100 años de Colombes (45): El torneo de 1891, Lomas Academy y el olvido de una figura clave en el club: Frank Chevallier Boutell

Martes 10 de junio de 1924. Portada del diario El Día. La publicación de José Batlle y Ordóñez, fue el único periódico que cubrió el campeonato mundial de fútbol, en la VIII Olimpiada, con un enviado especial. Lorenzo Batlle Berres, sobrino de Don Pepe, viajó como un integrante más de la delegación. Así comenzó la cobertura después de la sensacional victoria.

El éxito del primer torneo de fútbol argentino de 1891

“Si bien hasta 1890 ya se venían disputando encuentros con carácter amistoso, en 1891 la actividad se incrementó notablemente. Entendemos, que en ello tuvo mucho que ver la realización del campeonato que confirmaba las pautas de la definitiva separación del football association del football rugby. En nuestras investigaciones hemos podido rescatar al menos 28 encuentros, uno de los cuales tuvo lugar en el interior del país, aunque se supone que se jugó una mayor cantidad, dado que la realización de varios de ellos no fue avisada a los medios, ni publicada por éstos.

En el ámbito de la ciudad de Buenos Aires y alrededores hubo varios enfrentamientos que llamaron la atención, principalmente aquellos que tuvieron por protagonista al Flores Collegiate school, una de las entidades consideradas tanto o más fuerte que las que habían participado en el torneo oficial, que se topó en varias ocasiones con su colega el Flores English College.

Lomas Academy Athletic Club

También se disputaron amistosos entre las instituciones que no habían adherido a la Liga, destacándose el jugado entre Flores Athletic Club y Lomas Academy Athletic Club, cuyos integrantes serían protagonistas en los años venideros de grandes contiendas en el marco del fútbol de la Asociación”.[1]

Se enfrentaron el 16 de julio de 1891 en Flores. Lomas integró el equipo con  F.X. Carter, A. Buchanan  y F.M. Rath; R. Brooking, P.L.G. Bridger y C.W. Reynolds; H. Anderson, F. Jacobs, W. Leslie, G. Nobili y G. Leslie. Lomas AC presentó la oncena siguiente: H. Fowler, F.E. Gordon y T.M.W. Knox; J. Gifford, M. Macadam y J. Murphy; R. Gifford, L. Gaham, A.O. Boyd, B. Guy y B.

La mención a Lomas AAC merece un comentario relacionado con la proyección que adquirió esta institución en el fútbol argentino y, principalmente, el surgimiento de una figura de enorme personalidad y capacidad que encumbró deportivamente al club en la última década del siglo XIX, junto con su labor que lo llevó a la exitosa conducción de la asociación argentina. Fue Frank Chevallier Boutell.

“Cuando los ingleses llegaron a estos lejanos destinos para trabajar en las grandes obras de infraestructura del país se encontraron con un panorama bastante diferente del que habían dejado en las islas británicas. Una pampa inmensa y desolada poco se correspondía con cualquiera de las populosas ciudades desde donde provenían. Al establecerse en un punto determinado observaban reglas imperturbables. Primero levantaban un templo, después el colegio para sus hijos y por último fundaban un club. Armaban un correlato de lo que para ellos era cotidiano: el cultivo del espíritu, del intelecto y del cuerpo. Este esquema se repite inexorablemente a lo largo de un hilo conductor de civilización como lo constituye el trazado de las vías del ferrocarril. En una de sus estaciones, a pocas cuadras del estratégico cruce de vías de Temperley nació Lomas Academy Atletic Club, en la esquina de las calles Laprida y Necochea, el 15 de marzo de 1891. Dos años más tarde se oficializó la denominación de Lomas Athletic Club”.[2]

Hombre fundamental olvidado: (Francis) Frank Chevallier Boutell

Nació en Aspall, Suffolk, Inglaterra el 23 de setiembre de 1851. Perteneciente a una familia de posición acomodada, estudió en la prestigiosa escuela privada Saint John’s College. Cooperó con Lord Brassey en la fundación de los voluntarios de Artillería de la Royal Navy. Ingeniero civil especializado en los temas ferroviarios, en el gran momento de la “revolución industrial”, viajó por Europa, Japón, China, Ceilán, Egipto, Canadá, Brasil, Chile y Paraguay. Llegó con veintiún años a Uruguay a fines de 1873 con la misión de formar, integrar y desarrollar el consorcio uruguayo – británico que inició la instalación de la primera línea ferrocarril del pequeño país, adoptando el nombre de Frank.

Gran aficionado a los deportes, practicaba rugby, football associación y remo. Llegó a Montevideo acompañado de su hermano Arthur, adornado de notables condiciones en la práctica del remo, siendo competidor de alto nivel en su país natal. Ambos formaron parte importante del grupo de residentes británicos que el 8 de junio de 1974, en el lujoso Hotel Central, fundaron el Montevideo Rowing Club, donde meses después Frank introdujo la práctica del football associación. Surgía así el segundo club británico lo que permitió el inicio de la competencia con Montevideo Cricket Club, la institución deportiva decana del Uruguay, con actividad continua desde el 18 de julio de 1861 hasta el presente. Frank Chevallier Boutell se convirtió en un importante hombre de negocios, adquirió predicamente en la alta sociedad uruguaya, se casó con una mujer oriental –Rosa Granero-, una década menor.

Chevallier Boutell en Argentina

Después de un lustro de actividad en Montevideo el país quedaba chico para su manifiesta capacidad y sus ambiciones. El matrimonio se trasladó a Buenos Aires y a su primogénito nacido en la capital de Argentina en 1879, fiel a la tradición de entonces traslado su nombre: Frank.

En la urbe porteña su figura adquirió mayor trascendencia que en Montevideo. Se vinculó a los altos círculos, integró el directorio de varias empresas, entre ellas la de River Plate Trust Company, el grupo británico de inversión más importante de Argentina en aquel tiempo. Logró participación en el London Bank siendo también agente del Lloyd’s, llegando al alto cargo de presidente de la Bolsa de Comercio. Desempeñó la presidencia de la Compañía de Tranvías de Buenos Aires, disponiendo a su cargo de un lujoso tranvía particular que usufructuaba para ir a su domicilio (en Lomas de Zamora), o los domingo al football.[3] Gran Maestro de la masonería argentina desarrolló contactos en todos los niveles de la vida política y social de ese país.

Esta actividad que desplegó en las elevadas esferas de la actividad empresarial nunca pudo sustituir su pasión por el deporte, al que continuó estrechamente vinculado en Buenos Aires. Miembro de entidades frecuentadas por la aristocracia como el Jockey Club; el Círculo de Armas y el club Progreso, entidad de donde surgieron entre sus miembros, casi siempre los presidentes de Argentina.

1892: Chevallier Boutell y Lomas Academy Atlhetic Club

El protagonista analizado sobresalió con altos ribetes en Lomas Academy Athletic Club. En mayo de 1891 se encontró entre el grupo de residentes británicos fundadores de la institución. Se hizo cargo del desarrollo del football association, deporte que además del remo, conocía a la perfección. Puede conjeturarse que a raíz del conocimiento que tenía del tránsito de su vida en Londres, donde el football asociation atraía multitudes, concluyó que en Buenos Aries ocurriría lo mismo, iniciando su identificación como conductor de ese deporte en Lomas Academy AC. También suya debe ser la iniciativa para que a partir de 1893, se eliminara el “Academy” de su nombre, ya que el equipo comenzó a nutrirse de jugadores que no pertenecían a la institución.

En ese sector del club que dominaba, adquirirá inmediata preeminencia en la poderosa institución convertida en la principal y más importante de la última década del siglo XIX. Inmediatamente en el mismo año 1891 de la fundación, armó el equipo de fútbol de Lomas comenzando la actividad. Carlos F. Yametti localizó cuatro partidos disputados en 1891 por Lomas Academy AC. debutando frente a Flores AC el 16 de julio en la cancha del primero citado. En las integraciones del equipo recogida por el citado historiador, figuran defendiendo al equipo jugadores de primer nivel en ese tiempo: A. Buchanan, H. Anderson y los hermanos W. y G. Leslie, C. Wright, S. Gibson y otros.

La extraordinaria investigación de Carlos F. Yametti y sus colaboradores, imprescindible para las conclusiones que se extraen en esta serie de notas, deja en evidencia una realidad. Advertido del éxito de primer campeonato de fútbol argentino de la historia, organizado por el instituto creado por Alec Lamont en 1891, correspondió a Chevallier Boutell la creación de la rama de actividad de football association y la simultánea inscripción en la asociación argentina.

[1] Carlos F. Yametti. Ob. Cit. Pag. 24. Historia del Fútbol de la AFA / Orígenes 1891 / 1899.

[2] < https://lomasac.com.ar/el-club/> Sitio oficial de la institución en internet.

[3]  Ing. José L. Buzzetti. Crónica y comentario del Club A. Peñarol / 1891 – 1961. Montevideo 1962, pág. 15.

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