En la actualidad, es un hecho común que un futbolista uruguayo sea máximo anotador en cualquiera de las ligas más importantes del mundo.
Tan normal se ha vuelto que los orientales no han dejado con cabeza ni a la Serie A ni a la Liga de España ni a la Premier League y, mucho menos, a la Ligue 1, la Liga de Portugal y la Eredivisie.
Y fueron tres los jugadores que nos malacostumbraron: Diego Forlán, Luis Suárez y Edinson Cavani, tres referentes que ya se transformaron en leyendas vivas de nuestro balompié. A ellos, hoy se les añade un sucesor: Darwin Núñez.
Al que se le ocurrió inaugurar esta locura goleadora fue a Forlán cuando en la temporada 2004/2005 y en un buen Villarreal, que a todas luces igualmente era menos que Barcelona-el campeón- y Real Madrid-segundo-, marcó 25 tantos en 38 partidos para no solo llevarse el Trofeo Pichichi sino que para convertirse, por primera vez en la historia para un charrúa, en Bota de Oro europea.
Sin embargo, Diego no estaba por la labor de dejar allí sus hazañas y repitió el doble plato en la temporada 2008/2009, ahora en el Atlético de Madrid (¡32 tantos en 33 cotejos!).
Luis Suárez, por su parte, tuvo la particularidad de que fue goleador en las tres ligas en las que jugó: Holanda, Inglaterra y España. Este es un record histórico para un oriental en el Viejo Continente.
Todo comenzó en el Ajax de Ámsterdam y en la temporada 2009/2010: 35 goles en 33 partidos y, con un gol más que Lionel Messi (Barcelona), no se llevó la Bota de Oro solamente porque, en el global, los tantos en España tienen mayor valor en el coeficiente general.
Ya en el Liverpool, Luis quedó segundo en la tabla de goleo en la temporada 2012/2013 por detrás del holandés Robin Van Persie (Manchester United): 26 a 23.
Se tomó su revancha en la siguiente temporada y, con 31 tantos en 33 juegos, fue topscorer y Bota de Oro junto al luso Cristiano Ronaldo (Real Madrid).
El raid goleador del máximo romperredes histórico del combinado nacional prosiguió en la Liga de España en la temporada 2015/2016, campaña en la que rompió hasta su propio record de goles con 40 en 35 partidos. De más está decir que sumó su segunda Bota de Oro e igualó a Forlán.
Pero hay más y nos referimos a otro salteño de rendimiento espectacular: Edinson Cavani, quien se dio el gusto de ser el capocannoniere de una liga dura, táctica y física como la italiana en la temporada 2012/2013 defendiendo al Napoli (34 partidos y 29 goles).
En el París Saint Germain, de la Ligue 1, también dejó su sello en las campañas 2016/2017 (35 goles) y 2017/2018 (28). Al día de hoy es el máximo anotador histórico del poderoso club galo.
Para finalizar, el estreno reciente del continuador de esta saga: Darwin Núñez. El joven ariete se convirtió en la temporada 2021/2022 en el primer uruguayo en terminar como goleador de la Liga de Portugal defendiendo al Benfica. Sus goles (26) valieron oro, ya que fue transferido al Liverpool inglés.
Salvo por el caso de Forlán, tanto Suárez como Cavani y Núñez están en carrera para seguir ampliando su propia leyenda y la del fútbol celeste.
Sin embargo, lo más curioso del caso es que lo que hicieron y están haciendo estos cuatro cracks más que la norma, es la excepción a la regla.
Y aquí llega lo interesante.
Apenas Pedro “Perucho” Petrone y Héctor Sena Puricelli en Italia, y Jorge “Polilla” Da Silva en España, habían sido los orientales capaces de romper mayor cantidad de veces las redes en las ligas más poderosas del mundo. Curioso y meritorio.
El pionero, como no podía ser de otra manera, fue el inigualable “Perucho”, apenas en su primera temporada en la Serie A en 1931/1932 cuando, defendiendo a la entonces creciente Fiorentina, se despachó con 25 goles en 27 partidos, quedando a la par de otra gloria: el italiano Angelo Schiavio, del fortísimo y multicampeón Bologna.
En aquella campaña, Petrone agigantó su leyenda de triple campeón mundial, doble olímpico y sudamericano, al aniquilar a equipos poderosos como el Torino, Bologna, Juventus, Lazio, Napoli, Roma, Genoa y Modena, al que le marcó un cuaterno. Porque los goles de “Perucho” siempre valieron más de uno…
La posta en Italia la tomó ese increíble, pero silencioso atacante llamado Héctor Sena Puricelli, “Testina d´oro”, que dobló la apuesta al sumar dos títulos de campeón y máximo goleador con el gran Bologna en 1938/1939 (temporada debut: 28 juegos y 19 tantos) y en 1940/1941 (27 y 22). Sena, ya afincado en el país de la bota y que también disfrutó de muy buen suceso en el Milan y como entrenador posteriormente, permanece, al día de hoy, como máximo realizador uruguayo en Italia con 120 goles en 212 partidos (Cavani, el único que hoy podría desbancarlo si regresa a Italia, alcanza los 112 tantos).
¡Pero no nos olvidemos del “Polilla”!
Llegado de Defensor al Valladolid para la temporada 1982/1983, este completo atacante tuvo un inicio sin mucho suceso en su primera campaña (5 goles en 16 partidos), pero a la siguiente rompió todo.
Es que jugando en un club que ni mucho menos es una potencia tuvo la capacidad de finalizar como “Pichichi” junto al mítico Juanito del Real Madrid al sumar 17 festejos en 30 encuentros.
Y son pocos los que dicen, hablan o recuerdan este extraordinario logro para un jugador oriental. Se trató nada menos que del primer charrúa en terminar a tope en una Liga que ya era muy, pero muy poderosa (¡Maradona jugaba en el Barcelona!). Solamente el español Manuel Bedenes, en 1957/1958, había sido goleador vistiendo la casquilla blanca y violeta. Y nunca más un hombre del Valladolid volvió a repetir el hito.
Lo del “Polilla” es espectacular por donde se lo mire.
Pero hay más: ¡Da Silva fue máximo scorer en un club que finalizó 14º de 18 equipos y que solo hizo 44 goles en 34 partidos!
¿Aún más? Sí: sus tres goles en ocho partidos llevaron al club a conquistar la Copa de la Liga 1983/1984, al día de hoy el máximo título de la historia de los pucelanos (por no decir, el único).
Su “Pichichi” aquella temporada se debió, en parte, a los goles que les anotó ni más ni menos que al Real Madrid, Barcelona, Real Sociedad (potencia local de la época), Valencia y Atlético de Madrid.
Lo que se dice, un “Pichichi” de verdad.
Tras aquella campaña, “Polilla” permaneció un año más en Valladolid para luego defender por dos temporadas al Atlético de Madrid (obtuvo una Supercopa de España).
En cinco campañas en tierras ibéricas, y por todo concepto, sumó 55 goles en 145 partidos y dejó en alto los prestigios del fútbol uruguayo.
Tras Petrone (curiosamente, el único de los siete arietes romperredes en Europa mencionados en esta nota que también fue goleador del Campeonato Uruguayo), Sena y Da Silva, goleadores espectaculares de la talla de Waldemar Victorino, Enzo Francescoli, Ruben Sosa, Carlos Aguilera, Daniel Fonseca, Darío Silva, Marcelo Otero y Marcelo Zalayeta, entre otros, se cansaron de anotar goles de todos los colores y de asombrar con su impactante calidad todos los fines de semana en el Viejo Continente, pero no pudieron repetir el logro de sus antecesores, por más que algunos anduvieron cerca. Forlán, Suárez, Cavani y Núñez tomarían el testigo. A ellos cuatro les debemos la sana costumbre del presente, pero a Petrone, Sena y Da Silva el reconocimiento por el pasado.