Situación argentina y congreso de la CSF
En la Copa América de 1920 disputada en Santiago de Chile, se produjo un episodio de enorme importancia en la corta vida de la Confederación Sudamericana de Football. Episodio que ha sido pasado por alto por aquellos que se inclinan al estudio de la historia del organismo. Con el fútbol argentino dividido desde el 22 de setiembre de 1919, el presidente Federico Luzio que sustituyó al Dr. Ricardo Aldao en la conducción de la oficial Asociación Argentina de Football, pergeñó un plan destinado a destruir las acciones que desarrollaba la disidente Asociación Amateurs a cuyo frente figuraba la prestigiosa figura del Dr. Beccar Varela.
Los hechos producidos después del cisma, marcaron el acierto de las decisiones adoptadas por “los amateurs” quienes abrieron las puertas del fútbol del interior de Argentina a la capital. Esta determinación generó para los disidentes, una firme posición superior a la asociación oficial. Superior en cantidad de clubes, en concurrencia de espectadores a las canchas y en el furor que significó en el interior del país, recibir la visita de los clubes importantes afiliados a los amateurs, durante la disputa del llamado campeonato descentralizado.
La química surgida entre los doctores Julio María Sosa y Adrián Beccar Varela, a la que se aludió en la nota anterior (n.º 33), determinó que, en la asamblea de clubes de la AUF, se aprobara una solicitud de la Asociación Amateurs, que viabilizaba la posibilidad de un arreglo del fútbol de ese país, uniendo a las partes. La propuesta establecía que la situación del fútbol argentino se considerara en el congreso de la Confederación Sudamericana, a celebrarse en setiembre de 1920 en Santiago de Chile, previo al comienzo de los partidos de la Copa América, a disputarse en ese país. El presidente del organismo desde su fundación en 1916, el uruguayo Héctor R. Gómez apoyaba a los amateurs y la tesitura de solución que proponían.
La Asociación “oficial” argentina y la unión con el Brasil
Gómez se trasladó en su automóvil desde Montevideo a Santiago de Chile. Largo recorrido para los automóviles de la época, anunciando su arribo a Santiago para el día viernes 9 de setiembre en horas de la noche. Quedaba implícito que, en la mañana del día siguiente, sábado, se iniciarían las sesiones presididas por el director de la Oficina Permanente de la Confederación con sede en Montevideo, Héctor R. Gómez… La delegación de Brasil representada por el fútbol de Río de Janeiro, viajó en barco hasta Montevideo. Al llegar a la aduana se unió la delegación de Uruguay, embarcando esa misma noche en el vapor de la carrera rumbo a Buenos Aires. En la capital porteña ambas representaciones se unieron a la de la Asociación Oficial Argentina, abordando las tres juntas en el ferrocarril trasandino el 5 de setiembre de 1920 a las 8 a.m. con destino a Santiago de Chile.
“Recién embarcados rumbo a Mendoza, el jefe del comedor hizo saber al delegado uruguayo Sr. Sienra que era necesario cambiar la hora convenida para el almuerzo porque los argentinos –que habían de almorzar al mismo tiempo-, acababan de manifestarle que no querían comer con los uruguayos, en tanto los brasileños lo hicieron al mismo tiempo y en el mismo salón que los argentinos”.
Al llegar a Valparaíso, argentinos y brasileños, que previamente solicitaron a los organizadores alojamientos separados de los uruguayos, ocuparon el hotel Palace. Los uruguayos fueron instalados en el hotel Colón. Apoyados por la asociación chilena que organizaba el torneo, sufriendo la amenaza de Argentina que no presentaría su equipo si el congreso de la Confederación Sudamericana no se reunía de inmediato, convocó a la sesión para las cuatro de la tarde del señalado día 9 de setiembre de 1920, en el edificio de la municipalidad. El Dr. Gómez se encontraba en el último tramo del largo recorrido para llegar a Santiago en automóvil.
Renuncia el presidente y fundador de la Confederación Sudamericana de Footbal, Héctor R. Gómez
Presidió el conductor del fútbol de Chile, Latorre Moreno. Tomó la palabra el delegado de la Asociación Argentina de Football, Carlos Jaunarena, presidente de Estudiantes de la Plata quien “planteó como cuestión previa relativa con el conflicto argentino, que la proposición uruguaya de escuchar la postura y propuesta de la Asociación Amateur del Football argentino que se encontraba en sala, debía tratarse inmediatamente. De lo contrario la delegación argentina se retiraría del certamen. Los delegados uruguayos, Miguel Páez Formoso de Reformers y Gerardo Sienra de Dublín, sostuvieron la necesidad de aguardar la llegada del presidente de la Confederación, Héctor R. Gómez. La delegación brasileña se pronunció en un todo de acuerdo con la posición de la Asociación Argentina, en tanto el presidente del fútbol de Chile, aprobó la propuesta de los argentinos dejando constancia de que votaba así, contrariando sus posiciones, pues lo hacía presionado por la delegación argentina bajo la amenaza de no participar del torneo, lo que equivalía a decretar el fracaso del campeonato”.[1]
La Asociación Amateur Argentina envió dos representantes con la intención de exponer en la reunión de la Confederación, su posición. Viajaron en un ferrocarril posterior al utilizado por uruguayos, brasileños y argentinos oficialistas, los señores Belgeri y Branca. La decisión impuesta en el congreso por la Asociación Argentina, determinó que estos representantes de los “amateurs” no ingresaran a la sala donde se desarrolló el congreso.
El día siguiente, 10 de setiembre de 1920, en la segunda reunión, con la presencia de Héctor R. Gómez quien propuso una seria de iniciativas rechazadas de plano, quedó en claro el futuro. El viernes 24 de setiembre en la sesión de clausura del congreso, el fundador y conductor de la Confederación presentó su renuncia indeclinable.
Uruguay pierde su poder en la Confederación
El plan estructurado por la Asociación Argentina de Football, apoyado por los dirigentes del fútbol de Río de Janeiro representando a Brasil, siguió su curso aprovechando la renuncia de Héctor R. Gómez.
Argentinos y brasileños impusieron la modificación radical de los estatutos del organismo continental. A la figura del director agregaron la del sub-director, estableciendo la elección anual de los mismos. Designaron a los uruguayos Dr. León Peyrou y Miguel Páez Formoso para desempeñar respectivamente esos dos cargos.
Estas decisiones fueron el comienzo de una escalada que emprendieron los argentinos de la oficial asociación, para vaciar de contenido a la Confederación Sudamericana, poniendo en marcha un plan de acción que culminará en 1937. La sede del organismo que desde 1916 funcionaba en Montevideo, en ese año será instalada en Buenos Aires. También los argentinos asumirán en ese momento, por primera vez en la historia, el cargo de presidente.
[1] El campeonato sudamericano. Ultima hora. Reunión preparatoria del congreso. El País 10/09/1920. Montevideo.