Agustín Canobbio fue convocado oficialmente por el cuerpo técnico que encabeza el entrenador Diego Alonso para formar parte del plantel uruguayo que disputará la Copa del Mundo de Qatar 2022.
De esa forma, cumplirá el sueño de defender al combinado en el máximo certamen a nivel mundial.
Sin embargo, no es el único Canobbio en lucir ni haber lucido la celeste en una Copa del Mundo (recordemos que ya lo había hecho en la categoría Sub 20).
En un caso de menor relieve, el padre del volante externo o extremo, Osvaldo, fue el primero de la familia en alcanzar tal meta aunque, claro, lo hizo únicamente en una categoría menor: la Sub 20. Sin embargo, no deja de ser un logro destacado.
Como fuera mencionado, Agustín también alcanzó ese objetivo con la Sub 20 en 2017, cuando actuó en el Mundial de Corea del Sur (4º puesto) después de haber sido campeón sudamericano en Ecuador, pero ninguno había logrado, hasta ahora, conseguirlo en la mayor.
EL 9. Osvaldo (Montevideo, 17/2/1973) era un centrodelantero letal en el área, goleador desde las categorías formativas de River Plate, club en el que debutó en Primera División en 1990.
En esa temporada, Canobbio padre actuó con suceso en juveniles y dio una mano en la Primera, pero tuvo la mala fortuna de que su club descendió de categoría.
Sin embargo, su nivel no pasó desapercibido para el entrenador de la Sub 20, Juan José Duarte, quien lo incluyó en la lista de 18 futbolistas que viajaron a Venezuela para jugar el Sudamericano de 1991 entre el 1º y el 7 de febrero.
Los nombres de aquel equipo eran esperanzadores: Paolo Montero, Diego Dorta, Gustavo Ferreyra, Washington Tais, Marcelo Tejera, Darío Silva y el mismo Canobbio, entre otros, hacían pensar en una gran participación. Y si bien no se alcanzó la meta del título, se cumplió al finalizar terceros por detrás de Brasil (campeón) y Argentina y acceder al Mundial de Portugal. ¿La curiosidad? Los tres primeros puestos se definieron… ¡por diferenciad de goles!
La Celeste jugó siete partidos, de los cuales venció tres y empató cuatro. Se retiró invicta. Osvaldo partió desde el banco de suplentes y logró disputar tres encuentros, marcando un tanto y no fue cualquier tanto: le anotó a Argentina en el último duelo del cuadrangular final que le aseguró el sitio mundialista al combinado (1-1). Nada menos.
Mientras Canobbio seguía marcando goles en River Plate, en un año en que su equipo obtendría el ascenso a Primera División, fue convocado, como no, para el Mundial Sub 20 de Portugal (14 al 30 de junio).
Con la base del Sudamericano, el seleccionado volvía a despertar ilusiones.
Sin embargo, nada fue como se esperaba y el papel oriental fue realmente malo: afuera en primera fase perdiendo sorpresivamente 1-0 ante Siria y siendo goleado 6-0 por España. El último partido fue por cumplir ante Inglaterra. Con ambos equipos eliminados, el 0-0 no sirvió ni de consuelo.
El sueño mundialista de Osvaldo se evaporó de la peor manera. Fue todo tristeza porque, además, Uruguay no hizo ni siquiera un gol. Con la camiseta 17, el delantero fue titular ante España (sustituido a los 51´ por Gustavo Ferreyra) e Inglaterra.
Con dos temporadas brillantes en el Campeonato Uruguayo en 1992 y 1993, Canobbio debutó con la Selección mayor y volvió a ser requerido por la Sub 23 que durante el mes de febrero de 1994 disputó la Copa de las Américas en Colombia, torneo oficial, pero de carácter especial de la Confederación Sudamericana de Fútbol.
Aun jugando en los “darseneros”, se estrenó oficialmente con la mayor el 13 de octubre de 1993 en un amistoso ante Alemania en Karlsruhe (0-5). Aquella noche germana, ingresó a los 62´ por Jacinto Cabrera y con la camiseta número 16. El DT era Roberto Fleitas.
Con su pase a Nacional concretado en febrero de 1994, el delantero viajó a Colombia a lucir nuevamente la casaquilla más gloriosa en el torneo de las Américas Sub 23.
La Celeste compartió grupo con Argentina, Venezuela y Costa Rica. Venció a los “ticos” 2-0 y a los caribeños también 2-0. Igualó 2-2 ante los hermanos platenses con un nuevo gol vital de Canobbio para acceder a las semifinales. Aquel encuentro fue hazañoso porque los charrúas lo empataron con nueve hombres tras las expulsiones de Claudio Elías y Alejandro Márquez.
En la instancia semifinal, una vez más Uruguay hizo historia al eliminar a Brasil (2-1) aunque, finalmente, fue vicecampeón tras perder la final ante Colombia, local, 3-2, con Osvaldo como titular.
En resumen, el goleador disputó cinco encuentros y convirtió un tanto de sumo relieve. Además, realizó un gran trabajo en cancha, más allá del apartado anotador.
Los 21 goles que marcó en 1994 con Nacional, como era de esperar, le abrieron nuevamente paso a la Selección mayor.
Así, actuó en casi todos los partidos preparatorios de cara a la Copa América 1995 con buen suceso.
El 22 de marzo de 1995 fue titular y le marcó a Colombia en Medellín (1-2); el 25 de marzo fue titular ante Estados Unidos en Dallas (2-2); el 31 de marzo fue suplente e ingresó a los 77´ por Marcelo Otero ante Yugoslavia en Belgrado (0-1); el 5 de abril fue suplente e ingresó a los 69´ por Darío Silva ante Perú en Montevideo (1-0); el 2 de junio fue suplente e ingresó a los 45´ por Daniel Fonseca ante Nueva Zelanda en Paysandú (7-0) y anotó un tanto, y el 28 de junio fue titular y fue sustituido a los 45´ por Ruben Sosa también ante Nueva Zelanda (2-2).
Poco después del último partido, el entrenador Héctor Núñez desafectó a tres jugadores y dio la lista de 22 futbolistas convocados para disputar la Copa América en casa. Marcelo Tejera, Darío Silva y Canobbio fueron los elegidos para abandonar el núcleo que, un mes después, se consagraría campeón sudamericano.
Ya jugando en el Deportivo Español de la República Argentina, vistió por última vez la Celeste el 16 de noviembre de 1997 en el Campus de Maldonado ante Ecuador (5-3) por la última fecha de las Eliminatorias rumbo a Francia 1998.
El técnico Roque Máspoli le dio entrada a los 77´ en lugar de Sebastián Abreu.
Y aquello fue lo último de Canobbio. Con apenas 25 años, dejó de ser tenido en cuenta por el combinado.
Sin embargo, en general redondeó una más que aceptable tarea teniendo en cuenta que fue jugador de la Sub 20 en un Sudamericano (gol a Argentina) y un Mundial; jugador titular de la Selección Sub 23 (gol a Argentina) en un torneo oficial y sumó ocho juegos y dos goles con la mayor, destacando un duelo por Eliminatorias y quedando muy cerca del plantel definitivo campeón de la Copa América 1995. Además, con el combinado principal también acumuló dos partidos y dos goles en encuentros del tipo “B” en 1995.
En resumen, y metiendo todo dentro de la misma bolsa, fueron 20 partidos y seis goles de celeste en su trayectoria.
El 19. Claro, luego llegaría su hijo Agustín (Montevideo, 1/10/1998) y lograría superarlo ya que comenzó en la Sub 17 uruguaya (suplente en cuatro ocasiones), fue campeón sudamericano Sub 20 y cuarto en el Mundial de la categoría de Corea del Sur en 2017 (en total, 21 partidos en la categoría entre amistosos y oficiales) y fue convocado a disputar el Mundial de mayores en Qatar 2022 después de haber colaborado para acceder a tal evento en las Eliminatorias (dos juegos).
De todas formas, nadie le quita a la familia Canobbio el orgullo de que padre e hijo hayan quedado asociados para siempre con la Celeste.
AUTOR: PABLO VEROLI