100 años de Colombes (35): En la Copa América de Chile de 1920 renunció Héctor R. Gómez a la presidencia de CONMEBOL

Martes 10 de junio de 1924. Portada del diario El Día. La publicación de José Batlle y Ordóñez, fue el único periódico que cubrió el campeonato mundial de fútbol, en la VIII Olimpiada, con un enviado especial. Lorenzo Batlle Berres, sobrino de Don Pepe, viajó como un integrante más de la delegación. Así comenzó la cobertura después de la sensacional victoria.

En la nota anterior se dejó constancia de la unión de los dirigentes de la oficial Asociación Argentina de Football con los delegados del fútbol de Brasil, representando a la Liga Metropolitana de Football de Río de Janeiro, fundada el 8 de julio de 1905. Los cariocas estaban enfrentados con los paulistas, cuyos dirigentes reclamaban la paternidad de ser los primeros en jugar al football en Brasil y poner en marcha la primera asociación de este deporte en el país.

Efectivamente, Charles Miller fue el introductor del famoso deporte inglés en Brasil, impulsando su práctica entre los jóvenes de las clases altas. Históricamente reconocidos como “el padre del fútbol de Brasil”, el 14 de diciembre de 1901 creó la Liga Paulista de Football integrada por cinco clubes de San Pablo.

Con el andar del tiempo los dirigentes del fútbol de Río de Janeiro y su Liga Metropolitana, fueron reconocidos como la organización representativa del fútbol de toda la nación, a pesar de que el fútbol se introdujo primero en San Pablo. ¿Por qué ocurrió esta situación? Simplemente por el hecho de que la Liga Metropolitana de Football fue creada, funcionaba y organizaba la actividad del fútbol en la capital oficial del Brasil. En aquel tiempo y hasta la creación y puesta en marcha de la ciudad de Brasilia, en Río de Janeiro existían todas las dependencias del gobierno del país.

La Asociación Argentina y Brasil contra Uruguay

El desarrollo del torneo continental en Valparaíso transcurrió cuando el fútbol de Argentina recorría el final del segundo año de división. El presidente de la oficial Asociación, Dr. Federico Luzio del Club Atlético Porteño, y el importante dirigente de la misma, Carlos Jaunarena de Estudiantes de la Plata, pusieron en marcha en ocasión de la disputa de la Copa América en Chile, la estrategia destinada a quitar el enorme poder que Uruguay tenía en el fútbol continental.

Para que ello fuera posible la oficial Asociación Argentina busco, logró y pactó con los brasileños de la Liga Metropolitana de Río de Janeiro, el desarrollo de un plan desestabilizador en el marco de la Copa América de 1921 en Chile.

Corresponde señalar y dejar constancia que los dirigentes del Club Atlético Porteño, fundado el 28 de julio de 1895, al igual que el entonces joven Club Atlético Boca Juniors, puesto en marcha el 3 de abril de 1905, y cuyo peso en la política del fútbol argentino era pequeño, tejieron en los años previos al cisma, fuertes lazos de amistad con el Club Nacional de Football, considerado entonces por los argentinos como lo que realmente era: una potencia en el fútbol uruguayo. Potencia que luchaba con el Club Atlético Peñarol por el control de la Asociación Uruguaya de Football.

Irrespirable ambiente en la Copa América de 1921

En el artículo anterior publicado, el n.º 34, se dejó escrito la forma como la unión de los dirigentes argentinos y brasileños puso en práctica con total éxito, la planificación que culminó en la reunión del congreso, de la ya entonces también llamada CONMEBOL,[1] desarrollado en el edificio de la Municipalidad de Valparaíso. Renunció a la presidencia Héctor R. Gómez, ideólogo y fundador del instituto, ganando protagonismo Carlos Jaunarena, iniciando una carrera que lo llevará, años después a la presidencia de la CONMEBOL.

Las pruebas de lo afirmado surgen de episodios registrados en los días siguientes a la inauguración del congreso del organismo.

Con motivo de la celebración de las Fiestas Patrias de Chile, los días 18 y 19 de setiembre, coincidiendo con los partidos de la Copa América, el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Luis Aldunate Echeverría, invitó a una reunión en Santiago a las autoridades del fútbol presentes en Valparaíso. Comparecieron los dirigentes de Uruguay, de la Asociación Amateur de Argentina y Héctor R. Gómez. Ausentes los representantes de la oficial Asociación Argentina y Brasil.

Un hecho similar ocurrió con un convite realizado por el Gral. Ruiz Contreras para visitar la escuela de aviación, con posterior almuerzo de camaradería. Luego, la mencionada Asociación Chilena programó un viaje para visitar su sede, que se completó con una invitación del embajador de Uruguay acreditado ante el gobierno de Chile, para cenar en la legación. Las ausencias de la oficial Asociación Argentina y del Brasil, constituían una reacción ante la definida posición de Gómez y de los clubes de la AUF que seguían a Peñarol apoyando a los amateurs argentinos. Estos hechos originaron la renuncia del presidente de la Asociación de Fútbol de Chile, Dr. Latorre Moreno, siendo sustituido por el vice, Serafín Guerra.

Química entre AUF y los “amateurs” argentinos

Al finalizar la Copa América de Chile en 1921, el retorno desde Valparaíso para las delegaciones de Argentina, Uruguay y Brasil, no resultó nada fácil. En el congreso de la Confederación Sudamericana la delegación de la oficial Asociación Argentina de Football, impuso su triunfo al impedir que los delegados de la Asociación Amateur de ese país, expusieran su situación. Y como si fuera poco lograron, además, echar para siempre del organismo al ideólogo y fundador del mismo, obteniendo la renuncia de Héctor Rivadavia Gómez a la presidencia de la Confederación Sudamericana que desempeñaba desde 1916, cuando fue creada en las reuniones llevadas a cabo en Montevideo el 15 y 16 de diciembre de ese año.

Los uruguayos retornaban con el título de campeones de América. Los brasileños se mantenían en posición futbolística retrasada, debido a las polémicas y la división entre el fútbol de San Pablo y Río de Janeiro, cada una reclamando el derecho de gobernar y dirigir el fútbol del Brasil. La ventaja la llevaba la organización creada en la ciudad carioca, por el hecho de existir y funcionar en esa ciudad, el gobierno de la nación. Esa división determinó que, en cada ocasión, al formarse la selección la misma se constituía sólo con jugadores de Río de Janeiro. El fútbol que exhibían no tenía la categoría del que se practicaba en el Río de la Plata. Los dirigentes de la Asociación Amateur Argentina, regresaron derrotados.

El clima en el ferrocarril trasandino retornando a Buenos Airees resultó irrespirable. Los uruguayos no cruzaron palabras con argentinos y brasileños. Llegaron a la estación terminal en la mañana del sábado 2 de octubre de 1921. Los dirigentes de la Asociación Argentina de Football ofrecieron atender a los uruguayos que tomaban el vapor de la carrera rumbo a Montevideo en la noche del domingo 3 de octubre.

“A la llegada a Buenos Aires, una Comisión de la Asociación Argentina presentó sus saludos a la delegación uruguaya y le ofreció sus servicios. Después de lo ocurrido en Chile –y antes de Chile-, no podían tener los delegados uruguayos mayor interés en aceptar los servicios de la Asociación Argentina, motivo por el cuál –si bien agradeciéndolo-, no hicieron uso del ofrecimiento. La misma noche un grupo de distinguidos sportmen (sic) argentinos, simpatizantes de la Asociación Amateur obsequiaba a los uruguayos con una cena, que éstos aceptaron -y así lo expresó claramente el orador que agradeció en su nombre la fina atención –como un homenaje particular de esos sportmen (sic).

El día del regreso la delegación fue invitada por la Asociación Amateur, a presenciar el sencillo acto en que el Club River Plate hacía entrega al viejo jugador Cándido García de una medalla recordatoria de su actuación deportiva. Con ese motivo los delegados uruguayos fueron cariñosamente saludados y aplaudidos por los dirigentes, jugadores y socios del prestigioso club.

En el momento del embarque la delegación fue despedida exclusivamente por personas pertenecientes a clubs de la Asociación Amateurs lo que, agregado a los antecedentes apuntados, explica que los jugadores uruguayos hayan aclamado a esa institución en el momento de ponerse en marcha el vapor que los conducía a Montevideo”.[2]

[1] El acrónimo CONMEBOL se confeccionó en abril de 1917, cuando comenzó a funcionar la Oficina Permanente en Montevideo. Héctor R. Gómez concurrió a la oficina de teletipo a inscribir al nuevo organismo con dirección para recibir mensajes. El acrónimo CONMEBOL fue armado por los funcionarios de la compañía utilizando el código mundial inventado por el francés Èmile Baudot. Aparece por primera vez.

[2] Informe oficial elevado a los clubes, escrito por los delegados de la AUF que concurrieron a la Copa América de Valparaíso en 1920, Sres. Mario F. Lúgaro, Gerardo Sienra y Gustavo G. Bascuas. 07/10/1920.

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