacia Montevideo, de forma tal que la delegación que viajaría para los amistosos en Escocia e Israel sólo la compondrían 16 futbolistas, “por razones económicas”.
Pero un día después, el jueves 15 setiembre, se titulaba que “CELESTES DISPUESTOS A JUGAR GRATIS UN PARTIDO PARA SEGUIR TODOS JUNTOS”.
El viernes 16 de setiembre el título de MUNDOCOLOR fue lapidario: “ACUSAN A JUGADORES”, y agregaba “BORRAS: PRACTICAN CON DESGANO”.
“Wilmar (Cabrera) fue displicente en el entrenamiento; hablaré con él y si no reacciona, lo saco”, decía el entrenador de Uruguay.
El domingo 18 de setiembre era el cuarto y último partido de la celeste en el grupo inicial, ante Venezuela en Caracas.
Según informaba EL DIA, en la delegación se vivía “un clima no adecuado en la antesala de un partido tan trascendental”, porque después de idas, venidas, negociaciones, propuestas que no fructificaron, se había decidido que un día después del partido, el lunes, regresarían a Montevideo, Raúl Esnal, Arsenio Luzardo, Jorge Villazán y Juan Muhlethaler, quien no participarían de la gira en Escocia e Israel.
Uruguay jugó aquella noche en Caracas ante Venezuela con Rodolfo Rodríguez, Walter Olivera, Eduardo Acevedo, Nestor Montelongo, Nelson Agresta (a los 70 Alberto Santelli), Washington González, Carlos Aguilera, Jorge Barrios, Wilmar Cabrera, Mario Saralegui (a los 58 Víctor Diogo) y Luis Alberto Acosta.
“AGONICO TRIUNFO, DEBIL ESPERANZA”, titulaba EL DIA la victoria por 2-1 ante Venezuela, con goles de Alberto Santelli y Carlos Aguilera en el último cuarto de hora, descontando Febles para los locales.
A los 54 minutos fue expulsado Néstor Montelongo.
Así, Uruguay cerraba sus cuatro partidos en el grupo, con 6 unidades y un saldo de goles de 3 positivo. Pero Chile, al que le restaba su último encuentro, tenía 4 unidades y un saldo de 6 positivo.
Conclusión: si Chile le ganaba a Venezuela en Caracas en el último encuentro del grupo, por cualquier marcador, clasificaba y dejaba eliminado a Uruguay.
Y la celeste nada podía hacer. Sólo rezar.
ALEGRIA EN ESCOCIA DE MADRUGADA
Uruguay viajó hacia Escocia para iniciar la mini-gira de dos partidos, luego de cerrar el grupo ante Venezuela en Caracas.
Mientras tanto, Chile viajaba hacia Venezuela para jugar el miércoles 21 setiembre de aquel 83, ante los locales, con la única exigencia de ganar a la selección que había acumulado derrotas, para clasificar. Y en Buenos Aires, fallecía Ángel Labruna, genio y figura del fútbol argentino, y que en nuestro país había jugado en Rampla Juniors en el ocaso de su carrera.
El miércoles 21 de setiembre, la primavera alumbró para Uruguay.
En la tarde nuestra, por la diferencia horaria, se cayó ante Escocia en el Hampden Town de Glasgow por 2-0.
En la noche venezolana, madrugada en Escocia, sucedió el MILAGRO.
Chile no pudo con Venezuela, apenas alcanzó el 0-0, y Uruguay, a miles de kilómetros de distancia, festejó la clasificación.
Así lo contó Juan Ángel Miraglia en MUNDOCOLOR, quién estaba en la cobertura de la gira: “Algo casi increíble sucedió en el hotel donde se alojaba la delegación celeste. Faltando diez minutos para terminar el partido ( el de Venezuela ante Chile) , en la habitación del Patito Aguilera sonó el teléfono, lo que provocó que el jugador se despertara, y al atender, se encontrara con la grata sorpresa que era su padre, quién lo llamaba desde Montevideo. Luego de los saludos de rigor, Aguilera padre , acercó el aparato de radio al tubo con la transmisión de Lalo Fernández y el Dr. Da Silveira, directa desde Caracas, y así fue que el jugador de Nacional y la Selección pudo seguir emotivamente esos últimos minutos del juego entre Venezuela y Chile. No termina acá la anécdota, pues alertados los acompañantes de lo que sucedía, se fueron despertando y acercando todos los miembros de la delegación a la habitación del Patito , que quizás por cábala, les dijo que Chile iba ganando 1 a 0 !!! Jugadores, dirigentes y los técnicos, la mayoría en ropa de dormir, se quedaron silenciosos en la habitación, mientras Aguilera seguía oyendo el relato. El hecho que los descuentos se estiraran en el tiempo puso más nervioso al Patito , aunque no tanto al resto , convencidos que perdían la clasificación. Sin embargo, al anunciarse el final con empate, Aguilera hijo comenzó a festejar, tanto fue así que se le cayó el teléfono de las manos, el que tuvo luego que recoger para saludar y felicitarse con su padre. De tal manera curiosa, sin dudas, la delegación uruguaya en Escocia pudo enterarse al momento de ese final dramático pero luego, largamente festejado, incluso por lo que al principio no creían, y tomaron ellos el teléfono para convencerse que, ahora si, el Patito no les mentía…”.
AHORA, SEMIFINALES
Ya clasificados, se viajó hacia Tel Aviv, para jugar el segundo amistoso, ahora ante Israel.
MUNDOCOLOR daba cuenta que “AUF pedirá al Polilla Da Silva para las finales”, abriendo el juego que llegaran futbolistas desde el exterior para las semifinales de la Copa América.
Walter Olivera recordaba que “Por clasificar, no se debe borrar con el codo lo hecho con la mano”, en declaraciones a Juan Ángel Miraglia desde Israel.
El domingo 25 de setiembre, desde Israel, Miraglia informaba que la gira de la selección por los dos países dejaba un “SALDO: PERDEMOS 50,000 DOLARES”.
La selección no se autosustentaba. Otros tiempos eran aquellos.
Con dos goles de Carlos Aguilera, el lunes 26 de setiembre se empataba 2-2 con Israel. Y se regresaba a Uruguay.
Antes de emprender vuelo, Venancio Ramos declaraba en MUNDOCOLOR: “No sé qué será de mi futuro; pero no quiero ni pensar”.
Un mes después, estaba enviando el centro para el gol del Pato Aguilera en Bahía, ante los brasileños.
BORRAS PIDE A ENZO
El jueves 29 setiembre , EL PAIS titulaba: “LLEGO URUGUAY Y EL TECNICO PIDE A WILMAR Y FRANCESCOLI”.
Wilmar Cabrera había viajado para incorporarse al Millonarios de Bogotá luego del partido en Venezuela, y Borrás solicitaba que volviera para los partidos de semifinales ante Perú.
Enzo Francescoli había sido transferido en abril de aquel año a River argentino, y deambulaba en un primer año con muchas dudas, al punto tal que desde Argentina muchas veces apuntaban a que su contratación había sido un error de los millonarios.
Pero con Borrás había sido clave en el torneo de la India a comienzos del 82, cuándo el entrenador tomó la selección nacional, y Borrás le tenía mucha confianza. Ante la fractura de Morena, el DT sabía que debía reforzar el equipo si quería ganar la Copa.
El martes 4 de octubre, EL PAIS titulaba: “MISION CUMPLIDA: ENZO EN LA SELECCION”.
En viaje a Buenos Aires, el profesor Borras y Juan José Rognoni, vicepresidente de la AUF, concretaron con Enzo Francescoli y con los dirigentes de River, la cesión del volante para las semifinales ante Perú, y las eventuales finales.
Como nada es gratuito, debió contratarse un seguro por US$ 372.000, para asegurar al futbolista de eventuales lesiones.
NADA ES CAMPO DE ROSAS
En los días posteriores, el tema era la cesión de Wilmar Cabrera por parte del Millonarios de Bogotá. Télex va, télex viene, alguna llamada también, pero costaba concretar.
Paralelamente, se confirmaba la convocatoria para Walter Olivera, pese a haber sido transferido al Atlético Mineiro de Brasil. Había pedido pase, viajaba a Brasil, y retornaba, para ir hacia Perú con la selección. Todo un periplo antes de integrarse al combinado.
El sábado 8 de octubre, pocos días antes de la semifinal de ida en Lima, EL DIA titulaba: “ DIFERENCIAS POR PREMIOS ENTRE JUGADORES Y AUF”.
Jorge Barrios, suspendido dos partidos por la expulsión en el amistoso en Escocia, quedaba al margen. Pero finalmente pudo jugar, porque interpretaciones reglamentarias lo habilitaron.
Rodolfo Rodríguez, lesionado, según titulaba EL PAIS, el miércoles 12 de octubre, estaba en duda.
Finalmente llegó el télex. Wilmar Cabrera autorizado por el Millonarios.
VICTORIA DE VISITANTE EN LA IDA
Llegó el día. El jueves 13 de octubre fue la ida de las semifinales de la Copa América, ante Perú, en el Estadio Nacional de Lima.
La celeste jugó con Rodolfo Rodríguez, Nelson Gutiérrez, Eduardo Acevedo, Víctor Hugo Diogo, Nelson Agresta, Washington González, Carlos Aguilera, Jorge Barrios, Wilmar Cabrera, Enzo Francescoli y Luis Alberto Acosta. Ingresaron Venancio Ramos por Acosta, y Mario Saralegui por Aguilera.
Fue una gran victoria. El gol de Carlos Aguilera a los 20 minutos del segundo tiempo marcó la diferencia para el 1-0 ante Perú. Victoria de visitantes que nos dejaba en las puertas de la final de América.
¡¡CLASIFICADOS A LA FINAL!!
El sábado 15 de octubre, EL DIA titulaba: “PREMIOS: MAÑANA A LAS 10 REUNION DECISIVA”.
Uruguay estaba a las puertas de la revancha ante Perú en el Centenario, para llegar a la final de América, y el tema Premios aún no estaba resuelto. Esa Copa no fue la excepción, pues en varios torneos a lo largo de los años en el pasado, se llegaba hasta la escalerilla del avión con la discusión por los premios aún pendiente.
También se informaba que luego de una “complicada negociación”, se había logrado un “ingreso extra” para la AUF. “Por concepto de derechos de televisión y publicidad estática del Estadio Centenario del partido del jueves próximo por la Copa América entre Uruguay y Perú, la AUF cobrará N$ 873.200. La suma se desglosa así: US$ 20.000 por la televisación y US$ 3.600 por la venta de la publicidad estática. Una cantidad más que importante para las alicaídas arcas de nuestro fútbol, obtenida en una complicada negociación que cristalizó sobre la hora 20 del jueves, por la habilidad comercial de los Neutrales”.
El martes 18 de octubre, EL PAIS titulaba “FRANCESCOLI SENTIDO Y SOMETIDO A QUIETUD”. “Si el volante evoluciona juega el mismo equipo que ganó en Lima”.
El jueves 20 de octubre fue la revancha con Perú en el Centenario.
Un Estadio con 58.000 entradas vendidas, y con el argentino Arturo Ithurralde de juez, vio salir a la cancha con la celeste a Rodolfo Rodríguez, Nelson Gutiérrez, Eduardo Acevedo, Víctor Hugo Diogo, Nelson Agresta, Washington González, Carlos Aguilera, Jorge Barrios, Wilmar Cabrera, Enzo Francescoli y Luis Alberto Acosta. Otra vez los cambios fueron Venancio Ramos por Acosta, y Mario Saralegui por Aguilera.
El “INDOMABLE ESPIRITU CELESTE”, como tituló EL PAIS, llevó a los celestes a la final de América.
Fue 1-1, con gol inicial de Malasquez a los 23 del primer tiempo, pero con igualdad de Wilmar Cabrera a los 4 del complemento, con gran cabezazo
La “FORMIDABLE MORAL Y CONVICCION DE UN TEAM INDOMABLE”, como comentaba Juan Ángel Miraglia, nos puso otra vez en la definición de la Copa.
BRASIL POR UNA MONEDA
Esta es otra de las anécdotas de la Copa del 83, que difícilmente se recuerden,
Brasil empató con Paraguay 0-0 en la revancha jugada en Uberlandia, y como también habían igualado en la ida en Asunción, la clasificación a la final se resolvió ¡¡¡CON UNA MONEDA!!!
Lo insólito fue que la moneda cayó debajo de una mesa del Salón de Honor del Estadio, y algunos aficionados paraguayos que observaban el sorteo, creyeron ver el nombre “Paraguay” en la moneda y salieron festejando.
Jugadores brasileños rompieron a llorar en el instante en que la noticia fue divulgada por radios brasileñas, Pero el responsable del sorteo, el boliviano Edgar Peña, se metió debajo de la mesa, y anunció que la moneda marcaba a BRASIL como finalista de la Copa….
LA PRIMERA FINAL EN CASA
Nada del fixture estaba definido de antemano. El sábado 22 octubre se anunciaba que había acuerdo para jugar la primera final el jueves 27, pero tanto uruguayos como brasileños querían ser locales en el partido de Ida.
Y estábamos a sábado, y el jueves debía jugarse el partido.
El domingo se decidió. La ida sería en Montevideo, y la revancha el 4 de noviembre en Bahía.
El hecho de llevar los encuentros hasta noviembre ponía en duda la presencia de Francescoli, Wilmar Cabrera y Walter Olivera, cuyas cesiones habían sido solucionadas, pero para el mes de octubre.
El jueves 27 de octubre, con anuncio de Estadio repleto, se jugó la primera final. Escribimos “anuncio”, pues hasta el día previo se llevaban vendidas 34.574 localidades, y aún quedaban entradas a la venta el día de partido.
Finalmente 58.714 entradas vendidas, y terna paraguaya. Héctor Ortiz, Juan Francisco Escobar y Gabriel Escobar.
Los celestes con Rodolfo Rodríguez, Nelson Gutiérrez, Eduardo Acevedo, Víctor Hugo Diogo, Nelson Agresta, Washington González, Carlos Aguilera, Jorge Barrios, Wilmar Cabrera, Enzo Francescoli y Luis Acosta.
Brasil con Leao, Marcio, Mozer, Leandro, China, Junior,
Renato Portaluppi, Jorginho, Roberto Dinamita, Renato Federico y Eder.
Ingresaron Miguel Bossio por Aguilera y Venancio Ramos por Acosta en los celestes, y Tita por China en los norteños.
“OTRA VEZ GRITAMOS URUGUAY”, tituló EL PAIS, porque URUGUAY GANÓ 2-0 A BRASIL.
INOLVIDABLES GOLES
Cada gol tiene su historia y son inolvidables.
A los 41 minutos, Enzo Francescoli puso la apertura de tiro libre.
Lo mágico de aquella conquista fue que Enzo ¡¡DEBIO HACER EL GOL DOS VECES!!
Porque en la jugada previa, convirtió el gol, pero el árbitro paraguayo Ortiz no concedió la ley de la ventaja por una falta a Acosta, y anuló toda acción señalando el tiro libre por la infracción. Que en realidad había sido penal y no tiro libre.
El 10 celeste acomodó entonces la pelota en el piso, miró la barrera, y la tocó de chanfle por un costado de la barrera, clavándola en el ángulo izquierdo, bien arriba, del arco de Leao.
¡INCREIBLE! DOS X UNO. Tuvo que hacer dos goles para que le convalidaran uno.
La segunda conquista fue de Víctor Hugo Diogo, a 10 minutos del final, también inolvidable.
Por todo. Por la jopeada de Diogo a dos brasileños en el inicio de la jugada, por la devolución perfecta del Pato Aguilera para el lateral celeste, por la definición final ante Leao.
Otro gol que quedó por siempre en la memoria el futbolero uruguayo.
¡¡¡FINAL, FINAL, URUGUAY NOMA, CAMPEONES!!!
El martes 1ero de noviembre partieron los celestes hacia Bahía, para jugar la segunda final. Se precisaba un empate para ser campeones. En caso de ganar Brasil, la Copa se definía en tercer partido en Asunción.
EL PAIS titulaba que “NINGUNA SEGURIDAD QUE PUEDA JUGAR WILMAR”, porque el punta celeste había regresado a Colombia luego de la primera final, para jugar con su equipo Millonarios. El domingo tenía un partido clave ante el Junior, y la segunda final de América era el viernes. Aunque parezca insólito, así fue.
“AGUA FRIA, PIEDRAS, MACUMBA Y CARNAVAL SOPORTAN EN SALVADOR, LOS URUGUAYOS”, titulaba en EL DIARIO, Atilio Garrido, desde tierra norteña, en la edición del jueves 3 noviembre.
“MUJERES EN EL HOTEL Y PIEDRAS AL OMNIBUS”, escribía Juan H. Alfonzo para el EL PAIS, ese mismo día.
Ese era el clima de la segunda final de América.
A Walter Olivera y Wilmar Cabrera los esperaban la mañana del viernes 4 de noviembre, día de la definición.
El aeropuerto de Belo Horizonte estaba cerrado por intensas lluvias, y el zaguero no había podido viajar.
En el caso de Wilmar Cabrera, se lo esperaba a las 9 de la mañana del 4 de noviembre. “Está bien como para jugar”, informaba EL DIA. Agregaba que el futbolista viajaba junto al presidente de Millonarios, Tamayo, y a Eugenio Figueredo, quién había realizado las gestiones en Colombia para su cesión.
A las 21.30 del viernes 4 de noviembre de 1983, a la Cancha.
En el Fonte Nova de Salvador, Bahía, ante 95.000 personas, y con el arbitraje del peruano Edinson Pérez.
Uruguay con Rodolfo Rodríguez, Nelson Gutiérrez, Eduardo Acevedo, Víctor Diogo, Nelson Agresta, Washington González, Carlos Aguilera, Jorge Barrios, Wilmar Cabrera, Enzo Francescoli y Luis Alberto Acosta. El DT era Omar Borrás.
Brasil con Leao, Marcio, Mozer, Paulo Roberto, China, Junior, Tita, Jorginho, Roberto Dinamita, Sócrates y Eder. El DT era Carlos Alberto Parreira.
A los 43, Careca ingresó por Roberto Dinamita. En Uruguay, al inicio del segundo tiempo, Venancio Ramos ingresó por Acosta, y a 7 del final, Miguel Bossio sustituyó a Aguilera.
Brasil ganaba con el gol de Jorginho a los 23, pero…. ¡¡pero siempre la celeste!!
A 13 minutos del final, Carlos Aguilera, pequeño gran gigante, se elevó entre las torres de Marcio y Mozer, y conectó el cabezazo triunfal. El centro de Venancio Ramos fue magnífico, poniendo otra vez su firma en una final, como en el centro de la Copa de Oro para Victorino.
¡¡¡URUGUAY 1- BRASIL 1!!!
¡¡CAMPEONES DE AMÉRICA OTRA VEZ!!
“Otra vez la Gloria Celeste e Imponente Festejo Popular”, titulaba Juan Alfonzo en EL PAIS.
“Cualquiera puede hacer Historia, pero sólo los Grandes la pueden Escribir: ¡¡SOMOS LOS MEJORES!!”, agregaba, y destacaba a “Un Diogo enorme, la Gigantesca Actuación de Barrios y la gran Capacidad de reacción del Team”.
“Esta vez la Vuelta Olímpica fue en Bahía coronando a Uruguay campeón de América”, titulaba EL DIA, y agregaba que “ El Cabezazo de Aguilera selló otra Hazaña Celeste en Brasil”.
¡¡39 años ya!! ¡¡Si parece que fue ayer!!
¡¡Campeones!!
¡¡Campeones de América!!
En tierra extraña, de visita molesta, con un pequeño que ganó en las alturas para imponer su cabezazo.
¡¡URUGUAY!!
¡¡URUGUAY NOMA!!
Muy bueno,estuve en el estadio en la primera final.
Un gran disfrute.