Su notable carrera directriz no gozó de privilegios, todo lo alcanzado fue exclusivamente en base a sus propios méritos.
En 1968 comenzó su actividad en Danubio y a lo largo de su trayectoria ocupó diversos cargos: vocal, tesorero, contador, delegado y finalmente fue presidente en dos períodos entre 1981 a 1988 y de 1991 a 1992.
Si bien en todos los puestos su desempeño fue destacado, aún se recuerda su enérgica voz en las Asambleas de Clubes defendiendo los intereses danubianos, ya sea como delegado o presidente.
Gracias a su firmeza y capacidad alcanzó en julio de 1974 la presidencia del Comité Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol, aquel que mereciera del público y prensa el honroso calificativo de “Ejecutivo de Oro”, entre los muchos aciertos debemos destacar la implantación de la Liguilla Pre-Libertadores.
Desde el puesto más alto de nuestro fútbol intentó renovar y remover los vetustos regímenes que imperaban en la A.U.F. Aquel Ejecutivo extendió la actividad futbolística a todo el año, creando nuevos campeonatos como la “Liga Mayor” y además jerarquizó el propio Campeonato Uruguayo.
Fue también objetivo del “Ejecutivo de Oro” que la “gloriosa celeste” reverdeciera viejos laureles. Entre otras acciones, trajeron entrenadores polacos y yugoslavos, mucho antes que éstos fueron considerados por todo el mundo, con el propósito de brindar otra visión del fútbol, desarrollar nuevos sistemas de juego, etc.
Lamentablemente, el Uruguay pasaba años difíciles y Del Campo y sus compañeros sufrieron las reacciones de los conservadores y tuvieron que irse de la Asociación Uruguaya de Fútbol.
Retornó a Danubio en 1981, como flamante Presidente electo y a partir de allí fue el directo responsable del sostenido crecimiento que tuvo el club de la Curva de Maroñas. Potenciándolo en todos los aspectos, deportivamente alcanzó los mayores logros de su historia, institucionalmente revalorizó la imagen y en cuanto a obras: ideó, proyectó y construyó el Complejo Deportivo para las Divisiones Juveniles, que justicieramente lleva su nombre.
Durante sus mandatos Danubio obtuvo: en 1982 el subcampeonato en el Torneo “Copa de Oro”, en 1983 el subcampeonato del Uruguayo, que no se alcanzaba desde 1954 y en forma invicta la Liguilla, el segundo puesto en el “Colombes” en la temporada de 1984. Y en el inolvidable 1988, Danubio primero ganó el “Competencia” e inmediatamente después el Campeonato Uruguayo.
Además, Liguillas mediante, Danubio clasificó dos veces a la Libertadores y también dos a la Copa Conmebol. Por su parte las categorías juveniles comenzaron un proceso ganador que aún perdura, y alcanzaron en 12 oportunidades el título máximo.
Sus irrenunciables premisas fueron: apoyo decidido a las divisiones juveniles, promoción de valores jóvenes, austero pero inteligente manejo de la economía y desarrollo institucional.
Fue además Vicepresidente de la de la Confederación Sudamericana de Fútbol y Presidente del Comité Organizador de la Copa América ’95, hasta su muerte, ocurrida el 7 de agosto de 1992.
Fuera del ambiente del fútbol su gran vocación de servicio lo llevó a ocupar cargos públicos en el Parlamento, en la Constituyente Carta de 1967, fue director del Banco Central, de la Bolsa de Valores y del Jockey Club.
El recuerdo para “Mongo” uno de los más notables dirigentes que diera el fútbol uruguayo.