Tras haber sido nominado de forma oficial como nuevo entrenador de la Selección Uruguaya, el argentino Marcelo Bielsa se transformó en el segundo extranjero de la historia en comandar los destinos de la Celeste tras la experiencia de su compatriota Daniel Alberto Passarella (1999-2001).
Más allá de su prolongada y exitosa trayectoria como director técnico a nivel mundial, es hora de analizar cómo le fue a Bielsa como entrenador ante el combinado oriental cada vez que le tocó enfrentarlo dirigiendo a las dos selecciones nacionales anteriores a las que comandó: Argentina (1998-2004) y Chile (2007-2010).
ARGENTINA
Después de haberse estrenado en el banco de Newell´s Old Boys de Argentina en 1990, de haber guiado a los mexicanos Atlas (1992-1994) y América (1995-1996), de conducir al argentino Vélez Sarsfield (1997-1998) y, brevemente, al Espanyol de Barcelona (1998), Bielsa fue designado entrenador de la Selección Argentina en el mes de octubre de 1998.
Llegaba con tres títulos de campeón (dos con Newell´s y uno con Vélez), un subcampeonato de la Copa Libertadores (1992, Newell´s) y un moderno estilo de juego, que postulaba un fútbol dinámico, de posesión, presión y ataque.
Estudioso, obsesivo y trabajador, si bien suele ser reconocido por su sistema 3-3-1-3, en Argentina utilizó mayoritariamente el 3-4-3, que fue algo inédito en el combinado platense.
Sin embargo, en su primer juego ante Uruguay el día 7 de julio de 1999 por la última fecha del Grupo C de la Copa América de Paraguay, fue más cauteloso y plantó un 4-3-1-2, aprovechando las características de sus hombres.
El encuentro se realizó en Luque bajo dirección del peruano Gilberto Hidalgo y con algo más de 20.000 aficionados en el estadio Feliciano Cáceres.
Ganó el equipo de Bielsa 2-0 con anotaciones de Cristian González y Martín Palermo.
Argentina alineó a Germán Burgos; Nelson Vivas (expulsado), Roberto Ayala, Walter Samuel, Juan Pablo Sorín; Diego Cagna (Claudio Husaín), Diego Simeone, González; Juan Román Riquelme; Guillermo Barros Schelotto (Mauricio Pocchettino) y Palermo (Gustavo López).
La Celeste puso en cancha a Fabián Carini; Martín del Campo, Alejandro Lembo, Fernando Picún, Federico Bergara (Macelo Romero); Líber Vespa, Andrés Fleurquin (Gianni Guigou), Fabián Coelho; Federico Magallanes; Gabriel Alvez (Antonio Pacheco) y Marcelo Zalayeta.
Algunas aclaraciones: los albicelestes presentaron un poderoso elenco al que, de todas formas, le faltaban varios cracks “europeos” como Néstor Sensini, José Chamot, Claudio López, Gabiel Batistuta, Juan Sebastián Verón, Hernán Crespo y Marcelo Gallardo, entre otros.
Víctor Púa fue quien comandó a Uruguay, aunque Passarella ya era el entrenador oficial. Los orientales también lamentaron ausencias como las de Álvaro Recoba, Paolo Montero, Gustavo Poyet, Fabián O´Neill, Washington Tais, Nicolás Olivera, Gustavo Méndez, Darío Silva y Marcelo Otero, entre otros, y se nutrieron básicamente de elementos del medio local.
Argentina terminaría cayendo en cuartos de final ante Brasil (1-2).
El segundo partido entre Bielsa y los charrúas llegó el 8 de octubre de 2000 en el Monumental de Núñez por las Eliminatorias rumbo al Mundial de Japón y Corea del Sur 2002.
Ahora, ante 50.000 espectadores, con ambos combinados completos y con Passarella en el banco celeste, volvieron a triunfar los hermanos platenses, en este caso por 2-1 (goles de Gallardo, Batistuta y Magallanes).
Argentina, que estaba en todo su esplendor, destacando por un fútbol moderno y letal y marcando una racha ganadora y ampliamente elogiada por el ambiente del balompié mundial, plantó, ahora sí, el señero esquema “bielsista” 3-3-1-3.
Burgos; Nelson Vivas, Ayala, Samuel; Husaín, Simeone, Sorín; Gallardo (Marcelo Delgado); Claudio López (Gustavo López), Batistuta y González, fue el once.
Uruguay lamentó la ausencia de Darío Silva, pero aun así presentó dura batalla con Carini; Tais, Lembo, Gonzalo Sorondo, Darío Rodríguez; Gabriel Cedrés (Mario Regueiro), Pablo García, Guigou; Olivera; Magallanes (Diego Alonso) y Recoba (Sebastián Abreu).
El 14 de noviembre de 2001, la Celeste aseguró su lugar en el repechaje ante Australia tras igualar en un tanto con la Argentina de Bielsa en el Centenario (50.000 personas).
Los goles de Darío Silva (19´) y el “Piojo” López (44´) en la primera mitad dieron cifas definitivas a un partido que, a la larga, terminaría depositando al combinado oriental en una Copa del Mundo tras 12 años de ausencia.
Bielsa, en tanto, mantuvo su base aquel día, pero ya con el 3-4-3 afianzado: Burgos; Pochettino, Ayala, Samuel; Javier Zanetti, Matías Almeyda, Verón, Sorín; Aimar (Diego Placente), Ortega (Julio Cruz) y C. López.
Uruguay, nuevamente con Púa en el cargo tras la salida de Passarella a comienzos de 2001, planteó un llamativo 3-4-1-2 con Carini; Lembo, Montero, Darío Rodríguez (Regueiro); Tais (Richard Morales), Gonzalo de los Santos, García, Guigou; Recoba; Magallanes y Darío Silva (Alonso).
Charrúas y albicelestes recién volverían a verse las caras en dos amistosos en 2003. Sin embargo, algo había cambiado en Argentina: el seleccionado que entre 2000 y 2001 había sido el mejor del mundo, el que había asombrado a propios y extraños por su fútbol ofensivo y voraz, el que había dejado por el camino a encumbrados combinados, el que había alcanzado su cénit físico y futbolístico, el que doctoró a Bielsa, realizó una pésima Copa del Mundo en Japón y Corea y quedó eliminado en primera fase, cuando pocos dudaban de que estaría entre los cuatro mejores.
El fracaso y la decepción fueron proporcionales a lo que se esperaba de ese equipo.
El presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Humberto Grondona, ratificó en el cargo a Bielsa debido a su sensacional trabajo previo, pero las aguas en la hermana República se dividieron profundamente entre los leales y fieles al entrenador y aquellos que, desilusionados, le dieron vuelta la cara y criticaron todos sus procederes a partir de ese momento.
De los amistosos de 2003, poco hay para decir: fueron encuentros preparatorios para la disputa de las Eliminatorias rumbo a Alemania 2006. Mucho ensayo, muchas variantes y muchos nombres nuevos en el tapete.
El primero de los duelos se desarrolló el 16 de julio en el nuevo Estadio Único de La Plata.
Bielsa decidió que su equipo ingresara con Franco Costanzo; Daniel Díaz, Gabriel Milito, Federico Domínguez; Luis González, Javier Mascherano, Andrés D´Alessandro, Clemente Rodríguez; César Delgado (Mariano González), Diego Milito y Federico Insúa (Pablo Guiñazú).
La Celeste era comandada desde hacía muy poco por Juan Ramón Carrasco, que aplicó su ideal netamente ofensivo en el equipo, sea de local o visitante, y sus particulares alineaciones, como la de este caso: Luis Barbat; Guigou, Diego López (Joe Bizera), Sorondo (Alejando Lago), Regueiro; Guillermo Giacomazzi (Jorge Martínez), Marcelo Sosa, Martín Ligüera; Walter Pandiani (Diego Perrone), Javier Chevantón y Vicente Sánchez (Carlos Bueno).
Lo que se preveía que ocurriera en un enfrentamiento entre estos dos estrategas (juego ofensivo y goles), se cumplió: 2-2 con tantos de D. Milito (2), Chevantón y G. Milito, en contra. Todos en la primera mitad.
La revancha se disputó el 20 de agosto en el Stadio Comunale Artemio Franchi de Firenze, Italia, en este caso con ambos conjuntos con todo su arsenal. Siempre en la tónica del juego ofensivo y goleador, los albicelestes se impusieron por 3-2 con festejos de Verón (45´), Samuel (80´) y D´Alessandro (85´). Diego Forlán (3´) y Ligüera (57´) señalaron para los nuestros.
Argentina (3-4-3 con desenvolvimientos al 3-3-1-3): Pablo Cavallero; Ayala, Samuel, Placente; Zanetti, Almeyda, Verón (Javier Saviola), Aimar; Diego Milito (Cristian González), Crespo (Luis González) y C. López (D´Alessandro).
Uruguay: Gustavo Munúa; Guigou, López (Joe Bizera), Lembo (Alejandro Lago), Regueiro; Giacomazzi (Jorge Martínez), Nelson Abeijón (Sosa), Recoba (Ruben Olivera); Chevantón (Ligüera), Abreu y Forlán (Bueno).
El último duelo entre Bielsa al frente de los hermanos platenses y la Celeste se registró en la Copa América de Perú 2004, por la última jornada del Grupo B.
En Piura, el 13 de julio, los argentinos triunfaron 4-2 ante el elenco ahora comandado por Jorge Fossati, quien poco tiempo atrás se había hecho cargo de Uruguay.
Fueron 25.000 los aficionados en el Miguel Gau para presenciar el clásico sudamericano, bajo el arbitraje del chileno Ruben Selman.
Bielsa eligió a Roberto Abbondanzieri; Zanetti, Ayala, Gabriel Heinze; L. González (Saviola), Javier Mascherano, D´Alessandro, C. Rodríguez (M. González); César Delgado (Carlos Tevez), Luciano Figueroa y C. González.
Po su parte, Fossati optó por Barbat, Carlos Diogo, Bizera, Lago, D. Rodríguez; Diego Pérez, Sosa (Bueno), Javier Delgado; Fabián Estoyanoff (Guillermo Rodríguez), Forlán y V. Sánchez (Cristian Rodríguez).
Estoyanoff y Sánchez marcaron para los charrúas, en tanto que para los vencedores anotaron “Kily” González, Figueroa (2) y Ayala.
Uruguay alcanzaría las semifinales de aquel torneo, cayendo por penales ante Brasil, rival que, por la misma vía, se impuso en una dramática final a la Argentina de Bielsa.
Apenas un mes después de aquel certamen, Bielsa se colgaría la medalla dorada como campeón de los Juegos Olímpicos de Atenas, su primer logro con el combinado.
Sin embargo, en setiembre renunciaría de forma sorpresiva a su cargo con unos números muy buenos: 85 duelos, 56 éxitos, 18 igualdades y apenas 11 caídas.
Ante la Celeste, el balance también fue ampliamente favorable: seis cotejos, cuatro victorias y dos empates.
CHILE
A mediados de agosto de 2007 y luego de tres años sin dirigir, Bielsa se convirtió en entrenador de la Selección de Chile. Mientras su figura seguía siendo venerada y criticada de igual forma en Argentina, en tierras trasandinas rápidamente se transformó en un líder apreciado.
Siempre fiel a su estilo y a su forma de juego, el argentino logró armar hasta su partida a fines de 2010 un potente combinado, que contó con muchos de los semifinalistas de la Copa del Mundo Sub 20 de Canadá 2007: Gary Medel, Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Carlos Carmona y Mauricio Isla, entre los más relevantes.
Bielsa logró clasificar a Chile a una Copa del Mundo tras 12 años, alcanzando los octavos de final en Sudáfrica 2010.
Precisamente, en el camino a dicho torneo, los trasandinos se midieron ante la Celeste dos veces.
La primera de ellas fue el 18 de noviembre de 2007 en el Centenario en el estreno por las Eliminatorias rumbo al torneo africano.
Si bien los orientales comenzaron ganando 1-0 con tanto de Luis Suárez a los 41´, un doblete de Marcelo Salas a los 58´ y 69´ pareció presagiar un éxito histórico de los chilenos. Sin embargo, un tardío gol de Abreu a los 81´ salvó a los comandados por Oscar Washington Tabárez.
Chile: Claudio Bravo; Miguel Riffo, Waldo Ponce, Gonzalo Jara; Cristián Álvarez (Ismael Fuentes), Arturo Vidal, Hugo Droguett, Matías Fernández; Salas, Humberto Suazo (Rodolfo Moya) y Eduardo Rubio (Carlos Villanueva).
Uruguay: Carini; Andrés Scotti (Maximiliano Pereira), Diego Lugano, Diego Godín, Jorge Fucile; Diego Pérez (Egidio Arévalo Ríos), Walter Gargano, Cristian Rodríguez; Suárez, Abreu y V. Sánchez (Ignacio González).
El 1º de abril de 2009 se registró otro empate, esta vez sin goles en el Nacional de Santiago ante casi 60.000 espectadores en las tribunas.
Los trasandinos asentaban cada día más sus nombres, su esquema y su idea, logrando buenos resultados de la mano de Bielsa que, esta vez, colocó en campo a Bravo; Pablo Contreras, Ponce, Jara; Isla, Carmona, Jean Beausejour (Manuel Iturra, Roberto Cereceda), M. Fernández (Fabián Orellana); Sánchez, Suazo y Mark González.
Tabárez se la jugó por Sebastián Viera; Pereira, Lugano, Godín, Martín Cáceres; Sebastián Eguren, D. Pérez (Álvaro Fernández), Álvaro Pereira (Abreu), C. Rodríguez (Edinson Cavani); Forlán y Suárez.
Tras el cuarto puesto charrúa en el Mundial de Sudáfrica, celestes y chilenos disputaron un amistoso en Santiago (17 de noviembre de 2010), que se saldó con un éxito local por 2-0 (tantos de Sánchez y Vidal) y que sería el último cotejo que Bielsa dirigiría ante los nuestros y, a la postre, el último encuentro al mando de los trasandinos.
Chile: Bravo; Medel, Ponce, Jara; Isla, Marco Estrada, Vidal, Orellana; Sánchez, Suazo y M. González. Ingresaron: Beausejour, Claudio Maldonado, Carmona, Pedro Morales, Fernando Meneses, Rodrigo Millar y Esteban Paredes.
Uruguay: Fernando Muslera; Pereira, Lugano, Mauricio Victorino, Fucile; Gargano, Arévalo Ríos, A. Pereira; Forlán; Cavani y Suárez. Ingresaron: Cáceres, Eguren, Gastón Ramírez, C. Rodríguez y Abreu.
Así, con tres juegos dirigidos, una victoria y dos empates, Bielsa también finalizó invicto ante Uruguay.
RESUMEN FINAL
Entonces, entre 1999 y 2010 y comandando a los seleccionados de Argentina y Chile, Bielsa enfrentó en nueve ocasiones a la Celeste, con cinco éxitos, cuatro igualdades y ninguna caída.
Lo único que cabe esperar, a partir de ahora, es que la buena racha de la que gozó con los citados combinados ante Uruguay, se revierta y pase a ser a favor de los orientales cuando nos toque medirnos a argentinos y chilenos.
AUTOR: PABLO VEROLI