Buenos Aires estornuda y… ¡Montevideo se resfría! Esta muy antigua afirmación que mantiene total vigencia en el quehacer del diario vivir de las dos ciudades platenses de ambas orillas del río, marcó el desarrollo del fútbol.
The Argentina Asociation Football League se fundó en 1891 presidida por Alec Lamont. Organizó un campeonato oficial con cinco clubes que ganó Saint Andrew’s. En 1892 no desarrolló actividad. El 21/02/1893 se refundó la entidad con el mismo nombre disputándose el torneo con cinco clubes, de los cuales Buenos Aires and Rosario Railways había competido en el anterior. Equivocadamente la AFA actual reconoce la fecha de 1893 como la de su fundación y a Alejandro Watson Hutton primer presidente. Esta realidad cada día gana más adeptos entre los historiadores argentinos. De lograr éxito en sus planteos, la Asociación del Fútbol Argentino actual, pasaría a ser la tercera organización del fútbol del mundo, desde de los agrupamientos en el Reino Unido desde 1863, cuando los ingleses crearon el deporte football association y su entidad madre denominada con las iniciales del nombre del juego: la FA. De ratificar que el fútbol en Argentina se organizó oficialmente en 1891, tal como ocurrió en 1891, su asociación sólo sería superada por la de Dinamarca, creada el 18 de mayo de 1889, ocupando Argentina el tercer lugar entre las 211 asociaciones que actualmente posee FIFA.
Albion Football Club, pionero del fútbol en Montevideo, se fundó el 1º de junio de 1891, por el impulso de Henry Lichtenberger.[1] En setiembre de 1896 viajó a competir en Buenos Aires. Obtuvo el sábado 15 y el domingo 16 de setiembre, las históricas primeras victorias del fútbol uruguayo frente a los argentinos. Venció 4:1 a Retiro Athletic Club y al día siguiente cayó 5:3 Belgrano Athletic Club. La actividad fue el fruto del cariño que tenía por Uruguay, Francis Chevallier Boutell.[2]
El diario El Siglo del 18 de agosto de 1896 informó en una breve crónica de los triunfos de Albion FC en Buenos Aires. Las primeras victorias del fútbol uruguayo en la vecina orilla. Aunque resulte un poco difícil comprenderlo, a 124 años de distancia, esta primera victoria de un equipo uruguayo fuera de fronteras, fue el comienzo de la mucha gloria de nuestro fútbol.
Chevallier Boutell impulsa a Lichtenberger
Saltando por encima de la diferencia de la edad y las experiencias, el inglés impulsó a Lichtenberger a crear la Liga en el fútbol uruguayo develando el secreto para su concreción. Se requerían como mínimo cuatro instituciones con cierta fortaleza, ligadas a empresas del transporte de la época. El ferrocarril y los tranvías que entonces funcionaban a tracción animal, tirados por caballos. Estaba probado que los fines de semana, descendía la venta de boletos. ¿El motivo? Las personas utilizaban ese transporte para concurrir a cumplir con su trabajo de lunes a sábado. El domingo la colocación de tickets disminuía notoriamente. Esto determinaba que las empresas de transportes, firmados los acuerdos, se encargarían de construir campos de juego con tribunas, otorgadas a las instituciones que ingresarían al proyecto.
Al retornar a Montevideo el joven de veintitrés años inició la tarea conectándose con los conocedores del mercado del transporte en la capital del país. Disponían de información relacionada con el arribo al país de la Sociedad Comercial de Montevideo, de capitales ingleses y estadounidense, destinando esfuerzos para encarar la electrificación de la red tranviaria. Idéntica intención, exponía la Transatlántica Compañía de Tranvías Eléctricos, conformada por capitales alemanes. Los ingleses del Central Uruguay Railway Cricket Company eran propietarios desde 1878 del paquete accionario del ferrocarril, el negocio más importante de transportes del país. Instalaron sus talleres y demás servicio fundando en la Villa Peñarol, “fuera de la capital y sus alrededores”, un pueblo inglés, con viviendas que construyeron a su estilo para los altos ejecutivos y el personal.
The Uruguay Association Football League (UAFL)
Lichtenberger negoció los acuerdos, convenciendo a los incrédulos a través de experimentar la idea a partir de abril de 1899. Los socios futbolísticos en el emprendimiento –Albion F.C. y CURCC de la villa Peñarol–, invitaron a participar al Uruguay Athletic Club y al Deustcher FK, en el desarrollo de un proto-campeonato[3] uruguayo de fútbol. Evaluado el resultado, la venta de pasajes aumentó de acuerdo a lo previsto. El escenario del Albion F.C. en el Paso del Molino se convirtió en el gran centro de atracción de los aficionados y en el mejor stadium de la época; las canchas de Punta de las Carretas resultaban otro polo de desarrollo para los tranvías al este y la compañía de la línea a la Unión y Maroñas avanzaba con las obras de finalización del campo de juego en el Gran Parque Central. El paso siguiente imponía darle formalidad a lo proyectado y ensayado con éxito.
El 12 de febrero de 1900 en la sesión n.° 139 de Albion F.C., se propuso invitar a los otros tres clubes involucrados en la etapa experimental a una reunión a llevarse a cabo el día 23. Participaron de la misma A. C. Lichtenberger[4] y A. J. Davies (Albion); L. Deagustini y C. Schubert (DFK); P. D. Chater y A. E. Jones (CURCC) y J. A. Clulow y J. Real de Azúa (Uruguay Athletic). Se resolvió poner en marcha la Uruguay Association Football League (UAFL), designar la Comisión Provisoria presidida por Percy Davidson Chater, actuando en secretaría Luis Deagustini –ambos en carácter ad hoc–, y traducir al español los reglamentos del nuevo organismo, los que se repartirían a los clubes para su consideración. Se levantó acta de la sesión.
Después de recibir las dos últimas respuestas, el secretario honorario procedió a convocar la sesión solemne constitutiva para tres días después, el viernes 30 de marzo de 1900, en el mismo lugar donde se desarrolló la anterior, en la calle Solís n.° 65, que en los hechos funcionaba como sede del Albion y “donde estaban ubicadas las oficinas de la Compañía de Seguros ‘The Sun’ de cual [Lichtenberger] era su Gerente”.[5] Asistieron los dirigentes designados por cada institución con una diferencia. Lichtenberger, en su calidad de secretario del Albion, ocupó el lugar de G. H. Calder.
¿Por qué motivo no se otorgó a Henry C. Lichtenberger, la presidencia de la naciente organización? Sin duda que exhibía sobrados méritos por ser el verdadero hacedor del proyecto.
Percy Davidson Chater ejercía uno de los cargos más altos de más grande y principal empresa privada del Uruguay. La del ferrocarril, propiedad de los ingleses. Además de destacado e importante miembro de la masonería. También lo era Chevallier Boutell. En 1900 se produce la situación de que los presidentes de las asociaciones de fútbol de Argentina y Uruguay pertenecían con altos grados a la mayor sociedad secreta del mundo.[6]
The Uruguay Association Football League (UAFL) comenzó a funcionar en el domicilio de Henry Lichtenberger, en la calle Solís n.º 65. En los hechos, en ese mismo lugar desde 1891 funcionaba la sede oficial del Albion F.C. El reglamento establecía la renovación anual de las autoridades que conducían la Liga, sin traba alguna para la posible renovación indefinida del electo.
El Club Nacional de Football y la AUF
La institución creada por el Dr. Pedro Manini Ríos, con total apoyo del diario El Día, propiedad de José Batlley y Ordóñez, líder del Partido Colorado quién impulsó la creación, y principal enemigo de la proliferación en Uruguay de las empresas británicas, al enterarse de puesta en marcha del organismo rector del fútbol de nuestro país, presionó con todo el peso del poder para que el club fuera incorporado.
Los británicos se opusieron argumentando que la Liga estaba en marcha. Presionados por el incuestionable poder del Batllismo, prometieron que al año siguiente el Club Nacional de Football sería aceptado. El 22 de julio de 1900, El Siglo realizó un anuncio en la página deportiva un tanto descolgado por su anticipación.
“El año próximo figurará [Nacional] en los partidos de la Liga Uruguaya contando para ello con campeones de 1.a fila”.
Oponerse al poder que el líder político José Batlle y Ordóñez tenía en sus manos y las gestiones que en su nombre realizaba, en este caso, Pedro Manini Ríos, no resultaba nada fácil. Por ese motivo no extrañó que, con fecha 22 de marzo de 1901, desde la sede donde funcionaba el Club Nacional de Football en la calle Yaguarón 410, se enviara en idioma español a The Uruguay Football Association League (UFAL), cuyas sesiones se desarrollaban en inglés, la siguiente carta.
“Sr. Secretario del Uruguay Association football League. El ‘Club Nacional de Football’, que tengo el honor de presidir, ha resuelto ingresar en el Uruguay Association Football League. Con tal motivo, me complazco en dirigirme a Vd. rogándole que previas las formalidades exigidas por el Reglamento se digne inscribir al Club que presido, en el Registro de esa Asociación.
Al mismo tiempo, comunico a Vd. que han sido nombrados delegados ante esa digna Comisión los señores Miguel Nebel y Félix Néstor Rosatti y que el uniforme del club es blusa roja y azul. Conjuntamente con la presente, remito a Vd. la cuota anual.
Saluda a Vd. atentamente. Firmado: Bernardino Daglio (hijo), Presidente; M. Romero, Secretario ad-hoc.
El señor Eduardo de Castro, queda reemplazante como delegado en lugar del antes nombrado. Vale: firmado Miguel Nebel”.
El texto de la carta era imperativo. Es un “cúmplase”: “el club ha resuelto ingresar”. Punto y aparte. El escollo mayor a superar se vinculó con el campo de juego. El poder otra vez logró la solución. La empresa del tranvía a la Unión y Maroñas, en proceso de venta a los alemanes de la Sociedad Comercial de Montevideo, propietaria del Gran Parque Central, ante la solicitud de los futuros dueños con quienes negociaba, dispuso que la cancha de fútbol se destinara a los partidos del Deustcher FK. La empresa tranviaria aprobó favorablemente el pedido de los albos demarcando un segundo campo de juego dentro del enorme predio, sin tribunas, que sería utilizado por el Club Nacional de Football a partir de julio de 1900.
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[1] Henry Candid Lichtenberger Levins (Montevideo, 02/01/1873 – 28/04/1934). Finalizó con medalla de oro a los 12 años sus estudios en el English High School. A partir del año siguiente escaló desde un hogar de clase media hasta obtener considerable importancia en el ambiente comercial de los británicos en Montevideo. Gerente de la Sun Insurance Office, miembro del Board of the Tranway Company y de J. De White and Co., este relacionamiento resultó clave para convertirse en el organizador del fútbol uruguayo, deporte que lo apasionó, aunque no se destacó en su práctica. En cambio, su hermano Alberto alcanzó prestigio como jugador desde la fundación del Albion F.C. hasta su desaparición.
[2] Francis Hepburn Chevallier Boutell (Aspall, Suffolk, Reino Unido, 23/09/1851 – Paigton, South Devon, Inglaterra, 19/02/1937). Cooperó con Lord Brassey en la fundación de los Voluntarios de Artillería de la Royal Navy. Viajó por Europa, Japón, China, Ceilán, Egipto, Canadá, Brasil, Chile, Paraguay, radicándose en Uruguay. Se casó con la oriental Rosa Granero con quien tuvo cinco hijos. Se inició en la masonería en Dupla Alianza Lodge, instaló un caballero templario y culminó como Gran Maestro del Distrito de Sudamérica, división sur.
[3] El hallazgo de la realización del torneo uruguayo experimental, así como su definición, pertenecen al historiador de nuestro fútbol, Juan Carlos Luzuriaga. El football del novecientos. Editorial Taurus. Montevideo. Noviembre de 2009.
[4] Juan Antonio y Mateo Magariños Pittaluga. Del Fútbol Heroico. Montevideo. 1942.:64. De ser así y no existir error de tipografía, se refiere a Alberto –hermano de Henry Candid–, quien se destacó por ser un gran jugador de fútbol integrando el equipo desde su fundación hasta los primeros años del siglo XX.
[5] Juan A. Capelán Carril. Nueve décadas de gloria. Montevideo. 1990:11.
[6] Definición extraída de <https://www.nationalgeographic.es › historia › masones.