La especialidad de los exNacional: hacerle goles… ¡a Nacional!

Gol agónico de «Seba» Fernández. Se le escapa el Campeonato Uruguayo 2021 a Nacional.

Es curioso: no debe existir club en Uruguay al que más goles le hayan marcado sus exjugadores como Nacional.

La lista puede salir de forma más o menos sencilla, pero, mientras más buceamos, más casos encontramos.

La historia de la institución es más que centenaria, por eso vamos a centrarnos en los ejemplos más relevantes que se han producido de 1980 a la fecha.

El completo detalle, a continuación.

LOS CAMPEONES URUGUAYOS, DE AMÉRICA Y DEL MUNDO DE 1980

Comenzando de atrás hacia adelante, el primer caso es el del «Vasco» Oscar Aguirregaray.

Zaguero central, defendió a los tricolores desde 1980 a 1985, logrando diversos títulos locales e internacionales. No es un caso cualquiera ya que superó los 200 partidos como exponente albo (223, con 10 goles) y llegó a ser capitán.

Sin embargo, posteriormente defendió a Defensor y Peñarol en nuestro medio. Con los aurinegros, entre 1994 y 2001, le señaló un tanto en 25 partidos y, con los violetas, le marcó también un gol en 12 cotejos.

De referente de Nacional a referente de Defensor y Peñarol. La historia del «Vasco».

Wilmar Cabrera es el siguiente caso: un hombre muy querido por la parcialidad tricolor por su polifuncionalidad y adhesión a la causa, que jugó en dos etapas (1978-1983/1990-1992: 211 juegos, 69 tantos), que también fue campeón de todo, pero que jamás tuvo problemas en dejar el alma cuando enfrentó a su exclub en Huracán Buceo (1993: dos veces), Rampla Juniors (1994: dos veces) y River Plate (1995: tres veces). Le convirtió tres goles con los «tricoplayeros» y uno con los «picapiedras». A favor para los hinchas: nunca le gritó un tanto.

Arsenio Luzardo, el «10» de Nacional y pieza insustituible entre 1979 y 1985 (256 partidos y 83 tantos), es otro caso particular: le hizo cuatro goles en seis partidos. Fueron dos con Basáñez (1994; un partido) y dos con Liverpool (1996; dos partidos), aunque ninguno con Cerro (1995; tres partidos).

Arsenio Luzardo - AUF
Luzardo y cuatro goles a su Nacional.

MÁS Y MÁS…

El caso icónico en los años noventa fue el de Juan Ramón Carrasco. Su longeva carrera, su ética deportiva y su compleja personalidad le hicieron jugar ante Nacional siempre en el mejor de sus niveles… Y no falló. Si bien en Peñarol nunca le marcó entre 1989 y 1990, después se cansó de complicarle la vida.

El caso más recordado se produjo el 4 de junio de 1994, cuando comenzó a bajar a su exclub de la lucha por el título de campeón del torneo Apertura con un triplete en un lapidario 3-1 en el Centenario defendiendo a River. Fueron tres duelos y tres festejos en aquel año. No le marcó en 1996 en Rampla (dos juegos), pero, ya con 43 años, se dio el gusto de perforar la valla de Leonardo Romay en un Nacional 5-2 Rocha F. C. en el Centenario (total: tres cotejos como jugador-entrenador rochense, una celebración entre 2000 y 2001). No olvidemos que «JR» había debutado en 1973 con la blusa blanca y que, en medio de todas esas etapas, volvió a actuar por los «bolsos» en 1995 y 1997…

Justo «JR» no iba a fallar…

Rogelio Ramírez, centrodelantero, fanático tricolor, hijo de un histórico dirigente de Nacional, que defendió al club entre 1980 y 1981, no dudó mucho el 28 de julio de 1985 en convertirle por duplicado jugando para Defensor (2-1).

«Coco» Ramírez, en el centro de los hincados. No importaba ser hincha, había que ser profesional.

Hablando de hinchas, Eduardo «Lolo» Favaro, otro «9» con pasaje en 1985, venció las mallas del club del Gran Parque Central en dos oportunidades en 1989 luciendo la casaca de Liverpool, uno de los tantos equipos que defendió en nuestro medio.

Favaro en Liverpool, hincado en el centro.

Antonio Alzamendi, quien vistió la blusa alba en 1983, llegó a Peñarol para jugar un puñado de meses en 1985. ¿Y que sucedió? Un tanto suyo definió el clásico de la Segunda Rueda del Uruguayo: 2-0 (15 de diciembre).

El sello del «Hormiga».

En 1988, por caso, Fernando Ferreira, goleador surgido de las formativas, le marcó tres veces actuando para Bella Vista.

¡Y si hasta Heber Revetria, «Artimito», scorer albo máximo entre 1972 y 1976 (88 tantos en total), le hizo un gol a Nacional y jugando para Peñarol! Es cierto, fue en una definición por penales, pero nada de tirarlo a errar (Copa de Oro, 18/7/1985; 2-2 y Peñarol se impuso 4-2 por penales).

Revetria en Peñarol. ¡De penal y en la definición también valen! Parados, de izquierda a derecha: Gerardo Rodríguez, Eduardo Pereira, Carlos Sánchez, Marcelo Rotti, José Herrera y Eliseo Rivero. Hincados, en el mismo orden: Daniel Vidal, Luis Güelmo, Hebert Revetria, Ricardo Viera y Walkir Silva.

LOS CAMPEONES DE AMÉRICA Y DEL MUNDO DE 1988

Comencemos con Juan Carlos de Lima. El centrodelantero de aquel legendario equipo campeón, autor de un gol clave ante el América de Cali, que totalizó 30 encuentros y 14 tantos con la blusa tricolor en 1988, retornó al fútbol local en 1992 para defender a Defensor Sporting. Allí, se mantuvo hasta 1996 inclusive, siendo un azote para su exclub: tres festejos en 11 duelos.

En 1997 llegó a Peñarol, donde permaneció hasta 1999, redondeando ocho clásicos y también tres conquistas, todas relevantes.

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De Lima: clave para vencer a Nacional y acercar a Peñarol al «Quinquenio».

El «Pato» William Castro es otro caso de un campeón que defendió a Peñarol (1991-1993; cinco cotejos), pero allí no le marcó a Nacional, aunque sí lo hizo en Progreso (1994; un juego, un gol) y Liverpool (1995; tres juegos, un gol). No le anotó actuando en Punta del Este de Maldonado en 1997 (Liguilla).

Pieza clave con los «bolsos», el zurdo cerró con 80 juegos y 12 goles su estadía en filas albas entre 1988 y 1990.

Liverpool 1995. Cuadrazo. Castro, en el extremo izquierdo. Alejandro Díaz, al centro, y Juan Morán a la derecha de la imagen.

Y EN EL 2000 TAMBIÉN

En los años noventa y dos mil, hubo ejemplos de jugadores identificados con Nacional, que disfrutaron de distintos pasajes en el club, que también le dejaron su marca.

Gustavo Badell le anotó jugando para Olimpia de Paraguay en 2000 por la Copa CONMEBOL (ganaron los guaraníes en Asunción 4-3); Fernando Kanapkis lo hizo en Huracán Buceo en 1996 (1-1 en la Liguilla); el «Mellizo» Julio Daniel Morales en Progreso (dos festejos en 1995); Rodrigo Lemos en Bella Vista en 2001 (triunfo «papal» 3-2); Mario Barilko en Defensor Sporting en 2002 (la «Farola» ganó 2-0); Ruben «Polillita» Da Silva en Danubio en 2001 y 2002 (dos goles en total); Caué Fernandes en Liverpool en 2014 (triunfó la «Cuchilla» 1-0); Richard Porta en Cerro en 2015 (un grito en una caída 3-4 en el Troccoli); Maximiliano Cantera en Deportivo Maldonado en 2022 (tres tantos en dos partidos), y también canteranos como Gonzalo Vega en Rentistas en 2020 (1-0 del «Bicho Colorado» en la final del torneo Apertura que terminó con Gustavo Munúa fuera del club ticolor como DT), Maximiliano Falcón también en Rentistas en 2020, Renato César nuevamente en Rentistas y en el mismo año, Facundo Labandeira en Danubio en 2020, Juan Cruz Mascia en Plaza Colonia en 2021, Leandro Otormín en Cerro Largo en 2021 (dos veces), Maicol Cabrera en Cerro en 2020, Thiago Vecino en Liverpool en 2022 (final del Campeonato Uruguayo, venció el albo 4-1), y Leandro Barcia en Defensor Sporting en 2023, entre otros.

Mascia pide perdón…
Cantera: goles varios.
Gol de Falcón, producto de las formativas tricolores.
Otormín: los goles hay que festejarlos.
Vecino: los goles no hay que festejarlos.

CASOS DE ANÁLISIS

Sin embargo, los casos más duros llegan a partir de este momento…

Para empezar, el de Fabián Coelho (1996-2005 en filas albas, multicampeón uruguayo, 329 juegos y 23 goles), quien enfrentó a Nacional en seis ocasiones entre Miramar Misiones (2006; una), Central Español (2009 y 2010; cuatro) y El Tanque Sisley (2011; una). Si bien fue un hombre de bajo promedio de gol en su carrera, a los tricolores les anotó dos veces (una con los «palermitanos» en 2009 y otra con los «verdinegros» en 2011) en seis cotejos.

Coelho ante Nacional, con la casaca de Central Español.

Continuamos con Gabriel Álvez, goleador y campeón albo en tres etapas (1998-2000; 2003 y 2005; 188 partidos, 80 tantos) que no perdonó a Nacional jugando para El Tanque Sisley en 2011 (los «parquenses» se impusieron 5-2).

«Gaby» Alvez con Alejandro Lembo en el GPC, el día que le marcaría a su exclub.

Bruno Fornaroli, en su único pasaje por el fútbol local en el que no actuó por los tricolores (club del que surgió y defendió entre 2007-2008 y 2011; 68 juegos, 28 goles), en Danubio (2014-2015), tampoco lo perdonó: dos partidos, un tanto (los franjeados vencieron 2-1 en 2015).

El «Tuna» no quiere ni mirar lo que acaba de hacer.

Gonzalo Bueno, otro apreciado futbolista de la cantera, con goles clásicos relevantes, campeón, con 115 encuentros y 25 tantos de tricolor entre 2011-2013, 2015 y 2017-2018, también fue letal ante sus amados colores: sus dos goles en Defensor Sporting en 2017 le sacaron del buche el título del Apertura al «bolso» en la victoria de los «tuertos» 3-2 jugando como local.

Bueno en carrera. Imparable.

Uno de los grandes ídolos de Nacional en el siglo XXI, Sebastián Abreu, máximo goleador clásico desde Luis Artime (ocho duelos, ocho goles), con cuatro pasajes (2001, 2003-2005, 2013 y 2015), muchos títulos y 56 tantos en 100 cotejos, le marcó de penal jugando para Boston River con casi 44 años en un 1-1 en 2020 por el torneo Apertura.

Abreu se toca el corazón y pide perdón.

El «Cacique» Alexander Medina, otro longevo ariete tricolor (2004-2005, 2008-2009 y 2011-2014; 165 juegos y 64 tantos; tres veces campeón uruguayo), le complicó la vida en el Clausura 2011 no una, sino dos veces defendiendo a River, que venció 4-2.

Medina, siempre serio… y haciendo goles.

Uno de los últimos grandes referentes del club, Gonzalo Castro, tampoco dudó en desenfundar y disparar cuando en 2022, también vistiendo la casaca «darsenera», dejó su sello en un 1-1 en el Gran Parque Central por el Apertura.

El «Chory», otro hijo de la escuela tricolor, con 268 encuentros y 56 goles entre 2002-2007 y 2018-2020 (cinco veces campeón uruguayo), fue, igualmente, despedido de forma cálida por la parcialidad.

Castro se toma la cabeza tras el gol como preguntándose: «¿qué es lo que acabo de hacer?»

En 2023, Carlos de Pena, nacido de las formativas «parquenses», estuvo a punto de impedir que Nacional se llevara un gran empate en Porto Alegre cuando marcó el 2-1 para el Inter por la Copa Libertadores a falta de 7´. Finalmente, los albos acabarían igualando de forma agónica, pero el enésimo sello de un extricolor, ya era un hecho.

El último caso es el más recordado de los últimos tiempos y tiene como protagonista a Sebastián Fernández («bolso» entre 2014 y 2020, goleador clásico, multicampeón): en la penúltima fecha del Clausura 2021, Nacional se jugaba la vida en Belvedere ante Liverpool. Un empate o una derrota, dejaba al albo al borde de la pérdida del Campeonato Uruguayo.

Rápidamente, Gonzalo Bergessio marcó el primero a los 6´ y Alfonso Trezza duplicó al inicio del complemento (48´), antes que Federico Martínez descontara para el dueño de casa (56´).

Cuando el once «parquense» sostenía el resultado y buscaba liquidar de contragolpe la brega, a los 87´, «Seba», aún con su pequeña estatura, ganó en las alturas y le dio el golpe de gracia al club de sus amores.

Dicho tanto, el del 2-2 final, dejó a Nacional pendiente de un milagro que, finalmente, no ocurrió.

Federico Martínez, hoy en Nacional, abraza a «Seba». Llega el «Tofi» Hernán Figueredo para sumarse a la fiesta.

En definitiva, este resumen exhibe a las claras que cualquier exNacional, sea o no hincha del club, siempre se motiva especialmente contra la institución a la que defendió y busca el gol y la victoria, apelando a un profesionalismo extremo y a una gran ética deportiva que no es tan común como parece.

AUTOR: PABLO VEROLI

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