Copa América 1959: Entre turbulencias, también Uruguay campeón

En 1959 en la ciudad de Guayaquil, Uruguay obtuvo su décimo título continental, tras dos ediciones sin conseguirlo (Perú 1956 y Argentina 1959). Ese año, en un hecho inédito y que no se volvió a repetir, se dio la particularidad de que se disputaron dos campeonatos sudamericanos. Fue la única vez que Uruguay se consagró campeón de la Copa América en suelo ecuatoriano.

GÉNESIS DEL SUDAMERICANO EXTRA 

Ocho meses antes del torneo en Ecuador, se había realizado la competencia sudamericana en Argentina, pero la Federación Ecuatoriana de Fútbol solicitó a la Confederación Sudamericana de Fútbol la organización de una competencia de jerarquía para el recientemente construido Estadio Modelo de Guayaquil. Esta cedió al pedido de Ecuador y autorizó la realización de la XXVII edición del certamen sudamericano, que tuvo carácter de “extraordinario”: no estuvo en juego el trofeo, pero sí fue declarado oficial. 

De esta manera, se inauguró oficialmente el Estadio Modelo de Guayaquil, con capacidad para 55 mil personas -el más grande del país en aquel entonces-, en un torneo del que participaron cinco de las diez asociaciones afiliadas a la CSF en esa época (Argentina, Brasil, Ecuador, Paraguay y Uruguay). Así, Ecuador fue sede por segunda vez en su historia del certamen continental sudamericano de selecciones; la primera había sido en 1947.

En noviembre de 2006, tras el fallecimiento de Alberto Spencer, el Estadio Modelo de la ciudad de Guayaquil cambió su nombre a Estadio Modelo Alberto Spencer Herrera en su honor. Spencer, considerado uno de los mejores jugadores ecuatorianos de la historia, debutó con su selección en este estadio y precisamente en el torneo sudamericano de 1959. 

SISTEMA DE DISPUTA

Fue el habitual por aquella época, en régimen de todos contra todos a una vuelta, consagrándose campeón el equipo que más puntos lograse (las victorias adjudicaban dos unidades y los empates, una). Todos los encuentros se jugaron en el Estadio Modelo. 

Posa Uruguay: De izquierda a derecha, parados: Juan Carlos Corazzo (DT), Mario Méndez, Rubén González, Horacio Troche, Juan Carlos Mesías, Alcides Silveira y Roberto Sosa. Hincados, en el mismo orden: Domingo Pérez, Mario Bergara, José Sasía, Vladas Douksas, Guillermo Escalada y Carlos Abate (K).

LA PREPARACIÓN CELESTE

Para el Sudamericano de Ecuador, Juan C. Corazo, que había dirigido a Uruguay en la edición de 1955 jugada en Chile (4° puesto), sustituyó a Héctor “Manco” Castro que fue quien estuvo al frente en el certamen jugado en Buenos Aires. El nuevo director técnico debió sortear varias dificultades. La preparación del seleccionado celeste no fue la mejor ni mucho menos, acotada por la disputa del Campeonato Uruguayo. El entrenamiento más formal recién se realizó el 25 de noviembre, solo siete días antes de la partida de la delegación a Ecuador.

El clima de la selección venía enrarecido desde la eliminación para el Mundial de Suecia de 1958 (primera vez que Uruguay quedaba fuera por el sistema de Eliminatorias), pero se agudizó con el Sudamericano jugado en marzo de 1959 en la ciudad de Buenos Aires. 

Uruguay estuvo a punto de no participar debido a diferencias entre la Junta Dirigente y la Mutual de futbolistas. Se llegó a disolver la Selección y se la reorganizó en apenas 24 horas.

Los celestes tuvieron una opaca actuación y lo más recordado fue una trifulca generalizada ante los brasileños, que generó varios problemas. El principal fue un informe redactado por el preparador físico, Capitán Humberto Mendívil, sobre cada futbolista, que incluso abarcó conductas personales fuera de la cancha. Aunque el reporte fue archivado, originó antipatías hacia su persona, que finalmente le costaron el cargo. Cuando se anunció que Mendívil sería nuevamente el preparador físico para el Sudamericano “Extra” a jugarse en diciembre, Peñarol se negó a ceder a sus futbolistas, argumentando que se había rozado la moral de los mismos.

El 12 de diciembre, Ecuador le sacó un empate a Argentina mientras que Uruguay goleó a Brasil 3-0.

El grupo preseleccionado comenzó los entrenamientos con la ausencia de los deportistas aurinegros, situación que duró algunas semanas hasta que la dirigencia de la AUF resolvió desafectarlos. Dada esta situación, “Nino” Corazo armó el plantel con jugadores de Nacional, Sud América, Rampla Juniors, Liverpool, Racing, Danubio, Cerro, Defensor y Wanderers. Concomitantemente, desde la Asociación -para evitar males mayores- se procuraba el alejamiento del preparador físico en cuestión, que finalmente ocurrió cuando el profesional presentó su renuncia.

Todos estos percances llevaron al descreimiento general del ambiente del fútbol sobre las posibilidades de la Celeste en el torneo, derivando, incluso, en que no hubiera cobertura periodística uruguaya “in situ” y la afición tuvo que enterarse del desarrollo del campeonato por retransmisiones de radios argentinas.

Sin embargo, y a pesar de todo, Uruguay, tetracampeón del mundo y nueve veces campeón de América, seguía siendo Uruguay.

INAUGURACIÓN OFICIAL ESTADIO MODELO

Curiosamente, el partido inaugural, jugado el 5 de diciembre, no lo disputó la selección local, sino que fue entre Brasil, vigente campeón del mundo, y Paraguay. Los brasileños, sin sus futbolistas mundialistas, derrotaron apretadamente a los guaraníes por 3 a 2. El combinado ecuatoriano debutó un día después ante Uruguay.

URUGUAY BRILLANTE CAMPEÓN INVICTO

El paso del seleccionado uruguayo por suelo ecuatoriano fue arrollador, asegurando el título una fecha antes del cierre del torneo.

Un día después del partido inaugural, se enfrentaron Uruguay y Ecuador ante un recinto repleto por 55.000 espectadores y con la curiosa particularidad de que los futbolistas fueron presentados uno por uno por los parlantes del estadio.

Los dirigidos por Corazo golearon 4-0. Al minuto de juego, luego de un remate de Domingo Pérez que un zaguero local detuvo con la mano, abrió la cuenta de tiro penal Alcides Silveira y aumentó los 31´ Guillermo Escalada y así finalizó la primera parte. Al inicio del segundo tiempo, Mario Bergara marcó el tercer tanto y, poco después, Domingo Pérez puso cifras definitivas. 

El encuentro no finalizó, fue suspendido a los 83 minutos por el árbitro argentino José Luis Praddaude por invasión del público a la cancha, increíblemente para vivar a los uruguayos.

Se saludan los capitanes: Juan José Pizzutti (ARG) y Horacio Troche (URU).Sonríe el referee brasileño Sobrinho. Foto: El Gráfico.

El conjunto celeste no mostró fisuras y dominó el partido. Lo más resaltable en el equipo ecuatoriano (dirigido por el entrenador uruguayo campeón del mundo Juan López), que en ese momento pasó desapercibido, fue el debut de Alberto Spencer, quien resultaría una destacada figura del fútbol sudamericano.

Seis días después, también a estadio lleno, los celestes midieron fuerzas ante Brasil. Afortunadamente, esta vez el cotejo se desarrolló sin incidentes y Uruguay venció con autoridad por 3-0. Los goles uruguayos llegaron en el segundo tiempo, a los 50´ “Chongo” Escalada anotó el primero, puso el segundo Mario Bergara en el minuto 69 y a falta de 14 minutos para el final, cerró la cuenta José Sasía.

El tercer encuentro fue ante la Argentina dirigida por José Manuel Moreno, que venía de organizar y ganar el primer torneo del año. Literalmente, Uruguay vapuleó a los albicelestes por 5-0, en la mayor diferencia conseguida sobre estos por campeonatos sudamericanos. Muy pocas veces los argentinos, que contaban con figuras de la talla de José Francisco Sanfilippo, Antonio Rattín, Raúl Belén y Juan José Pizzuti, inquietaron de cerca a Roberto Sosa. Los defensas uruguayos, con una ordenada marcación, mantuvieron lejos del área a los atacantes rivales, obligándolos a rematar de mucha distancia.

Primer tanto de la Celeste en el clásico rioplatense: «Cacho» Silveira de penal. Foto: El Gráfico.

Alcides Silveira y Mario Bergara convirtieron por partida doble. El número 6 uruguayo marcó ambos goles de penal, especialista en esta clase de tiros. El primero en el minuto 9, mientras que el segundo llegó a los 55’. Bergara, víctima de infracción en uno de los penales, anotó los suyos en los minutos 15 y 64. El tanto restante fue obra de José Sasía, que fue el tercero (25’) y, a la postre, el más bonito de todos. Combinación entre Escalada y Douksas, este a Sasía que ingresó al área y con tiro fuerte derrotó al arquero Negri. Al final del partido, las 25.000 personas que estuvieron en el Modelo aplaudieron a los uruguayos, que tuvieron que dar la vuelta olímpica a pedido de los aficionados ecuatorianos, pese a que todavía no eran matemáticamente campeones.

Prácticamente con el título bajo el brazo, los orientales jugaron el último partido que terminó en empate a uno ante Paraguay. Comenzó ganando la selección guaraní con gol de José Parodi pasada la media hora de juego, en el único gol que recibió Roberto Sosa en el campeonato. El empate llegó a dos minutos de finalizar el encuentro. Varios futbolistas fueron al área adversaria a buscar el tiro libre de Guillermo Escalada. Tras algunos rebotes, “Pepe” Sasía con fuerte remate empató el cotejo. De esta manera, Uruguay se consagraba campeón en carácter de invicto.

Ataca Uruguay, se defiende Argentina. Goleada histórica.

DESTAQUE CELESTE

Uruguay goleó a sus primeros tres rivales (Ecuador, Brasil y Argentina) y, casi campeón, empató a uno con los guaraníes. Cosechó siete puntos, fruto de tres victorias y un empate. Convirtió 13 goles y recibió tan solo uno. Excelente campaña para lograr en forma invicta su décima Copa América. 

El entrenador Juan C. Corazo formó un equipo equilibrado entre defensa y ataque donde sobresalieron Alcides Silvera y José “Pepe” Sasía.

“Cacho” Silveira fue nombrado mejor jugador del torneo y el goleador de Uruguay fue Mario Bergara con cuatro tantos.
 

Roberto Sosa vuela más alto que Pzzutti. Troche observa. Foto: El Gráfico.

RETORNO TRIUNFAL

Apenas unos meses después de la experiencia en Buenos Aires, los futbolistas fueron recibidos en el aeropuerto de Carrasco por cientos de aficionados, que los esperaron hasta las tres y media de la madrugada del día de Navidad.

AUTOR: ANÍBAL REY

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