Thomas Arnold fue un pedagogo, humanista e historiador inglés, director de la Rugby School entre 1828 y 1841, de la ciudad del mismo nombre, en el condado de Warwick. Hasta la actualidad, es una de las instituciones educativas privadas más antiguas de Inglaterra, y uno de los internados mixtos más grandes del Reino Unido. Fundado en 1567 es en el presente, uno de los nueve colegios de élite de Inglaterra.
La particular fuerza de carácter de Arnold, lo llevaron a transformar por completo los métodos de pedagogía de la institución, constituyéndose él mismo en un modelo diferente al de los demás colegios. Las otras instituciones privadas desarrollaban sus cursos fundándose en el humanismo y el estudio de las lenguas clásicas (latín y griego). Describían sus objetivos educativos como el cuidado de las almas en primer lugar, el desarrollo moral después y, por último, el desarrollo intelectual.
Arnold brindó una importancia grande a la práctica de la educación física y el deporte de competición. Para Arnold, los deportes fomentaban la cooperación y la confianza mutua y satisfacían el placer por la formación del carácter dentro de un espíritu de cuerpo jerárquico y tradicional que configuraba muy satisfactoriamente la personalidad y la voluntad. El deporte solo era un medio hacia la solidaridad, la camaradería y la buena educación social. Buscaba la perfección del cuerpo y del espíritu. Su pensamiento fue puesto en práctica en el colegio de la ciudad de Rugby a partir de 1884.
El desarrollo masivo de los deportes en el Reino Unido, se materializó después de 1842, luego del fallecimiento de Arnold acaecido en ese año. No llegó a ver concretadas masivamente sus ideas transformadoras de la educación.
Henry “Castle” Ayre
De acuerdo a lo establecido en la nota anterior, n.º 25 de la serie, puede señalarse por añadidura de lo expresado en líneas precedentes, que Henry “Castle” Ayre, quien llegó contratado en 1875 por el Montevideo English High School, fundado el año anterior, fue el introductor en nuestro país, de los últimos métodos de estudio adoptados en el Reino Unido. Métodos que incluían la práctica de diversos deportes. Mr. Ayre adquirió dimensión no sólo en el plano docente:[1] Arribó a Montevideo en 1875. Con 23 años de edad, al margen de su capacidad intelectual personificaba en sí mismo al atleta completo. Practicaba cricket, tenis, remo y football association. Instruyó a los alumnos del colegio en la práctica de éste último deporte, utilizando para ello los descampados de Punta de las Carretas, en la cercanía de la estación terminal del tranvía del este, que se encontraba en el terreno lindero por los fondos de la aún vigente Parva Domus.
Henry Ayre creó como una ramificación del instituto de enseñanza el Montevideo English High School Junior Cricket and Athletic Club. Apoyado en su juventud y cultura física, asumió la tarea de enseñar a sus alumnos la teoría de los reglamentos de los deportes, con el agregado beneficioso que completaba la instrucción practicándolos con ellos en el campo de juego. Así lo informó el folleto explicativo y de propaganda del instituto docente publicado en 1884 donde hacía hincapié en la importancia de complementar la educación en las aulas con la actividad física.
Excelente educador y deportista, sus notables condiciones de remero quedaron documentadas en las actas del Rowing. El 14 de agosto de 1876 figura la resolución de los dirigentes decidiendo la tripulación de los botes del four con timonel para las competencias del club. El tercero de ellos se formó con los mejores remeros del club: “H.C. Ayre, J. Mitchell, A.B. Boutell y B. Whishaw”.
En 1878 se lo encuentra compitiendo en los “juegos atléticos” llevados a cabo en el campo del Montevideo Cricket Club.
Los datos no son menores. Confirman las bondades deportivas de este británico contratado como profesor del English High School. Inicialmente dictó a los alumnos clases de inglés, latín, matemática, contabilidad y música sobresaliendo por su capacidad docente. Estos atributos llevaron a que las autoridades lo designaran para asumir la dirección del colegio. En 1880 en el ejercicio de ese cargo impulsó el desarrollo de los planes de enseñanza similares a los que se impartían en ese tiempo en el Reino Unido, incluyendo la práctica de los deportes.
El football association en Punta Carretas
Mr. Ayre escogió los mismos aledaños de la estación terminal del tranvía del Este en Punta Carretas donde la actividad y el interés por jugar al football association crecía constantemente los fines de semana, con la satisfacción de Liborio Echavarría quién por fruto de la casualidad o la suerte, se beneficiaba los sábados y domingos con los ingresos impensados por la venta de pasajes del tranvía tirados por caballos en esos días donde, normalmente, el ramal que unía la aduana con Punta Carretas disminuía considerablemente su volumen. Nacía de esta forma el interés comercial que en el futuro será el de las empresas tranviarias apoyando decididamente la difusión del football association que redundaba en importantes ganancias para las mismas.
El profesor salía junto con sus alumnos del colegio para tomar la línea n.º 1871 hasta “el parque Urbano [para seguir por el camino Punta Carreta], cruzar después por el Barrio Diego Lamas, frente a los almacenes de La Llave y del Farolito, doblar la curva”[2] hasta el destino en la estación. Descendían a practicar el football association en la entonces extensa y desierta zona descampada. Inicialmente llevaban en el tranvía “los palos para levantar los goles, y uno de ellos, provocó un escándalo admirativo cuando señaló la cancha con rayas de cal. Eran tantos los aficionados domingueros que los trencitos del Este hacían el negocio del siglo.[…] Terribles batallas tuvieron que empeñar con los dueños de los predios donde se habían instalado los campos de juego. Después de una encarnizada lucha llegaron a un arreglo: el dueño cobraría a cada jugador que actuase seis cobres, moneda de ese metal parecidas a los tejos de jugar al sapo. Con el tiempo esta tarea de cobrador –especie de sheriff villano- quedó en manos de unos cuantos tipos rarísimos, algo así como linyeras de hoy día, pero con la diferencia de que, con arranques de fantasmas o matones, se declararon dictadores de sus respectivas regiones. Ellos fueron Mata-mulas, Siete Galeras y Pitibolla. Los tres exigían su peaje”.[3]
[1] Henry Ayre (Inglaterra, 1852 – ?): Incorporó a su nombre el título nobiliario “Castle” otorgado a su familia. Editó desde 1891 el periódico de la colectividad británica The Montevideo Times, continuador The River Plate Times (1890) con profusa información deportiva. En 1909 se constituyó junto con José Enrique Rodó y otros periodistas, en fundador del Círculo de la Prensa del Uruguay. En 1911 publicó el primer libro titulado “Método Ayre para aprender el idioma inglés”. En 1915 editó un segundo libro titulado ”Apuntes sobre la parte histórica del idioma inglés, la composición y estructura de las palabras”.
[2] Juan Antonio y Mateo Magariños Pittaluga. Del fútbol heroico. Talleres gráficos de Alfonso Ruiz y CÍA. Buenos Aires.1942:42.
[3] Juan Antonio y Mateo Magariños Pittaluga. Ob. cit: 49.