A comienzos de 1954, Uruguay era campeón mundial y se preparaba para defender el título en Suiza. Al mismo tiempo, un seleccionado de menores de 19 años conquistaba en Caracas el primer Sudamericano Juvenil. Por eso, cuando la AUF organizó el calendario para ese año, les dedicó un certamen. Y así fue que el tradicional Torneo Competencia se llamó “Campeones Sudamericanos Juveniles”.
Pero como estaba claro que la ausencia de los jugadores convocados a la Selección le quitaría brillo a aquel campeonato, a alguien se le ocurrió una idea que le pareció brillante: invitar a clubes europeos para intervenir, pensando en la atracción que podían despertar entre las colectividades española e italiana en el país. Así, se convidó a Deportivo La Coruña y Atalanta. Los italianos no aceptaron, pero sí los gallegos, por lo cual durante el mes de julio de 1954 se produjo el hecho único en el fútbol uruguayo y raro en el resto del mundo: un equipo participando en un torneo oficial de un país extranjero.
El año ’54 comenzó con el Campeonato Uruguayo 1953 pendiente de definición y luego se disputó la segunda Copa Montevideo, un internacional de verano que enfrentó a los dos grandes uruguayos con Fluminense y América de Brasil, Sportivo Luqueño de Paraguay, Alianza Lima, Rapid de Viena y Nörrkoping de Suecia.
La temporada oficial, sin los jugadores del seleccionado, empezó el 1° de mayo -pese al feriado del Día de los Trabajadores- con Peñarol-River por el “Campeones Sudamericanos Juveniles”, un nombre largo que algunos diarios prefirieron cambiar por “Torneo Especial”. La competencia se organizó en dos series: River Plate, Cerro, Peñarol, Wanderers y Liverpool en la “A” y Nacional, Rampla Juniors, Danubio, Defensor y Miramar en la “B”.
Se estipuló que los mejores de cada grupo pasarían a disputar la serie “Internacional” con el Deportivo, en tanto el resto jugaría un “repechaje”. Los ganadores se volverían a cruzar para definir el título, pero esto no le quedó claro al público ni a la prensa, como se verá algunas líneas más adelante. Claro, todos estaban más atentos a lo que ocurría en el Mundial de Suiza.
El invento tampoco tuvo mucha suerte, pues abundaron las suspensiones por mal tiempo. El debut de La Coruña, séptimo en la Liga 1953-1954, se demoró casi dos semanas. Eso quizás aumentó la expectativa y atrajo a 25.000 personas el día de su partido ante Nacional el 4 de julio, justo el día de la final del Mundial entre Alemania y Hungría. Un tricolor integrado en su mayor parte por juveniles ganó 2 a 1. El equipo español se mostró según El País “maniobrero y lucido en el medio juego pero ineficaz en el asedio a las últimas posiciones y en el puntillazo final”. Esa descripción se ajustó a lo hecho por La Coruña en todos sus partidos.
Luego, el Deportivo estuvo a punto de vencer a Peñarol, pero el aurinegro rescató un punto sobre el final, con un gol de penal del campeón de 1950 Juan Carlos González. Después, los gallegos visitaron Belvedere para empatar con Rampla y se despidieron perdiendo ante River por 2 a 1 en el Centenario, con lo cual cerraron su campaña ocupando el penúltimo puesto en su serie.
Pero su adiós pasó casi inadvertido, porque ese fin de semana tuvo lugar el clásico, que registró el único estadio lleno de aquel complicado torneo. Peñarol se impuso 3 a 2 y según el diario El Debate, “ganó el Campeonato Especial”. Sin embargo, no era así: todavía quedaba un triangular entre los dos primeros de la serie “Internacional”, Peñarol y River, y el ganador del repechaje, Cerro.
Los aurinegros resultaron campeones al vencer a River por 6 a 1 y a Cerro por 5 a 1. Más que el título, lo que quedó en la historia fue el partido de despedida de Juan Alberto Schiaffino. Ya transferido por precio récord al Milan, el Pepe quiso despedirse de la hinchada y jugó ante River, una actitud que hoy sería llamativa ante el riesgo de lesión.
Cuando se estaba definiendo el “Campeones Sudamericanos…” en la AUF todavía no se sabía cómo continuaría la programación. Hubo otra idea curiosa: disputar un Torneo Invierno con el campeón y el vicecampeón de Hungría, aprovechando el auge del fútbol de aquel país. Pero no fue posible contratarlos y al final se jugó el tradicional Torneo Cuadrangular, entre los cuatro mejores del Uruguayo anterior, que eran Peñarol, Nacional, Rampla y River. También se anunciaba que en breve se implantaría un sistema de apuestas deportivas como el Totocalcio italiano, algo que nunca ocurrió.
¿Y qué pasó con el Deportivo La Coruña? De Montevideo viajó a Buenos Aires, donde empató con San Lorenzo. Y ya de regreso a España, perdió 4 a 1 con Flamengo en Río.