No pretendemos sentencias definitivas, pero sí bucear en la historia y definir los impactos en la red más decisivos de los 10 máximos scorers de la historia de la gloriosa Selección Uruguaya.
Se tomará para esto varios puntos: la relevancia del tanto, lo que le dio a la Celeste y los contextos de cada uno (torneos, partidos, momentos, etc.).
No es una tarea sencilla y puede haber varias opiniones, pero asumimos la responsabilidad.
Aquí vamos.
1-Luis Suárez a Inglaterra (2º gol), Copa del Mundo Brasil 2014
El máximo goleador de la Celeste: 68 gritos en 132 encuentros. Al salteño no solo se le caen los goles, sino que le sobran los decisivos. Sin repetir y sin soplar: los dos tantos a Corea del Sur en el Mundial de Sudáfrica 2010 que le dieron el pase a los cuartos de final al seleccionado después 40 años; los dos goles a Perú en las semifinales de la Copa América 2011; el primer gol de la final de dicho certamen ante Paraguay; los tantos clave en la Eliminatoria rumbo a Qatar 2022 (Paraguay, Chile)… En fin.
Sin embargo, elegimos otro: el segundo ante Inglaterra en Brasil 2014 por la segunda jornada de la fase de grupos. Uruguay integraba el “Grupo de la muerte” con los ingleses, Italia y Costa Rica. Tres campeones del mundo y un combinado centroamericano que muchos podrían minimizar, pero que, en la primera fecha, había vencido 3-1 a los orientales, dejándolos contra las cuerdas.
El 19 de junio-¡qué fecha!- para la Celeste era ganar o ganar. Suárez, que iba a debutar en el torneo tras recuperarse de manera milagrosa de una lesión de rodilla sufrida apenas un mes atrás, no estaba en su mejor forma. Aún así, anotó de cabeza el primer gol a los 39´ solo para ver como Wayne Rooney igualaba a los 75´. Ídolo del Liverpool británico, Suárez venía de ser castigado por diferentes motivos en tierras inglesas, por lo que también era un cotejo especial para él. Cuando restaban apenas 5´, y los comandados por Oscar Washington Tabárez comenzaban a entonar la retirada, Edinson Cavani peinó de forma maestra un envío largo y dejó de cara al arco a “Lucho”, que a pura potencia ingresó al área y perforó a Joe Hart. Ganó de forma agónica la Celeste y comenzó a encaminar el pase a los octavos de final.
2-Edinson Cavani a Portugal (2º gol), Copa del Mundo Rusia 2018
Al momento, “Edi” es el segundo máximo anotador de la historia del combinado con 58 goles en 133 partidos. Muy cerca del primer puesto, ¿qué se puede decir de este “Matador”? Goles en todos los Mundiales que disputó, goles en Eliminatorias (uno muy importante ante Venezuela de visita y otro ante Argentina como local en 2013), Copas América, Copa Confederaciones, festejos ante selecciones de primer nivel mundial…
Sin embargo, no hay dudas cuando de elegir su tanto más importante se trata: Copa del Mundo Rusia 2018, Sochi, 30 de junio, octavos de final. Uruguay 2-1 Portugal. En la primera mitad, el mismo Cavani había abierto la cuenta con un cabezazo letal a centro de Suárez. En el complemento, Pepe igualó para los lusos y cuando la situación se ponía difícil, una rápida contra manejada por Rodrigo Bentancur, puso en carrera al salteño quien, de primera y al borde del área, con un derechazo con efecto y colocado, decretó el festejo y el pasaje de la Celeste a los cuartos de final. Fue, además, el mejor partido de Cavani con el seleccionado, de los tantos y tantos buenos que ha tenido.
3-Diego Forlán a Ecuador, Eliminatorias rumbo a Sudáfrica 2010
No. No es un error. Quien fuera por un tiempo el máximo scorer de la Selección Uruguaya de la historia (2011-2013), y que acumuló nada menos que 36 gritos en 112 cotejos, convirtió en dos Copas del Mundo (2002 y 2010), le marcó dos en la final de la Copa América 2011 a Paraguay (3-0), hizo tantos de todos los colores por las Eliminatorias y, sobre todo, sus cinco latigazos lo transformaron en el goleador y mejor jugador de Sudáfrica 2010. ¿Y elegimos uno de Eliminatorias? ¿Y encima de penal? Sí, sin dudas.
El 10 de octubre de 2009, la Celeste llegaba con el agua al cuello (6ª colocación) al casi imposible Quito para medirse al complicadísimo Ecuador, que se encontraba 4º y que peleaba mano a mano por un lugar con los nuestros. Si en las dos últimas fechas (el citado Ecuador y Argentina-5º-), los orientales no sumaban como mínimo tres unidades, directamente quedaban eliminados por segunda vez consecutiva de un Mundial, acrecentando la frustración del pueblo futbolero.
El dueño de casa se puso adelante a los 68´ y todo se complicó, pero enseguida, a los 69´, Suárez salió al rescate e igualó la contienda. El árbitro había marcado tres minutos de descuento. Cuando todo parecía terminar en empate, en el último minuto de juego, en una rápida contra liderada por Álvaro Pereira y Forlán, Cavani ingresó al área y fue derribado por el arquero. Claro penal que cayó como una bendición inesperada. El alma volvía al cuerpo. Pero claro, había que asumir la responsabilidad de patear el penal y convertirlo. Era penal y se terminaba. Era (casi) Mundial o no. Y esa pelota, que pesaba una tonelada, fue reclamada por Forlán, ya todo un hombre de experiencia y referente del combinado. No dudó. La colocó de forma magistral en el ángulo derecho del arquero y la Selección se aseguró, como mínimo, el repechaje ante Costa Rica. Pudo ser clasificación directa si se vencía a Argentina, pero, como fuera, ese gol ya había puesto con un pie y medio en Sudáfrica a la Celeste.
4- Héctor Scarone a Argentina, Juegos Olímpicos Ámsterdam 1928
Un gol que le dio a Uruguay su segundo título mundial. No habría mucho más que agregar, pero adquiere un significado más trascendente aún por haber sido convertido por el, para muchos, mejor jugador uruguayo de la historia, un hombre acostumbrado a las hazañas y a los tantos decisivos y salvadores, como el que le dio la Copa América de 1917 a la Celeste (1-0; también ante los albicelestes, sus rivales predilectos), los gritos ante Yugoslavia, Estados Unidos y Francia (2) en Colombes 1924 y Holanda e Italia en 1928.
Sin embargo, después del tanto a los argentinos en Ámsterdam, el que se lleva todos los premios es el que le anotó a Holanda en las semifinales de 1924 cuando, a menos de 10´ para la finalización del match, dio vuelta el marcador y metió a los charrúas por primera vez en una final mundialista con un penal inatajable, lanzado a su estilo (2-1).
El tanto de la segunda final de 1928 ante los hermanos platenses fue una obra de arte: restaban 17´ y el empate 1-1 no se modificaba, hasta que una corrida por izquierda de Roberto Figueroa propició un centro al área que Renée Borjas saltó a cabecear con un back rival y, como si tuviera ojos en la nuca, vio como por detrás llegaba como un suspiro el enorme “Rasquetita”. El entreala derecho recibió el pase de cabeza de “Tito”, quien le gritó: “¡Tuya, Hécytor!” y, en la puerta del área grande, sacó un zapatazo de sobrepique, espectacular, un derechazo impresionante que batió sin miramientos al arquero argentino Ángel Bossio. Gol y título del mundo de quien por casi un siglo ostentó el récord de máximo artillero celeste (31 goles en 52 partidos). ¿Algo más?
5-Ángel Romano a Brasil (1er gol), Copa América Chile 1920
El “Loco”, 28 goles en 70 encuentros como celeste, es otro de los grandes cracks de la historia oriental. Hasta la explosión de Scarone, ostentaba el galardón de máximo goleador charrúa. A los argentinos les marcó incontables veces, obteniendo con sus conquistas diferentes copas como la Newton de 1917 o la Lipton de 1922. También convirtió en varias Copas América (fue goleador en 1917 y 1920) y en los Juegos Olímpicos de 1924 los que sufrieron su «locura» anotadora fueron Yugoslavia (7-0), Francia (5-1) y Suiza, en la final (el tercero del 3-0). Otro gol clave lo materializó en el último partido de la Copa América de Chile 1920, cuando ante el dueño de casa abrió el marcador a los 38´. El local igualaría en el complemento, solo para ver como José Pérez (65´) sentenciaba a favor de los nuestros para un nuevo éxito sudamericano (2-1).
Sin embargo, vamos a elegir el primero de sus dos goles a Brasil en la goleada 6-0 en el citado certamen. ¿Por qué? La Celeste, sin Héctor Scarone, comenzó su andadura en el torneo con un ajustado empate 1-1 ante Argentina. Brasil, campeón vigente de la Copa tras una interminable final ante Uruguay en 1919, había debutado con el pie derecho venciendo a los trasandinos 1-0. La ecuación era la siguiente: un triunfo norteño en la segunda jornada, eliminaría a los nuestros y encaminaría a la verdeamarelha a un bicampeonato. Un empate también dejaría en la puerta de salida a los orientales.
Sin embargo, sabiéndose lo que se jugaban, los uruguayos no solo ganaron sino que le infligieron a Brasil la mayor goleada de su historia hasta el 7-1 de Alemania en la Copa del Mundo 2014. Fue 6-0 para el combinado charrúa, siendo el encargado de abrir la cuenta Romano, cuando el cotejo se presentaba muy trabado y solo una genialidad podía desatascarlo. Poco después, Antonio Urdinarán aumentaba de penal y la cuenta siguió. El “Loco” marcó también el quinto. El triunfo y la diferencia de goles fueron, a la postre, clave para un nuevo título-el tercero tras 1916 y 1917- después de la mencionada victoria ante Chile en la jornada final.
6-Oscar Omar Míguez a Suecia (2º gol personal), Copa del Mundo Brasil 1950
El “Cotorra” hizo goles que, generalmente, eran golazos dada la enorme categoría que poseía (totalizó 27 en 39 encuentros). Siempre convirtió en certámenes de primer nivel (cinco en la Copa del Mundo de Brasil 1950; tres en la Copa del Mundo de Suiza 1954; seis en Copas América; seis en Juegos Panamericanos, etc.) y fueron sus víctimas selecciones muy poderosas como Brasil, Argentina, Inglaterra, Escocia y Checoslovaquia, entre otras. De todas formas, es sencillo elegir su tanto más importante de celeste: el segundo de los que le marcó a Suecia en el Mundial de 1950 (3-2).
13 de julio. Segunda jornada de la fase final. Uruguay comenzó tropezando en aquella liguilla tras igualar con mucho sacrificio 2-2 ante España. No había mañana ante Suecia. Un empate o una derrota despedían a los nuestros de cualquier posibilidad de título. Era matar o morir, futbolísticamente hablando.
Enfrente, los escandinavos, que venían de caer 7-1 ante el local, pero, atención, no eran ningunos negados: avanzaron en su grupo dejando por el camino a Italia y Paraguay y, además, se trataba de los vigentes campeones olímpicos (Londres 1948). Suecia se puso en ganancia a los 5´. Alcides Ghiggia empató a los 39´ con un golazo, pero un minuto después, los suecos volvieron a sacar ventaja. Al todo o nada, Míguez logró empatar a los 77´ y cuando la esperanza se moría, cuando restaban apenas 5´ para que todo terminara y para ser los partenaire del seguro título de Brasil en la última jornada, el “Cotorra” sacó provechó de una pelota sucia en el área y gol. Uruguay podía ser campeón del mundo. Y lo terminó siendo, nomás.
7-Sebastián Abreu a Costa Rica, repechaje rumbo a Sudáfrica 2010
Aclaración inicial: el gol más importante que marcó Abreu con la Celeste fue ante Ghana por los cuartos de final de la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, en la tanda de penales que colocó a los nuestros en una semifinal planetaria tras 40 años. No nos olvidamos de la famosa “picada”, símbolo de la jerarquía, categoría y genialidad de ese intratable goleador llamado Sebastián Abreu.
Pero aquí queremos rememorar un tanto muy importante (sumó 26 en 70 cotejos en total) durante el transcurso de un partido que tuvo una importancia vital: fue el gol que depositó, literalmente, a los charrúas en la soñada copa africana tras ocho años de sinsabores.
En la ida del repechaje ante Costa Rica, los orientales se impusieron 1-0 en condición de visitantes. El 18 de noviembre de 2009 se definía todo en el Centenario. Fue un partido trabado, luchado, de pierna fuerte, intenso dentro y fuera de la cancha. Uruguay necesitaba un gol para lograr la tranquilidad necesaria. A los 64´, Abreu ingresó por Luis Suárez y, a los 69´, un centro perfecto desde la derecha de Andrés Scotti le posibilitó al “Loco” conectar un cabezazo imparable que derrotó a Keylor Navas.
La importancia de ese grito sagrado no se vio tanto en ese momento sino cinco minutos después cuando los “Ticos” igualaron, quedando a un gol de estirar la definición. Fueron 20´ de impacto emocional, con un rival jugándose la ropa, pero, finalmente, y gracias a esa conquista, los orientales volvieron a una Copa del Mundo para seguir haciendo historia.
8-Pedro Petrone a Suiza, Juegos Olímpicos Colombes 1924
Con apenas 19 años, “Perucho” Petrone ya había sido el hombre gol que le había dado a Uruguay la Copa América de 1923 y el crack que se convertiría en el máximo goleador del torneo mundial de los Juegos Olímpicos de 1924, con siete conquistas, además del mejor jugador de acuerdo a los especialistas.
A esas alturas, le estaba mostrando al mundo que no era un centrodelantero más, sino que era el mejor centrodelantero del planeta. De eso no había dudas. Su fuerza, su velocidad imparable, su garra, su sed de gol y su potentísimo remate lo transformaron en el icono del “9” a nivel global.
Goleador de la Copa América 1923, en Colombes le hizo dobletes a Yugoslavia (7-0), Estados Unidos (3-0) y Francia (5-1).
Sin embargo, el partido que le iba a dar el rótulo de estrella mundial iba a ser la final, instancia donde se ven los “pingos”. Uruguay tenía que hacer un gol rápido para desestabilizar a Suiza. Y si se trataba del primer tanto, del tanto que «abriera la lata», pues bien, para eso había que recurrir a Petrone.
Así, a los 9´ lo pusieron en carrera al área. A pura potencia, el ariete fue peleando palmo a palmo con los dos backs centrales helvéticos: Adolphe Reymond y Rudolf Ramseyer, y con otro adversario más (¡tres hombres en total!). Al final, logró imponerse y cuando parecía que el balón iba a quedarle un poco largo, sacó un misil que dejó parado, atónito al arquero Hans Pulver. El golero aseguraría luego que nunca vio por donde pasó aquel cañonazo. Pedro Cea y Romano, en el complemento, coronaron la goleada y la Celeste fue campeona del mundo por primera vez.
“Perucho” siguió ganando títulos (Copa América 1924, Juegos Olímpicos Ámsterdam 1928, Copa del Mundo de 1930) y goleando con Uruguay (le marcó a Argentina en el 1-1 de la primera final de Ámsterdam 1928, por ejemplo) hasta su retiro de la selección en 1930, convirtiendo 24 tantos en apenas 28 juegos, acumulando el mejor promedio (0, 86) para un futbolista charrúa de todos cuantos se hayan colocado la gloriosa malla.
9-Carlos Aguilera a Brasil, Copa América 1983
El tanto más importante de los 22 en 64 partidos que marcó el “Pato” con Uruguay fue, sin dudas, el tanto que, ni más ni menos, le dio a Uruguay la Copa América de 1983 (sede rotatoria).
La ventaja de 2-0 de la ida disputada en Montevideo parecía buena diferencia, pero enfrente estaba uno de los grandes combinados brasileños de todos los tiempos, plagado de cracks y con un fútbol sensacional. No iba a ser fácil.
El 4 de noviembre en Bahía y ante 90.000 espectadores, Aguilera, un notable delantero, vivió su momento de gloria.
Brasil ganaba 1-0 desde los 23´ gracias a Jorginho y amenazaba con arrebatarles la gloria a los uruguayos. Sin embargo, a los 77´, llegó la hora indicada.
Aguilera, en tres cuartos de cancha, abrió a la derecha para Venancio Ramos. “Chicharra” dejó en blanco nada menos que a Junior y mandó un centro perfecto al corazón del área para que el pequeño atacante se elevara y cabeceara al gol ante la marca del gigante Mozer. Y fue gol. Golazo. Empate y título para los charrúas.
10-Fernando Morena a Ecuador (2º gol), Eliminatorias rumbo a Alemania 1974
La situación era la siguiente: 8 de julio de 1973, última fecha del Grupo 1, Uruguay tenía que ganarle en casa a Ecuador al menos por dos goles para clasificar al Mundial de Alemania.
Colombia lideraba la zona con 5 puntos. Uruguay sumaba 3 y Ecuador, sin chances, 2. Pero los cafeteros, que tres días antes habían sorprendido a los orientales en el Centenario (0-1), tenían un saldo a favor de +1, mientras que el de los celestes era 0.
Si Uruguay iba a la Copa del Mundo, sería por diferencia de goles. La responsabilidad era toda de los charrúas.
Y fue allí que en el Centenario, Morena (53 juegos, 22 gritos en total) hizo lo que mejor sabía y abrió el partido a los 4´. Sin embargo, el gol más importante fue el segundo, que marcó a los 27´, para comenzar a darle la clasificación a Uruguay. Luego llegaron los tantos de Luis Cubilla (30´) y Denis Milar (62´), pero el trabajo más duro lo había hecho el “Nando”, que metió a la Celeste en Alemania.