Si bien las selecciones mayores absolutas son las que se llevan todas las palmas y el protagonismo, las asociaciones de fútbol de los distintos países del continente supieron también contar con combinados íntegramente formados por futbolistas de la Segunda División, la famosa “Selección de la B”.
Generalmente, estos seleccionados específicos de la segunda categoría del balompié de cada país se limitaron a disputar partidos amistosos entre sí, pero también ante clubes e, incluso, participar de torneos amistosos alrededor del mundo, en los que actuaban, para sorpresa de muchos, combinados absolutos.
Estos casos fueron típicos de la Selección de la B uruguaya, que desde los años cuarenta del siglo pasado y hasta entrado el siglo XXI disfrutó de mucha actividad y, lo que es mejor, de un respeto ganado en nuestro deporte.
En 2001, la Selección de la B tomó parte de la Copa Millenium en la India, ganando su grupo, en el que venció a los principales combinados-los “A”- de Islandia (2-1) e India (3-0), cayendo en cuartos de final ante Bosnia y Herzegovina en tiempo suplementario (2-3).
En cuanto a sus futbolistas en general a través de los años, muchos de ellos fueron figuras importantes del balompié oriental y otros, futuras estrellas. Así, hombres como Eusebio Ramón Tejera, Júpiter Crescio, Omar Pedro Méndez, Celmar Aguilera, Obdulio Trasante, Héctor Tuja, Luis Romero, Richard Morales, Walter Pandiani y José María Franco, entre tantos, lucieron la «otra» celeste.
Era tan respetable y reconocida la tarea de todos estos seleccionados que en 1962 se decidió, a influjo de la Federación Peruana, disputar el primer Sudamericano de Selecciones de la Segunda División, también llamado Sudamericano de Ascenso o de Primera B.
Sí, una Copa América… pero de la “B”.
En aquella ocasión, Uruguay no participó: actuaron en Lima, Perú, el local, Brasil-a la postre, campeón-, Argentina, Paraguay y Chile.
Saldada con éxito la primera entrega del certamen, la Celeste sí dijo presente en la segunda edición en 1964, en Argentina, pero no le fue bien: los norteños repitieron el título en un torneo que, además, componían el dueño de casa, Perú y Paraguay.
Sin embargo, los Sudamericanos de la B quedaron archivados durante mucho tiempo hasta que, en 1994, en Paraguay se disputó la última edición, hasta ahora, del campeonato continental.
Aquello fue en el mes de febrero y, bajo las órdenes del entrenador Carlos Manta, los orientales llevaron un potente representativo de la categoría, lleno de jugadores que disfrutaron o disfrutarían de largas trayectorias en el fútbol local y hasta internacional.
De carácter oficial para la categoría, Manta, con el apoyo de la Asociación Uruguaya de Fútbol, designó el siguiente plantel que buscaría el tan ansiado título.
Alejandro Apud
Washington Fagúndez
Diego Demarco
Marcelo Velazco
Andrés Silva
Juan Quefán
Gustavo Da Silva
Ricardo Do Santos
Mauricio Larriera
Alejandro Soler
Carlos Rivas
Richard Palombo
Rubens Branca
Pablo Guidi
Wilson Varela
Luis Romero
Marcelo Paredes
Diego Seoane
DT: Carlos Manta
Ayudante técnico: Gustavo Bueno
Preparador físico: Prof. José Fagúndez
Médico: Dr. Ricardo Rondeau
Masajista: Alfredo Ferreira
La intención fue más que buena, el representativo también, pero el torneo no sería el mejor para nuestros compatriotas.
Bajo un calor agobiante, el certamen se desarrolló en Encarnación y los nuestros debutaron el día 7 de febrero ante su similar argentino, obteniendo un empate 1-1. Fue en el estadio Villa Alegre ante casi 2.000 espectadores.
Uruguay puso en cancha a Apud; Da Silva; Demarco, Velazco, A. Silva, Quefán (79´ Diego Seoane); Larriera, Soler, Rivas (57´ Branca); Romero y Paredes.
La Celeste se puso en ventaja a los 29´ gracias a Luis Romero-que fue expulsado en el complemento-, pero los albicelestes igualaron a los 74´ por intermedio de Consiglio.
La igualdad clasificó a los argentinos, que ya le habían ganado a Chile (1-0) por lo que, si los de Manta derrotaban a los trasandinos en la última jornada, también avanzarían a las semifinales (si ganaban por dos tantos, incluso, clasificarían primeros en lugar de sus hermanos platenses). Un empate también alcanzaría. Una caída sí, directamente los eliminaría.
El 11 de febrero, y tras una suspensión previa por lluvia, Uruguay volvió a empatar 1-1 y se clasificó segundo, debiendo disputar las semifinales ante el líder de la otra zona, Paraguay, que dejó atrás a Bolivia-segundo- y a Brasil-último y eliminado-.
Paredes adelantó a la Celeste a los 31´, igualando definitivamente Grey a los 33´.
Apud; Da Silva; Demarco, Velazco, A. Silva, Do Santos; Larriera, Branca, Guidi (67´ Palombo); Seoane (73´ Soler) y Paredes fueron los hombres de Manta, que, esta vez, jugaron en el estadio 3 de Febrero de Ciudad del Este ante 2.000 aficionados.
El 13 de febrero, en el estadio Padre G. Coronel de Minga Guazú y ante 6.000 espectadores, el local se impuso 3-2 a los charrúas en un partido que terminó en escándalo por las agresiones recibidas por los uruguayos tras el mismo de parte de parciales locales.
Paredes puso en ganancia a los nuestros de penal a los 18´, pero por la misma vía, en una polémica decisión, empataron los guaraníes 10´ después.
Demarco a los 50´ volvió a darle la ventaja a los orientales, igualando nuevamente los paraguayos 10´ más tarde.
En un cierre emotivo, Paraguay se puso arriba a los 74´ y, en el final, pudo marcar el cuarto, pero Apud le tapó un penal a Graciano González.
La “algarabía” de los hinchas locales se tradujo en invasión al campo y agresiones a los uruguayos. Lamentable final para lo que había sido un buen partido de fútbol.
Apud; Demarco, Da Silva, A. Silva, Do Santos; Larriera, Velazco (45´ Branca), Soler; Rivas (76´ Palombo), Romero y Paredes defendieron a la Celeste. Fueron expulsados Demarco (Uruguay) y Báez (Paraguay) en los últimos instantes del duelo.
Finalmente, Paraguay-el mejor combinado del campeonato y, además, con el plus de la localía- fue campeón al vencer en la final 3-1 a Argentina, pero el saldo a nivel organizacional fue malo (poca y mala infraestructura, violencia de las hinchadas, entre otros temas), lo que hizo que nunca más se volvieran a disputar, al menos hasta ahora, certámenes de estas características.
A pesar de todo, Uruguay logró avanzar a semifinales y se quedó en la puerta de la disputa de un nuevo título para su fútbol. De allí, el recuerdo para aquellos charrúas.
AUTOR: PABLO VEROLI
NOTA: Las fotos de los partidos corresponden el diario «El País».