Los capitanes de la Celeste (parte 2)

Segunda y última entrega del recuerdo y homenaje a todos aquellos que fueron los capitanes uruguayos más relevantes a lo largo de la historia.

Parte 1, CLICK AQUÍ

Horacio Troche (1961-1966), dos Mundiales al frente, que es mucho decir

Mundial 1966: Troche saluda a Uwe Seeler, capitán alemán.

Back derecho, fue quien sucedió a William Martínez tanto en la zaga como en el capitanato oriental. Jugando en Nacional fue capitán celeste en el Mundial de Chile 1962 y, como futbolista de Cerro, en el de Inglaterra 1966. Como se ve, ostentó el capitanato en dos mundiales con Uruguay, algo que está destinado a muy pocos.

Luis Varela (1967), tocado por la varita mágica y con sangre de campeones

Varela, en la fila de arriba, el segundo desde la izquierda.

Varela, back o lateral izquierdo de Peñarol, fue el capitán uruguayo en la Copa América de 1967 celebrada en Montevideo y ganada por los nuestros. Su caso es muy curioso: jugó solamente ocho partidos con la Celeste (siete oficiales y un amistoso “B”), todos en 1967 y en todos fue capitán. Un detalle no menor para ratificar su condición de nobleza para el puesto: era sobrino por parte de madre de Obdulio Varela.

Néstor Gonçalves (1967-1971), era hora

Una de las glorias máximas de Peñarol, referente, símbolo y líder absoluto, también merecía llevar el capitanato en la selección uruguaya. Igualmente, aquello llegó tarde. Comenzó a ejercer el rol con frecuencia a partir de 1967, por más que ya tenía 10 años encima como futbolista del combinado. Era justo que lo fuera, independientemente del momento en que llegara la designación.

Pedro Rocha (1969-1970), de Salto al mundo

Una nueva leyenda de nuestro fútbol dice presente: el salteño Pedro Virgilio Rocha, estrella consumada a nivel mundial, figura en donde jugó (Peñarol, Palmeiras, San Pablo, entre los más relevantes). El mediocampista ofensivo fue capitán en las Eliminatorias rumbo al Mundial de México 1970, además de en diversos partidos amistosos. Fue el capitán designado para el máximo torneo, se estrenó como tal ante Israel, pero su repentina lesión lo dejó fuera del certamen perdiendo Uruguay una pieza clave.

Luis Ubiña (1970-1973), señor capitán

Mano a mano en las semis de 1970: Ubiña y Carlos Alberto (Brasil).

En el Mundial de México 1970 Uruguay tuvo en su plantel a varios “tigres”, pero de todos ellos, cuando se lesionó Rocha, el “Peta” Ubiña fue el elegido para comandar a sus compañeros. El lateral derecho de Nacional asumió con hidalguía la responsabilidad, responsabilidad que también recaía sobre sus espaldas en su club. Fue una de las figuras del combinado. Líder que predicaba con el ejemplo, era un hombre recio, potente y defensor de sus compañeros. Permaneció en el rol hasta su retiro en 1973.

Juan Masnik y Ladislao Mazurkiewicz (1974), el “Chueco” y el “Chiquito”

Masnik y Cruyff, Uruguay-Holanda en Alemania 1974.
Mazurkiewicz, otra leyenda.

Si bien Roberto Matosas y Víctor Espárrago fueron capitanes durante algunos partidos a comienzos de los años setenta del siglo XX, el elegido para el Mundial de Alemania 1974 y los amistosos previos fue Juan Masnik, el back izquierdo de Nacional. Un zaguero que cumplía con todas las condiciones futbolísticas, físicas y anímicas para serlo. Fue titular y capitán ante Holanda (0-2), pero, luego, fue relegado al banco de suplentes y en los dos partidos restantes (Bulgaria y Suecia), quien cumplió el rol fue, para muchos, el más notable arquero de la historia del balompié celeste: Ladislao Mazurkiewicz, héroe de Peñarol, pero que se encontraba militando en el Atlético Mineiro de Brasil.

Fernando Morena (1975-1978), el turno del hombre-gol

Morena jugaba en la selección desde 1971 y, en 1975, le tocó ser elegido capitán por primera vez para un torneo de magnitud como la Copa América, que no tuvo una sede fija. El “Potrillo” era un crack que agigantaba su historia partido a partido y gol a gol con Peñarol y la Celeste. Hasta 1983, siguió defendiendo al combinado siendo el primer capitán hasta 1978 inclusive.

Hugo De León (1979-1990), capitán se nace

Tras algunos encuentros en los que la capitanía la ejerció Lorenzo Unanue (Peñarol), en la Copa América de 1979 (nuevamente, sin sede fija) se dio el estreno como capitán de un muchacho joven (21 años), llamativamente barbado y que se desempeñaba con una gran solvencia y elegancia en la zaga central: Hugo De León. El joven de Nacional prosiguió con la cinta hasta 1980 y la retomaría en 1989, cuando volvieron a convocarlo al seleccionado tras un largo período. Fue capitán en diversos amistosos y en algunos partidos de la Copa América de Brasil 1989 y las Eliminatorias rumbo al Mundial de Italia 1990. También portó la cinta en otra cantidad apreciable de partidos en 1990.

Rodolfo Rodríguez (1980-1986), “Pantera” longeva y campeona

Arquero de los más grandes de la historia de nuestro país, fue el capitán absoluto de la selección uruguaya entre 1980 y 1986. Un dato no menor para graficar lo que representaba la enorme figura del guardameta: los arqueros capitanes no eran tan usuales y Uruguay lo había tenido por primera vez con Mazurkiewicz poco tiempo atrás. Dueño de una personalidad y agallas arrolladoras, Rodríguez levantó la Copa de Oro de 1980-1981 y la Copa América 1983, quedándole en el tintero la chance de jugar un Mundial, ya que, eliminada la Celeste de España 1982, una lesión inoportuna lo sacó del arco en México 1986. Fue capitán oriental siendo futbolista de Nacional y Santos de Brasil.

Jorge Barrios (1985-1992), nunca “chifló” bajito

Alvez, Pereyra, Gutiérrez, Acevedo, Francescoli… pero la cinta era de Barrios.

El mediocampista de Wanderers y el Olympiakos de Grecia fue el capitán cuando Rodolfo no se encontraba disponible o no era convocado y, tras la lesión del arquero en la previa de la Copa del Mundo de México, decididamente fue nominado para llevar la cinta. Fue también capitán oriental cuando volvió a ser convocado en 1992, siendo jugador de Peñarol.

José Batlle Perdomo (1987-1989), el “Chueco” siempre anduvo derecho

El “5” de Peñarol, de potentísima pegada, tuvo el honor de ser ni más ni menos que el capitán de Uruguay cuando el seleccionado obtuvo la Copa América de 1987, venciendo nada menos que en su casa a la Argentina campeona del mundo en semifinales, y a Chile en la final. Llevaría la cinta en otras oportunidades en años venideros.

Enzo Francescoli (1989-1997), el “Príncipe” celeste

En 1989, el entrenador de Uruguay, Oscar Washington Tabárez, hizo debutar a Francescoli como capitán del seleccionado, posición que ocupó hasta su retiro en 1997. A esas alturas, Enzo era una figura mundial y ya sumaba nada menos que dos Copas América ganadas (1983 y 1987). De esa forma, capitaneó a la Celeste en las Eliminatorias rumbo a Italia 1990, Estados Unidos 1994 y Francia 1998, en el Mundial de Italia 1990 y la Copa América 1995, obtenida en casa por los orientales. En ese ínterin, y mientras Francescoli no estuvo, fueron capitanes, entre otros, Daniel Felipe Revelez (1991), Santiago Ostolaza (1992-1993), Pablo Bengoechea (1994-1997) y Eber Moas (1997).

Paolo Montero (1997-2005), líder de la reconstrucción

A fines de 1997, en pleno recambio generacional y en la Copa de las Confederaciones, hizo su estreno como capitán Paolo Montero, figura de la Juventus de Turín. Durante ocho años, el aguerrido back izquierdo sería el líder de la defensa charrúa así como uno de los mayores referentes del seleccionado. Fue capitán en las Eliminatorias rumbo a Corea y Japón 2002 y capitán en dicho Mundial. También portó la cinta en la Copa América 2004 y en las Eliminatorias con destino a Alemania 2006. Jugadores como Diego López, Federico Magallanes, Alejandro Lembo, Álvaro Recoba, Darío Rodríguez y Gonzalo Sorondo llevaron el brazalete en diversos cotejos o torneos ante la ausencia de Montero.

Pablo García (2000-2007), un “5” de los de antes

Figura indiscutida en la mitad de la cancha de la selección durante 10 años, fue capitán en numerosas ocasiones. Debutó como tal ante Ecuador en el año 2000 en el estadio Centenario (4-0) y repitió ante Bolivia en La Paz (0-0), siempre por Eliminatorias. Prosiguió llevando la cinta en los encuentros en los que no dijera presente Montero hasta 2005 inclusive, y también continuó siendo el elegido durante varios cotejos oficiales y amistosos más hasta 2007, siendo el primer capitán en el año 2006.

Diego Lugano (2006-2014), manteniendo la vara alta

La era post Montero tenía un claro sucesor: Diego Lugano, figura del San Pablo de Brasil por aquel entonces. Fue otro capitán de valor y un referente para la nueva y exitosa generación: lideró a la selección en la Copa América 2007, las Eliminatorias rumbo a Sudáfrica 2010, el Mundial de Sudáfrica 2010, la Copa América 2011 (la Celeste fue la vencedora), la Copa de las Confederaciones 2013, las Eliminatorias con destino a la Copa del Mundo de Brasil 2014 y el Mundial anteriormente citado.

Diego Forlán (2004-2014), mejor jugador, goleador… y capitán

El mejor jugador y goleador del Mundial 2010 fue capitán por primera vez en 2004 y, a partir de 2009, lo seguiría siendo siempre y cuando Lugano no estuviera en cancha. De hecho, lo fue en la semifinal ante Holanda en Sudáfrica y en otras muchas oportunidades más.

Diego Godín (2014-2022), el último gran capitán

Si Montero tuvo un claro sucesor en la capitanía, Diego Lugano, este último tendría otro igual de bueno: Diego Godín. El back izquierdo lo sigue siendo hasta hoy en día. Godín fue, durante 10 años, uno de los cinco mejores zagueros centrales del planeta. Líder completo, representa la esencia del capitán uruguayo. Portó la cinta por primera vez en la Copa del Mundo de Brasil 2014 y siguió en el puesto en las Copas América 2015 y 2016, las Eliminatorias y la Copa del Mundo Rusia 2018, las Copa América 2019 y 2021 y las Eliminatorias rumbo a Qatar 2022. Dos de los más grandes goleadores del fútbol mundial de los últimos 15 años, Luis Suárez y Edinson Cavani, también supieron y saben lo que es llevar el glorioso brazalete oriental.

AUTOR: PABLO VEROLI

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