Los goleadores que hicieron pocos, pero buenos… ¡muy buenos! goles con la Celeste

El «Manteca» Martínez definió una Copa América. Nada menos.

En la historia del fútbol uruguayo existieron hombres muy asociados al gol que lograron plasmar en clubes y Selección dicha cualidad. Pensamos en Pedro Petrone, Héctor Scarone, Oscar Míguez y Luis Suárez, por nombrar un puñadito solamente.

Sin embargo, también hubo otros que, cansados de hacer goles en sus clubes, no pudieron replicar en el combinado dicha aptitud de cara al arco adversario.

Y hay un tercer escalón que es más curioso aún: goleadores absolutos en sus clubes que marcaron pocos tantos en el seleccionado, pero que, a pesar de eso, aparecieron en momentos decisivos, lo que habla a las claras de su jerarquía para mandarla a guardar cuando era más necesario.

Es por ello que vamos a repasar los casos más emblemáticos de goleadores que marcaron pocos, pero buenos goles con la celeste en el pecho.

ANTONIO ALZAMENDI

Si bien no era centrodelantero, sí fue de los últimos punteros goleadores, un hombre con una relación intensa con el gol en su etapa clubista (goleador del Campeonato Uruguayo 1985 disputando apenas una rueda y de la Supercopa 1988). De hecho, anotó cerca de 200 tantos en su vida deportiva. Sin embargo, la suerte le fue esquiva en el combinado en este apartado: entre 1978 y 1990 anotó apenas seis en 31 encuentros con la Celeste en partidos oficiales y cinco en 21 cotejos en internacionales “B”. Sin embargo, el detalle de sus conquistas habla a las claras de su jerarquía: el gol ante Alemania en la Copa del Mundo de México 1986 (1-1); el decisivo tanto ante el campeón del mundo Argentina en su casa en la semifinal de la Copa América 1987 (1-0) que precedió una nueva conquista continental; dos conquistas más en la Copa América de Brasil 1989 para sendas victorias ante Chile y Paraguay y otra clave ante Perú en Lima (2-0) por las Eliminatorias rumbo a Italia 1990. En otras palabras, cinco de sus seis goles con la malla tetracampeona del mundo fueron importantes, muy importantes o absolutamente decisivos. Un crack.

WILMAR CABRERA

Si bien podía jugar prácticamente de cualquier cosa, a la Selección llegó como “9” y fue en ese puesto que la defendió entre 1983 y 1986 en 26 partidos oficiales (agregó siete interncionales “B”). Temperamental, potente, de enorme despliegue y con un cabezazo impactante, apenas convirtió seis goles con la Celeste. Pero dos de esos goles fueron en la Copa América 1983 que se saldó con un nuevo éxito oriental (uno en el 3-0 en casa ante Venezuela y otro importante para igualar ante Perú también en Montevideo 1-1 y acceder a la final del certamen). Un tercer gol importante fue en un amistoso, pero no uno cualquiera: uno de primer nivel en el Centenario ante Inglaterra (2-0) en 1984. El “Toro”, con más de 100 goles en Ligas y habiendo sido máximo scorer del Campeonato Uruguayo 1993, cumplió.

SERGIO MARTÍNEZ

Otro caso curioso. El popular “Manteca” comenzó como puntero derecho, pero siempre con mucha afinidad con el gol convirtiéndose con el paso de los años en la referencia goleadora de todos sus clubes. Definidor de primer nivel, fue dos veces máximo scorer de la Liga Argentina, una vez de la Supercopa y otra de la Copa de Oro Nicolás Leoz. Marcó casi 100 goles en Boca Juniors de Argentina, 28 entre Defensor y Peñarol y 26 en Nacional, promediando medio tanto por cotejo en su carrera. Sin embargo, con la Celeste la cosa fue al revés: anotó solo seis en 35 cotejos (1988-1997), muy pocos para su pedigree. Esos seis goles fueron en amistosos lo que, a priori, no mejora su legado charrúa. Sin embargo, al “Manteca” no se le puede reprochar nada porque si bien no cuenta como gol anotado en esta estadística, su pierna derecha quedó en la historia con el quinto penal que remató ante Brasil en la tanda decisiva en la final de la Copa América 1995 que le dio a Uruguay su 14º título de mejor del continente. El hecho de haber sido el último ejecutante y de enfrentar a un especialista como Taffarel, arquero nada menos que del vigente campeón del mundo, no hace más que agigantar su recuerdo. Cumplió.

RICHARD MORALES

Pese a comenzar a resaltar en el mundo del fútbol de “grande”, el “Chengue” fue sinónimo de gol en Nacional (72 tantos) y también dejó su sello en el resto de los clubes en los que actuó aunque sin tanta contundencia. A la Celeste la defendió entre 2001 y 2005 en 26 encuentros. En ese lapso marcó apenas seis tantos, pero ¿qué se le puede achacar al hombre que, con sus dos goles ante Australia en el “repechaje” (3-0) le dio al seleccionado nacional el pasaje a una Copa del Mundo después de doce años de ausencia? Para mejorar su recuerdo, también tuvo el honor de marcar en el Mundial de Japón y Corea del Sur ante Senegal el tanto con el que la Celeste comenzó la épica remontada ante Senegal (3-3) que, finalmente, no alcanzó para llegar a los octavos de final. Por si le faltara algo, también anotó en la Copa América de Colombia 2001 en la semifinal ante México (1-2; convirtió el empate parcial que nos ilusionaba con el pase a la final). Poco más para agregar.

BIBIANO ZAPIRAIN

Similar caso al de Alzamendi. Zapirain era un wing izquierdo clásico, veloz y con un poderoso remate que lo llevó a convertir nada menos que 118 goles en Nacional en apenas 196 partidos. Marcó 18 en 58 encuentros con el Internazionale de Milán y más de 100 en su etapa en el fútbol colombiano. A pesar de ello, solo sumó cuatro en 20 duelos con la Celeste entre 1942 y 1946. De esos cuatro, tres en la Copa América que conquistó en casa el seleccionado en 1942 destacando ampliamente el que le hizo a Argentina en el último partido a los 57´ que significó el título. Un grito que pasó a la historia y que aún hoy retumba en el corazón oriental. Pavada de gol, ¿verdad?

HUGO GUERRA

El recordado goleador uruguayo que destacó ampliamente en el fútbol argentino, donde marcó 109 tantos y que también sobresalió en nuestro balompié, fue citado por Luis Cubilla al seleccionado mayor en diversas oportunidades ingresando siete veces a la cancha y marcando solo un gol entre 1992 y 1993. Usted dirá que es muy poco y puede que tenga razón, pero recordando que no siempre fue titular y que su única conquista le valió a la Celeste un triunfazo ante Brasil en Brasil después de 42 años (2-1) por más que se tratara de un amistoso, lleva a que su paso por el combinado sea recordado con mucha alegría.

AUTOR: PABLO VEROLI

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