El 17 de julio de 1916, Uruguay obtuvo la edición inaugural del Campeonato Sudamericano de Fútbol.
ANTECEDENTE. El histórico evento fue concebido por el uruguayo Héctor Rivadavia Gómez, exdirigente del Montevideo Wanderers y expresidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol entre 1907 y 1912, quien, ya desde sus inicios en el ente rector del balompié oriental, manifestó su intención de crear una Confederación Sudamericana y realizar un torneo de selecciones nacionales afiliadas al organismo.
Argentina brindó su apoyo y así, se proyectó el certamen para el año 1916, coincidiendo con el centenario de la independencia de la hermana República, instancia deportiva que también serviría para festejarlo.
Además, como dato de relieve, el día 9 de julio-fecha patria argentina-, en medio de la disputa del torneo, se fundó la Confederación Sudamericana de Fútbol en Buenos Aires, con la participación de los delegados de los cuatro países intervinientes en la Copa América: Uruguay, Argentina, Brasil y Chile. Rivadavia Gómez fue el primer presidente del máximo organismo del fútbol sudamericano.
EL PLANTEL. En total, fueron 19 los futbolistas orientales seleccionados para el magno certamen. Correspondió a Nacional aportar siete hombres (José Brachi, Francisco Castellino, Pablo Dacal, Alfredo Foglino, Ángel Romano, Pascual Somma y José Vanzzino), a Peñarol cinco (Isabelino Gradín, Jorge Pacheco, José Pérez, José Piendibene y Manuel Varela), a Wanderers dos (Cayetano Saporiti y Alfredo Zibechi), y uno cada uno a River Plate F.C. (Miguel Benincasa), Central (Juan Delgado), Universal (Rodolfo Marán), Reformers (José Tognola) y Defensor (Antonio Urdinarán).
EL TORNEO. Organizado por la Asociación Argentina de Fútbol, comenzó el día 2 de julio y se extendió hasta el día 17.
El certamen se disputó en un régimen de todos contra todos a una vuelta consagrándose campeón aquel que sumara más puntos.
El partido inaugural tuvo como protagonista, cómo no, a la Celeste que, en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires, donde se jugaron todos los encuentros del campeonato menos uno, goleó 4-0 a su similar de Chile, con tantos de José Piendibene (2) e Isabelino Gradín (2). El primer tiempo finalizó 1-0 a favor de los uruguayos con anotación de “Piendi”.
El juez fue el argentino Hugo Gondra y poco más de 3.000 aficionados presenciaron el match.
Los orientales alinearon por primera vez en la historia de un certamen de estas características a Saporiti; Castellino, Foglino; Pacheco, Delgado, Varela; Somma, Romano, Piendibene, Gradín y Brachi.
Este partido presentó un hecho por demás curioso ya que la delegación chilena protestó formalmente el encuentro al argumentar que los uruguayos habían jugado con “dos africanos”, en alusión a Delgado y Gradín, más charrúas imposible. La denuncia, por supuesto, no tuvo andamiento.
Cuatro días después, Argentina se impuso 6-1 al mismo elenco trasandino, que el día 8 de julio igualó ante Brasil en un tanto por bando.
La nota destacada se produjo el 10 del mismo mes cuando el dueño de casa no pudo superar a los norteños, finalizando el cotejo empatado también en un gol. Este resultado equivalía a que si los celestes doblegaban a Brasil el día 12, llegarían con primerísimas opciones de conquistar el torneo ante los hermanos platenses en la última jornada del fixture.
Así, ante 15.000 espectadores, Uruguay encaró el duelo como una petit final y alineó a Saporiti; Varela, Foglino; Pacheco, Delgado, Vanzzino; Somma, Tognola, Piendibene, Gradín y Romano.
El equipo presentó dos variantes respecto al juego inicial: Vanzzino ingresó por Castellino, pasando el “Japonés” Varela a jugar de back, y Tognola, centre-forward del Reformers, por Brachi, moviéndose de lugar el “Loco” Romano, que terminó en la punta izquierda.
El juego fue durísimo. El sensacional goleador norteño Artur Friedenreich propició el baldazo de agua fría apenas jugados 8´ con un gol, aprovechando que Varela no pudo rechazar la pelota tras un centro, lo que obligó a los charrúas a jugarse el todo por el todo en ofensiva.
El primer tiempo se fue sin cambios, pero con un Uruguay que no cesaba de asediar la valla custodiada por Casemiro. Fue tanta la insistencia, que dos disparos celestes dieron en el travesaño.
Cuando el juez trasandino Carlos Fanta indicó la reanudación, la ofensiva de los orientales no cesó-Somma dispuso de otro tiro al palo- y, de esa forma, se obtuvo el merecido empate a los 58´, con anotación de Gradín. Fue a raíz de un córner enviado por Pacheco que Isabelino conectó con todo oportunismo. Era un volver a empezar.
Tognola avisó poco después con un remate que se perdió afuera, pero, a los 77´, y después de un disparo de Piendibene que Casemiro rechazó sin mucha fuerza, el ariete del Reformers tuvo su revancha y le dio el sufrido triunfo a Uruguay.
“El triunfo del equipo uruguayo fue justo y él guarda relación con los méritos evidenciados en la lucha. Su táctica fue en todo momento superior, si bien el conjunto no desplegó la acción armónica de otras veces. Piendibene, Gradín y Romano se lucieron en la línea de forwards y Delgado, Foglino y Saporiti en la defensa”, analizó el periódico “El Siglo”.
Con este panorama, la Celeste llegó al duelo del día 16 ante los locales con la posibilidad de campeonar tan solo con un empate.
Sin embargo, aquel día el encuentro apenas duró cinco minutos antes de ser suspendido por el referee Fanta debido a la invasión de público al campo de juego. Sucede que el encuentro causó tanta expectativa que muchos argentinos y uruguayos, que viajaron desde Montevideo, se quedaron sin poder ingresar al estadio de GEBA, lo que hizo que derribaran el portón principal y entraran de igual forma, excediendo la capacidad del recinto.
Esta situación obligó a reprogramar el match para el día siguiente a las 14:30 horas, pero en otro estadio: el de Racing Club, que albergó a 17.000 aficionados (lleno total).
Uruguay volvió a realizar cambios: Benincasa ingresó por Vanzzino, Zibechi por Pacheco y Marán por Romano.
En resumen: Saporiti; Foglino, Benincasa; Delgado, Zibechi, Varela; Somma, Tognola, Piendibene, Gradín y Marán.
Argentina presentó un combinado también muy potente, con la base del Racing multicampeón de la época: Carlos Isola; Zenón Díaz, Armando Reyes; Pedro Martínez, Francisco Olazar, Gerónimo Badaracco; Adolfo Heissinger, Alberto Ohaco, Harry Hayes, Ennis Hayes y Juan Perinetti.
Finalmente, el empate sin goles le dio el histórico primer título a Uruguay.
La primera mitad vio un juego parejo, con un leve predominio visitante. Sin embargo, en el complemento y de forma lógica, el dueño de casa se fue arriba y allí fue donde destacó Saporiti, realizando atajadas magistrales que ahogaron el gol argentino.
De todas formas, Gradín tuvo el tanto a los 81´, pero su potente tiro se estrelló en el horizontal. Argentina, sobre el final, también disparó al palo. En los últimos instantes, Tognola se retiró lesionado, pero los orientales lograron soportar los últimos embates y se aferraron al título.
“El team uruguayo conquista el título de campeón. Brillante actuación de nuestros jugadores”, tituló “El Siglo”.
Para el mismo medio, analizando a los players tras el logro, Saporiti “en sus intervenciones demostró condiciones poco comunes. Es irreemplazable”. Varela: “Las esperanzas depositadas en él tuvieron amplia confirmación”. Foglino: “Uno de los puntos altos de la zaga. Seguro en el kick y siempre oportuno en los momentos de apremio, consiguió lucirse con sus quites”. Castellino: “Su comportamiento fue bueno”. Benincasa: “Satisfizo los anhelos”. Delgado: “Elemento eficacísimo en todo momento”. Zibechi: “Se destacó como uno de los mejores”. Vanzzino: “Muy empeñoso, muy entusiasta”. Somma: “El forward peligroso y veloz que todos conocemos. Provocó con sus centros situaciones embarazosas al adversario”. Romano: “Agradó mucho. Buen pase y decisión frente al goal”. Piendibene: “Como siempre el insuperable centre-forward constituyó la pesadilla de las líneas de defensa. Dirigió el quinteto como él sabe hacerlo y remató los avances con positivo resultado”. Gradín: “Como el anterior fueron los mejores de la línea ofensiva. Sus shot tuvieron en continuo jaque a los arqueros”. Marán: “Estuvo a la altura de un campeón de talla. Empuje y decisión caracterizaron su juego”.
Gradín fue el goleador del certamen con tres tantos y también el mejor jugador.
De esta forma, Uruguay lograba imponerse en la edición inaugural y repetiría un año después en Montevideo cuando, por primera vez, se puso en juego la Copa adquirida a partir de esa ocasión.
AUTOR: PABLO VEROLI
*Este artículo también fue publicado en el portal oficial de la Asociación Uruguaya de Fútbol.
Felicitaciones, muy interesante!
Muchas gracias, Sergio. Saludos!