La única vez en la historia que Uruguay utilizó numeración por orden alfabético

Lo que había comenzado en los años sesenta del siglo XX como una novedad, en la década del setenta ya era una moda absoluta: la numeración de camisetas por orden alfabético en los grandes torneos internacionales de selecciones.

Los pioneros fueron Chile, Francia, Italia y Suiza en el Mundial de Inglaterra 1966, que numeraron a sus planteles del 1 al 22 por orden alfabético.

Sin embargo, existió un detalle: solamente los trasandinos no hicieron distinciones y esto incluyó a los arqueros, que lucieron los dorsales 9 (Adán Godoy) y 13 (Juan Olivares).

Suiza, Francia e Italia respetaron el 1 para los goleros-en realidad, el de los italianos, Enrico Albertosi, coincidió- cuando aún la F.I.F.A. no había prohibido que un jugador de campo lo llevara (en Chile lo lució el delantero Pedro Araya).

En aquel momento, nadie le prestó atención.

Chile-Unión Soviética 1966: los trasandinos innovaron con la numeración alfabética. Olivares, el arquero, lució el 13.

Sin embargo, todo cambió en el Mundial de Alemania 1974, en un fútbol más globalizado y donde el marketing de los jugadores ya comenzaba a explotarse.

Para colmo, aquello coincidió con el fenomenal torneo de los Países Bajos-todavía denominada popularmente como Holanda-, que fue la sensación del certamen, alcanzando la final y produciendo una de las mayores revoluciones tácticas de la historia.

Había dos mensajes detrás de la numeración alfabética: el primero, evitar discusiones de jugadores sobre qué números llevar y, la más importante, demostrar que los dorsales no eran relevantes en el denominado “Fútbol Total” del neerlandés Rinus Michels.

El DT Rinus Michels (de azul) toma agua. Johan Cruyff, Johan Neeskens y Ruud Krol observan. Países Bajos fue una máquina de innovar a todo nivel.

No importaban, entonces, los números que definían posiciones porque en aquel combinado, los players jugaban de «cualquier cosa». A base del influjo del Ajax del propio Michels y con la columna de jugadores campeones de todo del mismo club, el lateral derecho podía terminar actuando de puntero siendo relevado por el mismo delantero. Y así sucesivamente.

En Uruguay, algo parecido sucedió en alguna ocasión en 1976, cuando el profesor José Ricardo de León, cuyo sistema táctico-técnico era parecido al de Michels, lo implementó en el Defensor campeón.

En el arco y con el número… ¡8! Jan Jongbloed.

Sin embargo, en Países Bajos hubo una excepción y, por supuesto, fue la del mejor jugador del mundo de la época: Johan Cruyff, quien ya había hecho del 14 una marca registrada. Una curiosidad: le hubiese correspondido llevar el número 1 en su casaquilla, pero, finalmente, se le permitió ser el único que eligiera dorsal, pasando a lucir el 1 quien, en realidad, debía ser el 2 (Ruud Geels) y así sucesivamente.

Orden alfabético para todos menos para uno: Cruyff.

Muchos no lo recuerdan, pero Argentina, salvo los arqueros (1, 12 y 21), también se aferró a la numeración por orden alfabético, en aquel caso más que nada por un tema de evitar inconvenientes personales ya que había varios “nenes” para un mismo trompo. No fue una cuestión táctica de juego, porque todo seguía siendo caótico a nivel organizativo en tiendas platenses.

El centrodelantero titular vistió el 2 (Rubén Ayala), el entreala izquierdo el 3 (Carlos Babington), el entreala derecho el 6 (Miguel Brindisi), el lateral izquierdo el 7 (Jorge Carrascosa) y dos defensores el 9 y el 10 (Rubén Glaría y Ramón Heredia).

El «Ratón» Ayala y el número 2 que asoma en el pantaloncito.

En 1978, sí, Argentina, en su casa, se plegó sin concesiones a la numeración alfabética y, de esa forma, conquistó el título mundial por primera vez en su historia (Norberto Alonso, el «10», llevó la 1; Ardiles, el «8», lució la 2; el golero suplente, Héctor Baley, el 3; el puntero derecho Daniel Bertoni la 4; el arquero titular, Ubaldo Fillol, el 5 y así sucesivamente). Curiosamente, Mario Kempes exhibió en su espalda el número 10, que le quedó pintado por fútbol, goles y posición en cancha, pero, aunque cueste creerlo, aquello fue mera casualidad alfabética.

Si bien continuó utilizándose el sistema en varios seleccionados hasta el Mundial de Italia 1990 (Argentina siguió liderando en ese rubro), lo cierto es que nunca más fue literal al 100% (por pedidos de futbolistas o porque los arqueros debían lucir obligatoriamente el 1, etc.).

Llegamos a Uruguay. Año 1979. Copa América en sede rotativa.

Hasta aquel entonces, y desde que se hizo obligatoria la numeración, los celestes siempre fueron muy respetuosos de las posiciones a la hora de repartir los dorsales, sea en partidos amistosos o en grandes torneos. Nunca se salieron de aquel molde. Por ejemplo: el arquero siempre fue el 1, el back derecho el 2, el centre-half el 5 y el centrodelantero el 9.

¿Alguien imagina a Obdulio con el 17?

Producto de la moda, la Celeste cedió ante la nueva ola y decidió romper con aquella tradición en el máximo torneo sudamericano a nivel de selecciones.

En realidad, fueron cuatro partidos solamente en un grupo con Paraguay y Ecuador y, como los jugadores iban y venían (incluso algunos de los del seleccionado juvenil que se incluyeron luego de disputar el Mundial de Japón Sub 20), la lista inicial se fue modificando luciendo los nuevos futbolistas las camisetas que iban quedando de los que ya no estaban, tomando su número aunque no respetara el orden alfabético.

En otras palabras: a un grupo inicial de jugadores se los designó numéricamente por orden alfabético. Todos los que permanecieron en el grupo combinado, mantuvieron su dorsal.

Debut peleado en Ecuador: el lateral derecho, José Hermes Moreira, luce la 15.

Entonces, en el primer partido ante Ecuador en Quito (derrota 1-2) el 5 de setiembre de 1979, Uruguay-salvo el arquero- puso en cancha futbolistas con números inverosímiles para lo que se nos tenía acostumbrado.

¿Qué era aquello de Nelson Agresta (centre-half) con el 3, Daniel Alonso (delantero) con el 4, Gary Castillo (delantero) con el 5 o Hugo de León (zaguero central) con el 7?

Agresta, al lado del árbitro, vistiendo el dorsal 3.

Así jugó la Celeste:

1-Rodolfo Rodríguez

15-José Hermes Moreira
13-Nelson Marcenaro
7-Hugo de León
23-Mario Zoryez

20-Mario Saralegui
3-Nelson Agresta
21-Lorenzo Unanue

5-Gary Castillo
22-Waldemar Victorino
4-Daniel Alonso

Luego, con el correr de los partidos, hubo ingresos y egresos en el seleccionado, pero, por ejemplo, aquello no fue óbice para ver a Eduardo de la Peña (volante por derecha) con el 6, a Víctor Hugo Diogo (lateral derecho) con el 8 y a Washington González (lateral izquierdo) con el 10 (!).

La busca Denis Milar (14). Observan Victorino (22) y De la Peña (6). Uruguay empata de visita ante Paraguay.

Domingo Cáceres fue citado, posteriormente, y tomó el número que, en realidad, le hubiese correspondido por quien salió (Castillo): el 5. Casualidad.

Una pareja de backs con el 5 y el 7: el «Bomba» Cáceres despeja y De León, sin barba, observa.

Ildo Maneiro (volante por izquierda) le dejó su 11 a Ernesto “Pinocho” Vargas (aquí ya no hubo de orden alfabético, dado que era un ingreso), Ember Quintas el 17 a Ruben Paz y Venancio Ramos el 18 a Alberto Bica, por ejemplo.

Victorino (22), de los pocos que se salvó en aquella mala Copa uruguaya.

En definitiva, fue un experimento que duró apenas cuatro partidos y que no le dio buena suerte a los charrúas, ya que apenas ganaron un partido (Ecuador 2-1), empataron dos (Paraguay 0-0 y 2-2) y perdieron el restante (Ecuador 1-2), para quedar eliminados.

El Diario coloreó la imagen y le borró el «1» del 14 a Milar. A Victorino se lo ve con el 22 en el short.

Para los próximos torneos oficiales y amistosos, la numeración alfabética pasó a ser un recuerdo que, paradójicamente, hoy casi nadie recuerda.

La lista de buena fe de Uruguay para aquella Copa América de 1979 fue:

1 Rodolfo Rodríguez (arquero)

2 Pedro Acosta

3 Nelson Agresta

4 Daniel Alonso

5 Gary Castillo (luego Domingo Cáceres)

6 Eduardo De La Peña

7 Hugo De León

8 Víctor Diogo

9 Jorge González

10 Washington González

11 Ildo Maneiro (luego Ernesto Vargas)

12 Freddy Clavijo (arquero)

13 Nelson Marcenaro

14 Denis Milar

15 José Moreira

16 Washington Olivera

17 Ember Quintas (luego Ruben Paz)

18 Venancio Ramos (luego Alberto Bica)

19 José Luis Russo (luego Carlos Reyes)

20 Mario Saralegui

21 Lorenzo Unanue

22 Waldemar Victorino

23 Mario Zoryez

24 Carlos Goyén (arquero)

D.T.: Roque Gastón Máspoli.

AUTOR: PABLO VEROLI

2 thoughts on “La única vez en la historia que Uruguay utilizó numeración por orden alfabético”

  1. Muy buena nota … no tenía conocimiento de esa situación, aún cuando suelo interesarme por ese tipo de datos. Por supuesto recordaba lo de Argentina y la entonces Holanda, y el.primer recuerdo de ese tipo que tenía era ver al arquero polaco Tomasewski con el número 2 en el mundial 74.
    Muchas gracias.

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