Cuando a Uruguay le hicieron 8 goles… ¡dos veces!

El Tottenham Hotspur: uno de los perpetradores.

Tranquilos. No fueron encuentros oficiales. No fueron internacionales “A”. Apenas partidos del tipo “B” en los albores del siglo XX, pero fueron…

Y para atenuar más la situación: ante dos clubes del profesionalísimo fútbol inglés. Ante los poderosos británicos, los “inventores del fútbol”, los invencibles.

Cuando era común que los muchachos de las islas desembarcaran y desplegaran el deporte en nuestras costas (así llegó el balompié al Río de la Plata), el 14 de julio de 1904 el Southampton arribó al Gran Parque Central para enfrentar a nuestro combinado en el marco de la primera gira de un club profesional a Sudamérica. No solo eso: también fue el primer club extranjero propiamente dicho en llegar al continente.

¿Por qué se produjo, entonces, el viaje de un club inglés al Uruguay? Porque la Liga Uruguaya, así como la Argentina, estaban afiliadas a la Football Association británica.

El Southampton posa en su país antes de iniciar el histórico viaje.

Antes de pisar suelo charrúa, el Southampton había actuado con singular suceso en Argentina, derrotando con facilidad a Alumni en su primer match 3-0 (26 de junio), a Británicos 10-0 (3 de julio), a Belgrano A.C. 6-1 (6 de julio), al seleccionado argentino 8-0 (9 de julio) y a un combinado de la Liga 5-2 (10 de julio), todos duelos celebrados en la cancha de la Sociedad Sportiva de Buenos Aires.

Las derrotas no llamaban particularmente la atención: eran hasta esperables, más allá del deseo íntimo de sobreponerse a los profesores.

La presencia de los británicos, vigentes campeones de la Liga del Sur, era vista como todo un suceso por público y prensa. En definitiva: se trataba de los padres del balompié, de los maestros, como solía llamárseles.

Poco más de 5.000 aficionados colmaron el recinto albo el 14 de julio.

Los «Santos» eran toda una potencia del sur del Reino Unido.

La Liga Uruguaya decidió formar un combinado con lo mejor que tenía disponible, pero con una puntualización: no estuvieron presentes algunos futbolistas tricolores que, producto de la Guerra Civil imperante, se habían marchado a jugar a Buenos Aires. Entre ellos: los hermanos Céspedes.

El once: Alberto Lindeblad (Deutscher); Carlos Carve Urioste-capitán- (Nacional), William Davies (CURCC); Narciso Cerato (Deutscher), Luis Carbone (Nacional), Ceferino Camacho (CURCC);  Juan Peña (CURCC), Eugenio Mañana (CURCC), Aniceto Camacho (CURCC), Juan Barbero (Deutscher) y Alejandro Cordero (Nacional).

Los ingleses fueron: George Clawley; Joseph Hoare, George Molyneux; William Whiting, Herbert Dainty, Albert Houlker; B. Richards, George Hedley, Edgar Bluff, Jack Fraser y Frederik Mouncher.

El juez, Cecil Poole, futbolista de Albion.

Equipo uruguayo posando en el Gran Parque Central el 3 de julio de 1904. Ese día, el de su estreno en el GPC, cayó ante el Alumni argentino 0-1. Pocos días después recibía al Southampton.

No hubo demasiado que hacer: fue muy superior el estilo y la táctica inglesa, esa escuela de juego más directo que aquí era la imperante, pero que aún estaba muy lejos de la clase de los profesionales.

Curiosamente, en años venideros, sería la escuela escocesa la que mayores réditos le daría a nuestro fútbol, aunque esa es otra historia.

El primer tiempo se fue con un monólogo del adversario, que ya ganaba 4-0. Siguió aumentando su diferencia en el complemento a siete, hasta que Pena logró marcar el histórico primer gol a un club profesional a los 70´. Fraser, a poco del final, redondeó las cifras: 8-1.

Juan Pena hizo el del honor.
Incidencia del partido. Nótese el público al costado del recinto.

Finalmente, los británicos se fueron habiendo ganado, gustado y goleado todos los encuentros de su histórica gira: seis juegos, seis victorias, 40 goles a favor y apenas cinco en contra.

Después de 10 semanas fuera de su tierra, arribaron a Inglaterra el 6 de agosto.

Su presencia llamó la atención de las autoridades de ambos países del Río de la Plata y potenció el deseo de seguir practicando y mejorando el ya popular deporte con el fin de derrotar a los profesionales y convertirse en una fuerza superior, como terminaría sucediendo no tanto tiempo después y de la mano de Uruguay.

Una un poquito peor, pero distinta

Aunque lentos, los progresos en nuestro fútbol respecto a los profesionales fueron aumentando.

Los constantes duelos entre clubes rioplatenses y entre ambos combinados, además de algunos cotejos más ante los británicos como el del 18 de julio de 1906 ante el South Africa (club amateur) en el mismo Gran Parque Central (1-6), llevaron a que, tras imponerse 1-0 a Argentina por la Copa Premio de Honor argentino el 4 de octubre de 1908 en GEBA (Buenos Aires), los orientales-como selección- doblegaran por primera vez a un team europeo, aunque aficionado y un tanto improvisado, como el HMS Antrim Navy británico (3-1 el 14 de diciembre de 1908; goles de Juan Carlos Bertone, Costa y Raúl Ribeyro).

Los últimos antecedentes dieron rienda a un mesurado optimismo cuando, el 10 de junio de 1909, el Tottenham Hotspur visitó el GPC en el marco de su gira por el Río de la Plata.

Tottenham y Everton vinieron juntos al Río de la Plata.

De ninguna manera los Spurs fueron los siguientes profesionales en arribar a estas tierras: antes de ellos y después del Southampton, anclaron el Nottingham Forest (1905) y el Everton (1909; en realidad vinieron a la par e invitados por la Liga Argentina), además del amateur South Africa (1906) y los cuadros de las embarcaciones, que ya jugaban desde hacía muchos años con los nuestros.

La gira del Tottenham comenzó con un empate ante el Everton 2-2 en Buenos Aires y, cuatro días después, llegó a Montevideo.

Y aquello fue difícil porque Uruguay era un mejor equipo, con más experiencia y mayores posibilidades.

De hecho, ante un nuevo Parque colmado, se conformó un interesante team con Cayetano Saporiti (estrella de Wanderers y el mejor arquero oriental de las primeras dos décadas del siglo XX); Juan Carlos Bertone (capitán, muralla y emblema de los “bohemios”), Carlos Ronzoni (Colón); Félix Lourtet (River Plate F.C.), Carlos Zanessi (Dublín), José Pedro Zuazú (Nacional); Raúl Bastos (Wanderers), Pablo Dacal (River Plate F.C.), Francisco Branda (River Plate F.C.), Alberto Zumarán (Wanderers) y José Brachi (Dublín).

Posa Uruguay (imagen: http://viejosestadios.blogspot.com).

Como puede apreciarse, la mayoría de los futbolistas pertenecían a Wanderers y River, los dos máximos animadores de nuestro balompié por aquel entonces.

Tottenham alineó a: Fred Boreham; Ernie Coquet, Fred Wilkes; Tom Morris, Danny Steel, Walter Bull; John Curtis, Billy Minter, McConnor-que suplantó al goleador Walter Tull, quien ofició de línea, aunque su ausencia no se sintió ya que su sustituto convirtió un triplete-, Clark y Bert Middlemiss.

León Peyrou arbitró el encuentro que volvió a ver a los británicos irse 4-0 al descanso, sumando cuatro tantos más en el complemento. Final: 8-0. No alcanzó ni para convertir un tanto como ante el Southampton.

El team del Tottenham.

“Una vez más los ingleses demostraron que son los maestros. Tottenham jugó como una máquina. Desató un esfuerzo colectivo y de precisión que superó por completo al aturdido equipo local. Con la cabeza, con el cuerpo, con los pies, y en todos los sentidos, estos jugadores dominan la pelota y el juego a la perfección. Todo esto faltó en el juego uruguayo: el pase, el ritmo, las combinaciones, y el movimiento inteligente de los jugadores y la pelota. La gran lección que el uruguayo necesita aprender es a no detenerse con el balón, a no quedarse quieto”, analizó El Día.

La enseñanza permitió que, tres días después, se enfrentara en el mismo escenario al Everton y que se perdiera apenas por 2-1, con ocho de los 11 hombres que habían sido goleados por los Spurs, por lo que puede entenderse como una jornada desgraciada, pero puntual. Es más, los orientales se dieron el lujo hasta de jugar sin John Harley quien, por orden de su club, el CURCC, quedó impedido de actuar al igual que otros tres de sus compañeros de equipo. Quizá la historia pudo ser aún más diferente…

De todo esto hay una curiosidad, un detalle tremendamente llamativo: Uruguay fue goleado sin contemplaciones por el Tottenham, que había sido subcampeón de la Segunda División inglesa (y, de hecho, en su primera campaña en el sistema de ligas británicas, logró el ascenso). Sin embargo, le realizó un sensacional juego, de igual a igual, al Everton que también había sido subcampeón… ¡pero de la Primera División!

Aún con paraguas, el público no se perdió un solo detalle del juego (imagen: http://viejosestadios.blogspot.com).

Quizá las palabras del jugador del Everton Jack Taylor, que aquella vez había actuado como árbitro, hayan sido el mejor elogio de todos cuantos se repartieron en el Río de la Plata a los combinados y clubes que enfrentaron los británicos:

“El juego uruguayo es más peligroso y audaz que el argentino. Si bien sus jugadores combinaban algo menos, los centrocampistas poseen una gran habilidad y una tenacidad infalible”.

Estábamos en 1909. Pocos años después, Uruguay ya no sería simplemente un lugar exótico para realizar una gira sino que, por derecho propio, sería la tierra de los maestros del fútbol.

AUTOR: PABLO VEROLI

4 thoughts on “Cuando a Uruguay le hicieron 8 goles… ¡dos veces!”

  1. Disfruto mucho de estas publicaciones. Me ha emocionado e interesado desde siempre la Historia de nuestro fútbol. Muchas gracias

  2. Hello.

    Really enjoy posts and stories like these. Always fascinated by football history in connection with Scottish players who lived and played overseas. I also like Southampton FC aswell.

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