Los mundiales sub 20. Una colección de gratos recuerdos más allá de no dar la vuelta.

Un nuevo sueño mundialista  comienza  para el ´futbol juvenil celeste. Los seleccionados menores de 20 años participarán de la Copa Mundial organizada por la FIFA de forma emergente en la vecina orilla. El torneo se iba a desarrollar en Indonesia pero diferentes motivos políticos llevaron al ente rector del fútbol internacional a cambiar la sede del evento. La selección Argentina había quedado eliminada de la competición pero la hábil gestión del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Ricardo “Chiqui” Tapia, determinó que la albiceleste culminara con la fiesta en su casa. AFA ofreció rápidamente albergar el torneo y que su seleccionado ocupara el lugar de anfitrión que liberó Indonesia. De esta forma, el fútbol argentino buscará conseguir su séptima conquista en esta categoría y continuar con la algarabía generada por el éxito obtenido en Catar por el equipo nacional absoluto. Los jóvenes charrúas fueron protagonistas fundamentales del último campeonato sudamericano sub 20 y terminaron en el segundo puesto tras caer por 2 a 0 ante Brasil en el partido decisivo del hexagonal final. La Celeste fue mucho más competitiva que el equipo argentino y llega con un mayor favoritismo aunque nos cueste reconocerlo.

Asimismo, esta participación constituye la primera vez en la historia en que una selección uruguaya de fútbol jugará un campeonato del mundo en suelo argentino. La selección mayor quedó fuera del Mundial de 1978 mientras que la sub 20 tampoco pudo ir a Argentina  cuando se celebró su máximo certamen en  2001.   En la mayoría de los países del orbe futbolístico, los torneos juveniles generan un impacto menor que el de las competencias de adultos. Sin embargo, la pasión futbolera  oriental determina que los campeonatos sub 20 despiertan alegrías y decepciones similares a la de cualquier otro torneo de relevancia de mayores. Los hinchas conservan en su memoria notables actuaciones que desempeñaron los jóvenes futbolistas a lo largo del tiempo. Momentos destacados, que pese a no haber culminado con la obtención de un campeonato mundial, dejaron su huella en nuestra idiosincrasia futbolera. Vale la pena mirar hacia atrás para hacer un repaso  en las horas previas al debut mundialista.

1979 La copa vino para el Río de la Plata pero se quedó en la vecina orilla.

Mundial sub 20 - Japón 1979 - AUF
Uruguayos y argentinos presentaban dos grandes combinados.
El resultado nos terminó siendo esquivo. Imagen: auf.org.uy

El primer mundial Sub 20 se disputó en Túnez en 1977 y representó una verdadera novedad. La FIFA acentuaba su voraz expansión globalizadora con la creación de productos que pudieran comercializar nuevos derechos televisivos, acrecentar el número de empresas patrocinadoras y aumentar de forma significativa el número de consumidores del fútbol como una mercancía de entretenimiento. Es por ello, que comenzaron a disputarse los mundiales juveniles en diversos países con poca o nula tradición futbolística. África, Oceanía y Asia (principalmente Japón) fueron las tierras a conquistar para que el negocio generara cada vez mayores divisas.

Los gorriones celestes obtuvieron el tricampeonato sudamericano en 1979 y emprendieron el viaje hacia Japón para ser los mejores del mundo entre los de su generación.  Los estrepitosos fracasos deportivos de la selección mayor en 1974 y 1978 determinaron que las exitistas expectativas de los hinchas estuvieran puestas en las promesas de nuestro fútbol.  La Celeste había culminado en el cuarto puesto en la edición inaugural de 1977 y el sueño de ganar el mundial estaba intacto. Uruguay aterrizó en Japón y tuvo un comienzo arrasador. Obtuvo el primer puesto de su grupo ganando 5 a 0 a Guinea (Molina 7´, Revelez 22´y 74´; Paz 53´ y Vargas 76´), 2 a 0 a Hungría (Paz 23´ y  Vargas 35´) y 1 a 0 a la Unión Soviética (Martínez 66´). Con 3 victorias contundentes y sin goles en contra, la Celeste pasó a cuartos de final  para enfrentar a Portugal. El seleccionado luso fue un duro adversario pero logró ser superado por 1 a 0 con gol de Ruben Paz a los 4 minutos del alargue. Por su lado, Argentina seguía avanzando en el cuadro del torneo y ambos hermanos rioplatenses se toparon en semifinales.  Los albicelestes tenían un verdadero cuadrazo que contaba con el magistral Diego Armando Maradona y un centrodelantero letal como Ramón Díaz. Ambos futbolistas referidos fueron los autores de los 2 goles que determinaron el resultado final por 2 a 0.  El sueño se había esfumado en la tierra del sol naciente pero los gurises culminaron en el podio tras ganarle a Polonia por penales en el cotejo por el tercer puesto. Argentina culminó siendo campeón del mundo al superar a la Unión Soviética por 3 a 1.

1981. Otro tropezón que no fue caída de una generación excepcional.

Mundial sub 20 - Australia 1981 - AUF
La eliminación fue inesperada pero el fútbol juvenil uruguayo
seguía en lo más alto del continente sudamericano. Imagen: auf.org.uy

El fútbol juvenil uruguayo  ocupaba un lugar hegemónico en el continente y así lo demostró en la cancha. El 8 de marzo de 1981 se coronó tetracampeón sudamericano tras golear por 5 a 1 a Argentina sobre la línea imaginaria que divide al mundo en 2 hemisferios. Los nóveles jugadores uruguayos debían volver a cruzar el globo y desplazarse hasta Australia para disputar la tercera edición de la copa del mundo. La lista de buena fe uruguaya estaba repleta de cracks que culminaron desarrollando destacadas trayectorias deportivas. Los gurises, al igual que sus antecesores de 1979, comenzaron de gran forma tras ganarle a Estados Unidos por 3 a 0 (López 7´, Aguilera 60’ y Da Silva 67’), a Polonia 1 a 0 (Da Silva 58’) y  a Catar por 1 a 0 (Villazán 52’). Una vez más, se obtenía la primera posición del grupo venciendo en los 3 partidos y sin recibir goles en contra. Pero la suerte le fue nuevamente esquiva al equipo oriental tras el cruce con Rumania en cuartos de final. El seleccionado de Europa Oriental fue ampliamente superado por aquellos chiquilines uruguayos en el campo de juego pero los rumanos fueron más efectivos y terminaron ganando por 2 a 1 (Berrueta 60´). Esta nueva derrota coincidió en el tiempo con la eliminación de la selección mayor del mundial de España. No eran buenos tiempos para la entrañable Celeste en materia de resultados deportivos.

1993 El Gol de Oro y la “puerta sagrada».

Mundial sub 20 - Australia 1993 - AUF
Los chiquilines del 93 jugaban muy bien al fútbol. Foto: auf.org.uy

La Celeste pintaba bien en aquel mundial con una generación de futbolistas lideradas por Fabián O´Neill.  El mundial sub 20 volvía a celebrarse en Australia y Uruguay se impuso en el grupo tras empatar con Ghana 1 a 1 (Correa 22´) e imponerse a  Portugal por 2 a 1 (O´Neill 8´ y 87´) y a Alemania por igual score (López 2´ y Correa 65´). El fixture de cuartos de final indicó el enfrentamiento con la selección anfitriona pero el principal rival uruguayo terminó siendo la modificación reglamentaria denominada Gol de Oro.  Lo que se conoció siempre en  el campito como “el que hace el gol gana”.  Uruguay se adelantó en el marcador con un gol de Sergio Sena a los 21´ de juego mientras que Agostino igualó sobre los 60´. El partido culminó empatado y se pasó a la prórroga con la nueva regla en funcionamiento. Fue así, que a los 99´, el chico Carbone marcó el segundo gol australiano y sentenció la suerte uruguaya. Los jugadores orientales se quejaron de diferentes fallos arbitrales de forma enérgica y el enojo del plantel continuó en el vestuario con algunos destrozos de las instalaciones. Entre ellos, el de la puerta de ingreso al camarín. La moralizante FIFA decidió aplicar una sanción ejemplarizante y prohibió la participación de la AUF en la edición posterior de 1995 que se realizó en Catar.

1997. La esperanza que renació con el sol malayo.

1997 Malasia - AUF
Oncena titular del equipo que volvió a unir a la afición con la Celeste. Foto: auf.org.uy

Aquellos tiempos no eran fáciles para el fútbol uruguayo. La selección mayor había ganado su Copa América N° 14 en 1995 pero la clasificación a Francia estaba prácticamente perdida. La sub 20 retornaba a la copa del mundo y volaba rumbo a Malasia en busca de un nuevo sueño. La delegación partió en absoluto silencio y los primeros partidos contaron con escasa audiencia debido a la diferencia horaria. El elenco dirigido por Víctor Púa ganó su grupo al vencer por 3 a 0 a Bélgica (Podestá 41´, Coelho 56´ y 79´), 3 a 1 a Malasia (Zalayeta 24´´, Hayed OG 39´ y López 77´) y empatar con Marruecos 0 a 0. Aquellos chiquilines jugaban bien de verdad y el partido por octavos de final fue fundamental para amalgamar la comunión de los hinchas con la selección como no sucedía hace mucho.  En ese encuentro, la joven Celeste  venció  a Estados Unidos por un aplastante  3 a 0 (Zalayeta  24´ y 34´ y Olivera 41´) con una demostración e alto nivel técnico que pocas veces se observó por estas latitudes.

El torneo seguía su curso y la fuerte selección francesa era el rival de  turno.  Los gurises volvieron a desencadenar la algarabía de la población en su conjunto tras eliminar al combinado europeo en la definición por penales. David Trezeguet, campeón del mundo de mayores al año siguiente, adelantó a los galos en el marcador pero Nicolás Olivera marcó el empate a los 68´. El cotejo continuó igualado y la Celeste se impuso por un dramático 7 a 6 en la definición por penales. Un desenlace agónico que fue la antesala del inolvidable partido ante Ghana por semifinales.  Aquel inolvidable match comenzó con una tempranera anotación de Zalayeta a los 13´ y continuó con un segundo gol de Coelho sobre las postrimerías del primer tiempo. Uruguay se fue al entretiempo con un cómodo 2 a 0 pero la ventaja se diluyó en poco más de media hora. El partido fue a la prórroga y en esta ocasión, al contrario de lo sucedido en 1993, Uruguay pudo sacar ventaja del controvertido  Gol de Oro. El lateral derecho Fabián Perea se vistió de centrodelantero y convirtió a los 105´ el memorable tanto que dio por finalizado el partido y selló el pasaje a la final. 

El fútbol criollo volvía a disputar un partido de estas dimensiones enfrentando a su histórico rival rioplatense como en 1928 y 1930. Aquel partido detuvo al país en términos literales y el golazo de tiro libre de Pablo García resonó en todo el territorio nacional a los 15´ de juego. Los dirigidos por Pekerman, en su calidad de defensores del título, se fueron al ataque y lograron darlo vuelta con los tantos anotados por Cambiasso (26´) y Quintana (43´). El resultado culminó siendo adverso y Argentina levantó la copa. Nicolás Olivera fue reconocido con el Balón de Oro mientras que Marcelo Zalayeta lo escoltó con el Balón de Plata. Asimismo, también es recordado con enorme estima el botija  Perea tras perder la vida en un siniestro de tránsito en Propios y Canstantt durante una madrugada de octubre de aquel mismo año.  Aquellos chiquilines que se  fueron en silencio a Malasia culminaron siendo recibidos como verdaderos campeones.  La ilusión de los aficionados se había teñido de celeste nuevamente.                                                                                         

El  proceso juvenil conducido por Víctor Púa continuó con una muy buena participación en Nigeria 1999, Uruguay finalizó en cuarta posición tras eliminar a Brasil por 2 a 1 en cuartos de final y presentó  una nueva generación de notables futbolistas  liderada por Diego Forlán.

El proceso Tabárez y su impacto en la selección juvenil.

Mundial sub 20 - Turquía 2013 - AUF
En Turquía 2013 se venció por primera vez a España en un torneo oficial por toda categoría. Foto: auf.org.uy

El período posterior a Púa estuvo marcado por los malos resultados. Uruguay quedó afuera de 3 mundiales consecutivos (2001. 2003 y 2005) y volvió al certamen con la llegada del Maestro Tabárez. La Celeste viajó a Canadá 2007 con una gran cantidad de gurises que pintaban para bien. Suárez, Cavani, Cardaccio, Cáceres fueron algunos de quienes  integraron la nómina de aquel destacado seleccionado que fue eliminado de forma sorpresiva en octavos de final. Desde ese momento, la selección sub 20 fue a todas las ediciones de la copa del mundo hasta el presente aunque su suerte fue sumamente dispar.  En 2013, los gorriones uruguayos volvieron a protagonizar una gran actuación llegando a la final del torneo disputado en Turquía.  La selección de Verzeri demostró un aceptable nivel de juego y consiguió resultados históricos. Uno de ellos, que pasó inadvertido para la mayoría de la opinión, consistió en conseguir la primera victoria oficial sobre España en toda categoría. El triunfo frente a la Roja fue por 1 a 0 con gol de Felipe Avenatti a los 109´ de juego y significó el pase a la semifinal frente a Irak. La Celeste llegó a la final y enfrentó a un extraordinario equipo francés dirigido en la cancha por Pogba. El partido terminó igualado sin goles y los galos vencieron en la definición  por penales. Nicolás López fue uno de los goleadores de la competición mientras que Guillermo De Amores obtuvo el premio de Guantes de Oro por ser considerado el mejor arquero.

Una nueva historia comienza a escribirse en La Plata. Los jóvenes defensores de la gloriosa casaca celeste serán los primeros futbolistas en jugar un mundial en nuestro querido país vecino. Los uruguayos son expertos en arruinar las fiestas que organizan los anfitriones y esto, los argentinos, lo saben muy bien.

Actuaciones de Uruguay en los mundiales sub 20

Túnez 1997 Cuarto puesto Japón 1979 Tercer puesto Australia 1981 Cuartos de final México 1983 Cuartos de final Rusia 1985 No clasificó Chile 1987 No clasificó Arabia Saudita 1989 No clasificó Portugal 1991 Fase de grupos Australia 1993 Cuartos de final Catar 1995 Suspendido Malasia 1997 Subcampeón Nigeria 1999 cuarto lugar Argentina 2001 No clasificó Jordania 2003 No clasificó Países Bajos 2005 No clasificó Canadá 2007 Octavos de final Egipto 2009 Octavos de final Colombia 2011 Fase de grupos Turquía 2013 Subcampeón Nueva Zelanda 2015 Octavos de final Corea del Sur 2017 Cuarto lugar Polonia 2019 Octavos de final

Un Timonel en el Danubio

Una zurda prodigiosa, la cabeza levantada, creación y prestancia son solo algunas de las tantas virtudes de este exquisito “10”.

Sergio Santín nació en el departamento de Salto el 6 de agosto de 1956 y el apodo de “Bocha” se lo ganó desde muy pequeño porque pasaba todo el día detrás de la bocha o pelota.

Su historia futbolística comenzó en el Club Atlético Universitario de su ciudad natal, para luego desembarcar en Danubio. Con la franja negra en el pecho debutó en 1977, defendiéndola en alrededor de 130 partidos.

Desde su botín izquierdo “dibujaba” sobre la cancha las mejores jugadas, con gran sutileza y precisión en la pegada para habilitar a los atacantes. Inteligente y rápido mentalmente, con pelota dominada era infalible. Además, fue un notable definidor.

Cuanto más difícil el partido… el “Bocha” aumentaba su nivel y protagonismo, esto lo transformó en ídolo indiscutido de los hinchas danubianos.

Con el club de la Curva de Maroñas, fue subcampeón de la Liguilla ´77, logrando la histórica primera clasificación danubiana a la Copa Libertadores de América, tras vencer a Nacional en finalísima.

En 1978 obtuvo el Balón de Oro a la “revelación” del fútbol uruguayo, premio que otorgaba el desaparecido diario “El Día”.

También integró el plantel que obtuvo el vice campeonato en el Torneo República disputado en 1979.A mediados del año 1980, fue transferido al fútbol colombiano, donde también brilló por más de una década. Aún hoy, es dueño de un récord que no ha sido superado, es el futbolista con mayor cantidad de goles mediante la ejecución de tiros penales, con nada menos que 64. En total disputó 451 encuentros y marcó 119 goles, defendiendo a los clubes Deportivo Pereira, Cúcuta, Atlético Nacional, América de Cali y Once Caldas. En la temporada 1984 -1985 jugó en Peñarol y en 1986 en el Santos brasileño.

Sus cualidades le permitieron alcanzar la selección mayor de Uruguay, con la cual disputó 18 partidos. Roque Máspoli lo hizo debutar (siendo jugador de Danubio) en 1980, en un amistoso frente al seleccionado peruano. Seis años después, convocado por el Profesor Omar Borrás, defendió la casaca celeste en el Mundial de México de 1986, jugando todos los partidos.

Tras finalizar su prodigiosa carrera como futbolista se recibió de entrenador y por algún tiempo trabajó en equipos colombianos, para luego integrarse al Cuerpo Técnico de su amigo Ricardo Gareca.

Sergio Santín, como lo definiera un periódico, fue… “UN TIMONEL EN EL DANUBIO”.

 

¿Quiénes serán los sucesores de Luis Suárez y Edinson Cavani?

La Copa del Mundo QATAR 2022 nos dejó a los uruguayos unos cuantos sinsabores. Además de la prematura eliminación en la fase de grupos, hay que agregarle el hecho de que La Celeste probablemente le haya dicho “adiós” a varios jugadores icónicos dentro de la selección nacional. Los últimos representantes de la “generación de SUDÁFRICA” que integraron el plantel charrúa en el último Mundial fueron Fernando Muslera, Diego Godín, Martín Cáceres, Edinson Cavani y Luis Suárez.

“El Nene” debutó por Eliminatorias en Quito, cuando el 10 de octubre de 2009 el equipo dirigido por Oscar Tabárez derrotó a ECUADOR por 2-1. De allí en más, el jugador nacido en Buenos Aires se adueñó de la valla oriental y acumuló 133 presencias. Diego Godín ha sido un bastión en la zaga de URUGUAY, heredando el brazalete de capitán que ostentaba Diego Lugano. “El Faraón” tiene el récord de presencias con la casaquilla color cielo, la cual vistió en 161 oportunidades. Además, marcó 8 goles, cinco de ellos en partidos oficiales. El más recordado tuvo lugar en la Copa Mundial BRASIL 2014, para la victoria por 1-0 sobre los italianos. Otro tanto destacado fue el convertido ante BOLIVIA, por las Eliminatorias camino a RUSIA 2018. Ese día La Celeste se impuso por 2-0, siendo el único triunfo oficial en la altura de La Paz.
“El Pelado” Cáceres se destacó por su versatilidad para ocupar los cuatro puestos de la línea final y sumó 116 encuentros con el combinado nacional. Un hito recordado del defensa surgido en Defensor Sporting fue la conversión del penal decisivo para que URUGUAY eliminara a la selección argentina de su propia Copa América, en el año 2011.

Sin embargo, los grandes emblemas de esta última década han sido los delanteros por excelencia que ha tenido el elenco oriental. Luis Suárez y Edinson Cavani realmente han marcado una época, siendo una dupla temible para cualquier rival. “El Pistolero” es el máximo goleador de la selección uruguaya con 68 goles en 137 partidos disputados. Mientras que “El Matador”, con tan solo un juego menos que su compañero, logró marcar en 58 ocasiones. Entre ambos, acumulan 70 goles en las competencias más importantes como lo son la Copa del Mundo, la Copa América y las Eliminatorias de CONMEBOL. Suárez marcó 7 goles en Mundiales y 7 en el máximo torneo continental, no obstante, su producción en las clasificatorias ha sido notable, al punto tal de convertirse en el máximo goleador de la historia del certamen con 29 conquistas, una más que las conseguidas, por ejemplo, por Lionel Messi. Por su parte, las marcas de Cavani son de 18 goles por Eliminatorias, 5 en Copas del Mundo y 4 en Copas América.

Lo cierto es que hay muchos datos más para compartir sobre estos dos fenómenos que Salto vio nacer, pero no es el propósito de este artículo. El mismo pretende justamente hablar sobre el futuro del ataque celeste y lo que vendrá, ya que no se vislumbran con nitidez a los posibles reemplazantes de estos baluartes de la ofensiva, y esto podría representar un problema para URUGUAY.
Durante estos años del “reinado de los salteños” no hubo jugadores que pudieran discutirle la titularidad. En los últimos tres lustros tuvieron la posibilidad de alternar distintos delanteros como Sebastián Abreu, Carlos Bueno, Sebastián Fernández, Cristhian Stuani, Abel Hernández, Jonathan Rodríguez, Diego Rolan, Maximiliano Gómez, Darwin Núñez y Agustín Álvarez Martínez.
Por supuesto, un caso aparte es el de Diego Forlán, que fue otra estrella ofensiva e indiscutida en el seleccionado oriental, coronándose Campeón de América en 2011 y recibiendo el Balón de Oro como el Mejor Jugador de la Copa Mundial SUDÁFRICA 2010.

En definitiva, la propuesta es repasar una lista de posibles futbolistas que puedan cubrir el puesto de centro-delantero o “punta” neto, como se denomina en la actualidad, para sustituir a la dupla Cavani-Suárez.

Darwin Núñez (23 años – Liverpool FC)

Es, a priori, el delantero con mejor inserción en el ámbito internacional y firme aspirante a ser titular con La Celeste. Luego de tener exitosos pasajes por el club Almería y por un equipo grande de PORTUGAL como el Benfica, el artiguense recaló en la Premier League para defender los colores del Liverpool. Si bien es cierto que tal vez se esperaba mucho más de él y la adaptación al medio no ha sido rutilante, sus números no son para nada malos. En 23 juegos por la liga inglesa ha señalado 8 goles, a los que debemos sumar otros cuatro por la UEFA Champions League, uno por la FA Cup y otro por la Community Shield.
El 15 de octubre de 2019 y luego de una buena participación en el Mundial Sub 20 de POLONIA donde marcó dos goles, Núñez hizo su debut en la selección absoluta, marcando el gol del empate en un amistoso celebrado en Lima enfrentando a PERÚ.
Luego tuvo participación en las Eliminatorias y en el Mundial de QATAR, donde no pudo cumplir con las expectativas, como la mayoría del equipo. En total, el delantero lleva 16 partidos con URUGUAY y 3 goles. Obviamente, los aficionados orientales esperamos que lleguen muchos más en el futuro inmediato.

Maximiliano Gómez (26 años – Trabzonspor)

Es uno de los delanteros netos que en los últimos años ha emergido con fuerza, aunque no ha logrado explotar en la selección. Su mejor momento fue en el Celta de Vigo, donde marcó 31 goles en 75 partidos en un lapso de dos temporadas. Luego permaneció por tres años en el Valencia, pero sin el mismo éxito, acumulando 22 tantos. Hace seis meses fue adquirido por el Trabzonspor de TURQUÍA, donde se desempeñan el español Marc Bartra, el eslovaco Marek Hamsik (cuñado y ex compañero de Walter Gargano en el Nápoli) y el egipcio Trézéguet.
Un punto a favor es que, a pesar de haber jugado sólo 921 minutos, cuenta con vasta experiencia en URUGUAY, ya que el sanducero integró los planteles de los dos últimos Mundiales y Copas América. Los minutos señalados los acumuló en 31 partidos, donde logró marcar tres goles; siendo uno solo por partidos oficiales: fue el tanto del triunfo contra CHILE (2-1) en el comienzo del proceso de clasificación para el último Mundial.

Jonathan Rodríguez (29 años – Club América)

El floridense debutó con la selección mayor el 10 de octubre de 2014, en partido amistoso desarrollado en Jeddah, ante ARABIA SAUDITA (1-1). Integró los planteles de URUGUAY en las Copas América 2015, 2019 y 2021, además de participar en las dos últimas Eliminatorias. Sin embargo, no quedó en la lista definitiva para ninguna Copa del Mundo. Es uno de los jugadores que, al parecer, ha dejado pasar el tren con La Celeste, ya que no supo aprovechar sus oportunidades. Veremos si en este nuevo proceso que comienza será tenido en cuenta.
Se ha desempeñado mayoritariamente en MÉXICO, con pasajes por el Cruz Azul, Santos Laguna y actualmente se encuentra en filas del América. A lo largo de su carrera por los diferentes clubes que defendió ha sumado 126 goles en 330 partidos.

Martín Satriano (22 años – FC Empoli)

Este ariete surgido en las canteras del Club Nacional de Football integró la nómina de 55 reservados de cara a lo que fue la última Copa del Mundo. Sólo tomó minutos en uno de los amistosos de preparación ante CANADÁ, jugando media hora de ese encuentro. Satriano pertenece al Internazionale de Milán y actualmente se encuentra a préstamo en el Empoli. También tuvo un pasaje en el Brest de la liga francesa y su mejor versión se vio en el Inter Primavera, filial juvenil del elenco milanés donde anotó 16 goles en 37 partidos. A mitad de año debería volver al equipo dueño de su ficha, que cuenta con delanteros de fuste como Romelu Lukaku, Lautaro Martínez, Joaquín Correa y Edin Dzeko.

Agustín Álvarez Martínez (21 años – Sassuolo)

El “Canario” tuvo un espectacular desempeño en el año 2021, logrando el título de Campeón Uruguayo con Peñarol y consagrándose como goleador de la Copa Sudamericana. Ese rendimiento lo llevó a la selección mayor, en un momento donde Suárez y Cavani no estaban disponibles. El 5 de setiembre de ese año debutó por las Eliminatorias ante BOLIVIA en el Campeón del Siglo, estadio que conocía a la perfección. El 9 marcó uno de los cuatro tantos de la victoria celeste frente a la selección del Altiplano. Después participó de tres encuentros más por ese certamen y perdió pie en la pelea por meterse en la nómina definitiva para la Copa Mundial.
En julio de 2022 fue negociado al conjunto italiano del Sassuolo, que pagó 12 millones de euros por sus servicios, ofreciéndole al jugador nacido en San Bautista un contrato de cinco años. En el elenco verdinegro ha tenido poca continuidad, sumando 299 minutos y convirtiendo un solo gol.

Nicolás López (29 años – Tigres UANL)

Hace unos años atrás cierta parte de la afición le reclamaba al “Maestro” Tabárez que convocara al “Diente” López, futbolista que fue subcampeón mundial a nivel Sub 20 en el año 2013 y recibió el Balón de Plata en aquel torneo celebrado en TURQUÍA. Sin embargo, este delantero aún no ha tenido su chance con la camiseta de la selección mayor. Fue citado por Diego Alonso para las últimas fechas de la Eliminatoria camino a QATAR e integró la pre-selección, quedando finalmente al margen del plantel mundialista. Su pico más alto de rendimiento lo tuvo en su club actual, Tigres de MÉXICO, donde tiene un registro de 25 goles en 86 partidos. A su vez, pasó por el fútbol italiano y por el Internacional de Porto Alegre donde llegó a jugar 114 partidos, logrando señalar 24 dianas. En la presente temporada ha tenido pocos minutos, ya que el francés André Pierre Gignac viene actuando como centro-delantero. Recientemente se dio un cambio de entrenador en el conjunto de Nuevo León, arribando el uruguayo Robert Siboldi como director técnico. Ya veremos si en los planes del nuevo estratega entra Nico López, para que cobre mayor protagonismo y recupere posibilidades pensando en La Celeste.

Matías Arezo (20 años – Peñarol)

El club Granada adquirió en enero de 2022 a este futbolista de origen darsenero, pero tampoco fue tenido en cuenta por el equipo español. Apenas sumó 409 minutos y pudo anotar un gol con la escuadra rojiblanca. En este semestre retornó al URUGUAY, llegando a préstamo para defender a Peñarol. Con los aurinegros ya lleva 11 goles (tres de ellos por Copa Sudamericana), demostrando que su calidad goleadora sigue intacta. Este resurgir puede relanzar su carrera en Europa, dado que su contrato con el Granada es hasta junio de 2026. Su desempeño actual ya está dando sus frutos pensando en integrar la selección, pues Marcelo Broli lo llevó a la reciente mini gira por el continente asiático a fin de participar de los últimos amistosos de La Celeste, donde sumó 30 minutos en el triunfo ante COREA DEL SUR.

Álvaro Rodríguez (18 años – Real Madrid)

El hijo de Daniel “Coquito” Rodríguez, nacido en Palamós (ESPAÑA), se vistió de celeste en el último Campeonato Sudamericano Sub 20, donde marcó 5 goles que contribuyeron a la clasificación al Mundial y al subcampeonato obtenido por el equipo dirigido por Marcelo Broli.
Se ha desempeñado básicamente en el Real Madrid Castilla, filial del conjunto merengue. No obstante, Carlo Ancelotti ya le ha dado minutos en el equipo principal, tanto en La Liga como en la Copa del Rey. Y “El Toro” respondió en las redes el pasado 25 de febrero, nada más y nada menos que en el derbi de Madrid. El espigado ariete de 1,93 metros de altura puso el agónico tanto del empate frente al Atlético, que estuvo a punto de imponerse en el Santiago Bernabeu. He aquí una de las grandes esperanzas orientales de cara al futuro.

Luciano Rodríguez (19 años – Liverpool)

Se trata de un futbolista que impactó en el Campeonato Sudamericano Sub 20 por su pegada y movilidad, adaptándose a jugar por todo el frente de ataque. Los negriazules de Liverpool negociaron con el club Progreso por un precio bajo, considerando el potencial de este jugador (abonaron USD 500.000). La transacción se hizo previo al inicio del torneo continental, donde indudablemente Rodríguez se cotizó al alza. Y todavía queda observar su desempeño en la Copa Mundial, que finalmente se disputará en ARGENTINA. Al igual que “El Toro” Rodríguez, anotó cinco goles en el certamen juvenil. Aquí hay «buena madera para seguir tallando» y en definitiva soñar con tener un delantero de élite.

Felipe Avenatti (29 años – KV Kortrijk)

Un delantero potente, de 1,97 metros de altura, que supo ser subcampeón mundial a nivel Sub 20 hace una década. Marcó el gol del triunfo ante ESPAÑA en Cuartos de Final de aquel certamen celebrado en suelo turco. Hasta el momento no ha tenido chances en la selección absoluta, a pesar de llegar a la cifra de casi 300 partidos en Europa. Su estadía más larga fue en el Ternana Calcio de ITALIA, jugando 141 encuentros y marcando 33 goles. También tuvo un pasaje por el Bolonia y gran parte de su carrera la ha desarrollado en BÉLGICA, en equipos como el Standard de Lieja, Royal Amberes, Union SG y Beerschot. Actualmente se desempeña en el KV Kortrijk.

Thiago Borbas (21 años – Red Bull Bragantino)

Luego de casi 100 partidos en el Club Atlético River Plate, Thiago Borbas pegó el salto al fútbol brasileño, incorporándose al Bragantino, elenco gestionado por la firma Red Bull y que ya ha contratado a otros futbolistas uruguayos como Emiliano Martínez e Ignacio Laquintana. Es un delantero que tiene mucho por crecer y que habrá que observar en el Brasileirao, torneo que recién comenzó. De todas formas, Borbas ya ha anotado dos goles en el Campeonato Paulista y también tuvo minutos en la Copa Sudamericana, a la cual esta escuadra llegó a la final en el año 2021.

Miguel Merentiel (27 años – Boca Juniors)

Este jugador nacido en Paysandú tuvo su momento más alto en el club Defensa y Justicia, con el cual ganó la Copa Sudamericana 2020 y la Recopa Sudamericana 2021. En el elenco auriverde marcó 27 goles en 79 juegos, para posteriormente ser vendido al Palmeiras, que lo cedió a Boca Juniors en la presente temporada. Asimismo, tuvo un pasaje por el fútbol español, defendiendo al Lorca FC y al Valencia Mestalla, filial del club principal. No ha sido considerado por los entrenadores que han estado a cargo de URUGUAY, pero si se afianza como centro-delantero xeneize la oportunidad podría llegar.

El Indio

Su garra, el cabello largo y azabache, sus facciones similares a nuestros Charrúas, le dieron origen al sobrenombre que llevará toda su vida, aunque con el tiempo haya cambiado su “look”.

Luis Enrique Malvárez Portillo, es su nombre completo, pero es más conocido por la hinchada danubiana simplemente como el “Indio” Malvarez.

Fue un jugador diferente con técnica, fuerza y un temperamento que salía de lo común, que lo catapultó a la categoría de ídolo.

Nacido en 1960 en el barrio Jardines del Hipódromo, lo llevaron a vestir, primero, los colores albiverdes del club “Primavera” de Baby Fútbol, para luego dar el salto e ingresar en las divisiones juveniles de Danubio.

Un hombre que sin dudas puso todo de sí, dentro y fuera de la cancha, para llegar… tal vez por eso triunfó. Sus grandes condiciones lo hicieron debutar en Primera división con solo 16 años en 1976, aunque se afirmó como titular, tres años después.

En 1977, como suplente, pero ingresando con asiduidad se consagró campeón del cuadrangular “Hugo Forno” y tres años después fue pilar fundamental en la obtención del vicecampeonato en el Torneo República.

Continuó la escuela de los Urbano Rivera, Tomás Rolan y el “Chico” Moreira, que es lo mismo que decir, de grandes laterales derechos, “jases” para los más veteranos, que dio Danubio al fútbol uruguayo.

Como sus antecesores llegó a la Selección Mayor uruguaya en el año 1980.

La exótica Corea del Sur, también disfrutó de sus virtudes allá por 1981, cuando Danubio participó de la Copa Presidente y obtuvo el 4° puesto.

En 1982, fue transferido a Estudiantes de La Plata, equipo donde jugó 5 años hasta que fue vendido a San Lorenzo de Almagro; posteriormente defendió a Argentinos Juniors y Gimnasia y Esgrima de La Plata.

Nos quedará por siempre el recuerdo de aquel partido en Jardines frente a Peñarol, en que el árbitro debió detenerlo, para que el “Indio” fuera atendido, ya que él no quería salir, pese a sangrar abundantemente de sus fosas nasales, por recibir un codazo de un rival.

Tuvimos la suerte de verlo jugar, pero nos sentimos mucho más afortunados por haberlo conocido personalmente porque es un gran ser humano.

El “Indio” puso siempre todo de sí, dentro y fuera de la cancha, por eso, simplemente por eso…. triunfó en la vida.

El Guaito

Washington Victoriano Manghini fue un notable futbolista, dueño de una excelsa jerarquía. Quienes lo vieron jugar, jamás lo olvidaron. Sin dudas, está entre los mejores jugadores danubianos de la historia.

“Guaito” o “Waito” tal su apodo, seguramente derivado de una deformación de Washington, debutó en el equipo principal de Danubio en 1953, que era dirigido por Alejandro Morales.

Al año, ya se consagraba subcampeón del Campeonato Uruguayo de la “A”, integrando un equipo fenomenal que logró desplazar a uno de los equipos “grandes”, lo cual, por aquellos tiempos era hazañoso. Dirigido por “Nino” Corazo, el “cuadro” habitualmente formaba así: Maceiras en el arco, Correa, Argenti; Urbano Rivera, Lezcano y Manghini; Auscarriga, Romero, Burgueño, Bentancor y la “Gata” Martínez. También ingresaban “Pelo” Rodríguez y Melgarejo.

Este segundo puesto fue el premio al esfuerzo y la calidad del plantel, que aún jugaba como local en el Parque Forno, todavía no se había construido el Estadio Jardines del Hipódromo – María Mincheff de Lazaroff. 

En 1955, integró la delegación de la franja que participó de una inolvidable gira por varios países de Centroamérica y México, que duró más de dos meses y en la cual disputaron 18 encuentros, de los cuales, ganaron siete, empataron seis, perdiendo los 5 restantes.

Manghini, se entendía a la perfección, con Héctor “Tito” Argenti, quien lo cubría cuando subía por el lateral izquierdo. De aquel formidable Danubio, dicen que “salía del fondo en forma por demás prolija”.

También dijo presente, en la primera gran actuación danubiana en el Torneo Competencia de 1958, cuando consiguieron el vice campeonato. (30 años después Danubio se alzó con el título de campeón)

En las postrimerías de su trayectoria con la franja negra al pecho, colaboró para la obtención del título de Campeón Uruguayo de la “B” de 1960, que posibilitó el retorno de Danubio al círculo de privilegio del fútbol uruguayo, que había descendido el año anterior.

Sus destacadas condiciones lo llevaron a vestir la gloriosa camiseta celeste en dos Campeonatos Sudamericanos, los de 1956 y 1959.

Hugo Bagnulo, fue el que lo hizo debutar en el seleccionado uruguayo, fue para el torneo de 1956, disputado en Montevideo y en el que Uruguay se consagró campeón. Danubio fue el equipo que aportó más futbolistas, a saber: Julio Maceiras, Carlos Correa, Washington V. Manghini, Alfonso Auscarriaga, Fernando Rodríguez y Oscar D. Melgarejo.

Fue convocado nuevamente, esta vez por Juan Carlos Corazo, para disputar el “Sudamericano Extra” de 1959, siendo en la oportunidad el único danubiano en el plantel. El torneo se jugó en Ecuador y Uruguay fue nuevamente campeón.

Washington Manghini, un crack, jugador histórico de Danubio y de Uruguay.

La especialidad de los exNacional: hacerle goles… ¡a Nacional!

Gol agónico de «Seba» Fernández. Se le escapa el Campeonato Uruguayo 2021 a Nacional.

Es curioso: no debe existir club en Uruguay al que más goles le hayan marcado sus exjugadores como Nacional.

La lista puede salir de forma más o menos sencilla, pero, mientras más buceamos, más casos encontramos.

La historia de la institución es más que centenaria, por eso vamos a centrarnos en los ejemplos más relevantes que se han producido de 1980 a la fecha.

El completo detalle, a continuación.

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Tres años en la picota

Entre los años 2010 y 2013 diversas selecciones uruguayas tuvieron una actuación destacada, lo que llevó a la insignia celeste a volver a los primeros planos del balompié internacional, luego de varios años en el ostracismo. En la columna de hoy la propuesta es repasar aquellas performances que, si bien no se cristalizaron con títulos, sí fueron una «bocanada de aire fresco» para nuestro principal deporte.

La travesía por SUDÁFRICA

Este trienio exitoso comienza a mediados de 2010, pero antes de continuar cabe aclarar que, por su rica historia, sabemos muy bien que el éxito para URUGUAY significa la obtención de títulos y trofeos. No obstante, hay que poner las cosas en su debido contexto. Dados los fracasos de fines del siglo XX y de principios del siglo XXI, es que puede considerarse este período como algo productivo, sobre todo por las instancias a las que se llegó. Y, de cierto modo, nos acostumbramos a definir certámenes de categoría mundial prácticamente por cuatro años seguidos. Dicho esto, pasemos al prometido repaso…

URUGUAY llegó con muchas dudas a la Copa del Mundo 2010, tras clasificar por la vía del repechaje intercontinental al vencer a COSTA RICA por un global de 2-1. La llave mundialista no lucía sencilla: estaban FRANCIA (vigente subcampeón del mundo), SUDÁFRICA (elenco anfitrión) y MÉXICO, otro equipo muy competitivo. Luego del debut sin goles ante los galos, empezaron los rumores de que Oscar Washington Tabárez sería reemplazado al cierre del torneo. Nada de esto ocurrió pues las cosas cambiarían radicalmente. La Celeste, con doblete de Diego Forlán, goleó al conjunto sudafricano (3-0) y en el último cotejo del grupo superó con gol de Luis Suárez a La Tri mexicana, en encuentro celebrado en Rustemburgo. De esta forma, los orientales ganaban su serie de manera invicta y sin goles en contra. Como primeros de su zona debieron enfrentarse al segundo del Grupo B, que resultó ser el representativo de COREA DEL SUR.

Con bastante sufrimiento y con una «dopieta» del salteño Suárez, los uruguayos vencían a «Los Guerreros Taeguk» por dos tantos contra uno. En Cuartos de Final llegó el turno de medirse con GHANA, el último sobreviviente del continente africano. Indudablemente se trató de uno de los partidos más emocionantes de la historia de los Mundiales. Sulley Muntari abrió la cuenta sobre el filo del primer tiempo. Diego Forlán lo igualó de tiro libre a los 55 minutos. El tanteador no se movió más y se arribó al alargue. Cuando se extinguía el tiempo extra, el árbitro cobró una falta inexistente. De ese tiro libre nace una jugada increíble con sucesivos rebotes. La pelota iba a ingresar al arco charrúa pero Suárez evitó la conquista atajando el esférico con sus manos. Se sancionó penal y expulsión para el número 9, desatando el delirio de los ghaneses, que tenían una ocasión inmejorable para acceder a Semifinales. Asamoah Gyan, delantero que ya había convertido dos penas máximas en el transcurso del campeonato, se hace cargo de rematar la pena. Sin embargo, esta vez eleva su tiro. El balón se estrella en el caño y culmina la brega. El clasificado se dirime en los penales, donde Fernando Muslera se viste de héroe y Sebastián Abreu ejecuta su locura máxima, al definir «a lo Panenka» en el último tiro. URUGUAY volvía a estar entre los cuatro mejores del mundo luego de 40 años.
En la siguiente instancia, lamentablemente no se pudo sortear el escollo de HOLANDA y, ya con las fuerzas menguadas, perdimos la medalla de bronce ante los alemanes. Igualmente la misión estaba cumplida: La Celeste jugó con hidalguía la contienda mundialista y Diego Forlán se llevó el Balón de Oro como el Mejor Jugador del torneo.

Viento de cola y consagración continental

El cuarto puesto logrado en la Copa del Mundo instauró un ambiente de mucho optimismo y buena energía en torno a la selección mayor. El 8 de junio de 2011, y como parte de la preparación rumbo a la Copa América de ese año, URUGUAY empató con HOLANDA en el Estadio Centenario y la venció por penales, quedándose con la «Copa Confraternidad ANTEL». Sin saberlo, el elenco comandado por el «Maestro» Tabárez comenzaba una racha que alcanzaría la cifra de 18 encuentros sin conocer la derrota. En ese lapso, URUGUAY obtuvo su Copa América número 15. En su campaña triunfal eliminó por penales a los albicelestes en la ciudad de Santa Fe. Por supuesto, con Lionel Messi y otras figuras en el campo. Después dejó por el camino a PERÚ (2-0) y en la final aplastó a PARAGUAY con dos goles de Diego Forlán y otro (el primero del partido) de Luis Suárez. «El Pistolero» fue condecorado como el Mejor Jugador del evento y Sebastián Coates fue elegido como la revelación juvenil, sustituyendo al lesionado Diego Godín.

También hubieron otros resultados de destaque a lo largo de ese año carente de tropiezos, como la goleada 4 a 0 sobre CHILE por las Eliminatorias rumbo al Mundial 2014. En la noche del 11 de noviembre de 2011 un inspiradísimo Luis Suárez brilló y se llevó todos los aplausos con su póker de goles. A su vez, se rescataron unidades por primera vez en Asunción, un feudo siempre difícil en las clasificatorias. En cuanto a partidos amistosos, hay que señalar que se le ganó a ITALIA (1-0) en el Estadio Olímpico de Roma, además de empatar sin goles con los franceses en Le Havre. Todo este desempeño permitió que la selección escalara al segundo puesto del Ranking FIFA a mediados de 2012, quedando sólo por detrás de ESPAÑA.

Luego de algunos vaivenes, en junio de 2013 se recuperó el semblante en la Copa Confederaciones. Si bien URUGUAY culminó en la cuarta colocación, se hicieron interesantes partidos ante BRASIL e ITALIA, con un Edinson Cavani descollante. Ese impulso sirvió para terminar de buena manera la Eliminatoria y nuevamente clasificar al máximo torneo ecuménico mediante la repesca (5-0 global ante JORDANIA).

Gorriones celestes desfachatados

Las categorías menores fueron las que terminaron de darle forma a este buen momento de URUGUAY en competencias internacionales. El año 2011, además del título de América en tierras argentinas, trajo consigo otras alegrías para nuestro principal deporte. Entre enero y febrero PERÚ acogió el Campeonato Sudamericano Sub 20, donde el equipo dirigido por el Ingeniero Juan Verzeri culminaría segundo. Para una selección ganadora como la charrúa esto no es ningún logro, sin embargo, esa posición determinó que URUGUAY volviera a participar de la disciplina del Fútbol en los Juegos Olímpicos, luego de 84 años. El triunfo clave del Hexagonal Final fue contra ARGENTINA, escuadra a la que se derrotó por 1 a 0 con anotación de Matías Vecino. Al año siguiente la selección Sub 23, reforzada con Egidio Arévalo Ríos, Luis Suárez y Edinson Cavani, concurrió a los Juegos Olímpicos de Londres bajo las órdenes de Oscar W. Tabárez. Desafortunadamente, la representación nacional quedó eliminada en la fase de grupos al caer con SENEGAL (0-2) y GRAN BRETAÑA (0-1). De poco valió el triunfo logrado en el estreno ante los EMIRATOS ÁRABES UNIDOS por 2 a 1.

No obstante, y volviendo al 2011, a mediados de ese año la selección Sub 17 se llevó todas las miradas de nuestra afición futbolera. Tras lograr el vice campeonato en ECUADOR con Juan Cruz Mascia como máximo goleador, el elenco entrenado por Fabián Coito viajó a MÉXICO para la disputa de la Copa del Mundo. Por la fase de grupos, los uruguayos vencieron a CANADÁ y RUANDA (3-0 y 1-0), cayendo en el último match ante INGLATERRA (0-2). En los Octavos de Final el rival fue el CONGO, a quien se lo derrotó con goles de Maximiliano Moreira y Gastón Silva (2-1). Posteriormente la víctima fue UZBEKISTÁN, que sucumbió por 2 a 0. La Semifinal se jugó en Guadalajara, donde esperaba nada más y nada menos que BRASIL. Los chicos celestes jugaron un partidazo y golearon por 3-0 a La Canarinha con tantos de Elbio Álvarez (de penal), Juan Manuel San Martín y Guillermo Méndez.
Por otra parte, MÉXICO, el equipo local, era el otro finalista. Los anfitriones también llegaban al partido decisivo con la moral muy alta, pues habían demostrado gran capacidad de resiliencia en el juego previo frente a los alemanes, que resultó durísimo. El Estadio Azteca, con casi 100.000 almas, esperaba por la consagración de sus jóvenes. Los visitantes tuvieron sus buenas chances en los pies de Elbio Álvarez, que estrelló un remate en el palo, pero los mexicanos fueron más efectivos y ganaron con tantos del capitán Antonio Briseño y otro de Giovani Casillas, ya sobre el término del match.

En aquel equipo uruguayo se destacaron el arquero Mathías Cubero (premiado con el Guante de Oro como mejor portero), Emiliano Velázquez, Gastón Silva, Leonardo Pais, Elbio Álvarez, Guillermo Méndez, Jim Morrison Varela, Rodrigo Aguirre y Juan Manuel San Martín, entre otros. Gran parte de esta generación volvería a instalarse en una final mundialista, dos años más tarde.

Epopeya en TURQUÍA

En el año 2013 la selección Sub 20 consiguió el tercer puesto en el torneo sudamericano que se desarrolló en ARGENTINA, clasificando de esta manera a la Copa Mundial que organizó la federación turca. La Celeste integró el Grupo F, perdiendo en el debut con CROACIA, que ganó con tanto de Ante Rebic. Esta categoría, como sucediera en el año 2011, seguía bajo la conducción de Juan Verzeri y logró recuperarse con sendas victorias ante NUEVA ZELANDA y UZBEKISTÁN (2-0 y 4-0 respectivamente). En Octavos de Final apareció NIGERIA en el camino. Los africanos ofrecieron gran resistencia, sin embargo, URUGUAY se impuso con dos tantos de Nicolás «El Diente» López (el segundo de ellos «picando» un tiro penal).

ESPAÑA era uno de los elencos más completos del referido certamen y fue el contrincante en la siguiente de fase. El juego se definió a favor de los sudamericanos con un cabezazo de Felipe Avenatti a los 103 minutos de la prórroga. Ya instalados en Semifinales, fue el turno de medirse con IRAK, equipo que venía de disputar dos alargues ante PARAGUAY y COREA DEL SUR. Nuevamente el cotejo no se pudo dirimir en los 90 minutos. Alí Adnan Kadhim abrió la cuenta a los 34′, empatando el score Gonzalo Bueno a los 87′. Hubo que recurrir a la serie de penales, donde los gorriones ganaron por 7 a 6.
Del otro lado del trayecto apareció FRANCIA, que tenía jugadores como el golero Alphonse Areola, Mouhamadou Sarr, Paul Pogba, Geoffrey Kondogbia, Jordan Veretout, Yaya Sanogo y Florian Thauvin. El partido fue bastante trabado y cerrado. Nicolás López y Felipe Avenatti dispusieron de algunas ocasiones que fueron bien conjuradas por el guardametas francés, en tanto Guillermo De Amores también tuvo intervenciones destacadas.
El título se definió desde los once metros y «Les Bleus» estuvieron perfectos, anotando cuatro tiros. Por URUGUAY solo pudo convertir Lucas Olaza, por lo tanto, FRANCIA se quedó con la gloria. Los juveniles charrúas debieron conformarse con la medalla de plata y dos futbolistas recibieron distinciones individuales: Guillermo De Amores obtuvo el Guante de Oro y Nicolás López el Balón de Plata. Otros jugadores que sobresalieron en dicho Mundial fueron Gastón Silva, José María Giménez, Sebastián Cristóforo, Diego Laxalt, Guillermo Varela, Giorgian De Arrascaeta y Diego Rolan.

Resumiendo

En suma, URUGUAY volvió a estar en las primeras planas internacionales primero con el cuarto puesto logrado en SUDÁFRICA 2010, el cual dio impulso a la selección mayor para conseguir un nuevo título de América un año más tarde, alzando la Copa en el Monumental de Núñez. Por su parte, los juveniles acariciaron dos títulos mundiales en los años 2011 y 2013, cuando la Sub 17 y la Sub 20 se instalaron respectivamente en las finales de los Campeonatos Mundiales que jugaron. En aquel momento nos ilusionamos con volver a dar vueltas olímpicas y reinar en el planeta, aunque sea en el ámbito juvenil. Pero lamentablemente el sueño no se pudo cristalizar.

Como cierre de esta nota dejamos un último repaso el cual refiere a las alineaciones charrúas que disputaron las finales mencionadas y los premios recibidos en el período de referencia:

*Final de la Copa América – ARGENTINA 2011
*URUGUAY 3 – PARAGUAY 0
*Formación de URUGUAY: Fernando Muslera; Maximiliano Pereira, Diego Lugano, Sebastián Coates y Martín Cáceres (Diego Godín); Egidio Arévalo Ríos, Diego Pérez (Sebastián Eguren), Álvaro González y Álvaro Pereira (Edinson Cavani); Diego Forlán y Luis Suárez.
*Goles: Luis Suárez, Diego Forlán 2 (URU).

*Final de la Copa Mundial Sub 17 – MÉXICO 2011
*MÉXICO 2 – URUGUAY 0
*Formación de URUGUAY: Mathías Cubero; Alejandro Furia, Emiliano Velázquez, Gastón Silva y Maximiliano Moreira (Sebastián Canobra); Gianni Rodríguez, Jim Morrison Varela, Leonardo Pais; Elbio Álvarez, Guillermo Méndez (Santiago Charamoni) y Rodrigo Aguirre (Juan Manuel San Martín).
*Goles: Antonio Briseño y Giovani Casillas (MEX).

*Final de la Copa Mundial Sub 20 – TURQUÍA 2013
*FRANCIA 0 (4) – URUGUAY 0 (1)
*Formación de URUGUAY: Guillermo De Amores; Gianni Rodríguez (Lucas Olaza), Emiliano Velázquez, Gastón Silva y José María Giménez (Guillermo Varela); Federico Gino, Sebastián Cristóforo, Diego Laxalt (Giorgian De Arrascaeta) y Leonardo Pais; Nicolás López y Felipe Avenatti.

Distinciones individuales e hitos

*Copa del Mundo SUDÁFRICA 2010: Diego Forlán (Balón de Oro) y distinción al Mejor Gol del Torneo (el 2-1 sobre ALEMANIA marcado en el partido por el Tercer Puesto).
*Copa América ARGENTINA 2011: Luis Suárez (Mejor Jugador del Torneo), Sebastián Coates (Mejor Jugador Juvenil). Además, la selección uruguaya recibió el premio «Fair Play» al ser la que mejor practicó el juego limpio.
*Mejor posicionamiento en el Ranking FIFA: 2° puesto (2012).
*Copa del Mundo Sub 17 MÉXICO 2011: Mathías Cubero (Guante de Oro).
*Copa del Mundo Sub 20 TURQUÍA 2013: Guillermo De Amores (Guante de Oro), Nicolás López (Balón de Plata).

Cumplió el sueño que tenemos todos

Armando Olivera: Del capitanato del cuadrito barrial a jugar en la Primera división de la AUF.

El apellido Olivera es casi un sinónimo de Danubio, y es lógico, si está asociado a la historia del club de la Curva de Maroñas desde la fundación. El mayor de los hermanos, Alcides, fue colaborador, dirigente y el primer historiador. Mientras que, Armando junto con el otro hermano… Álvaro, fueron los principales aliados de los Lazaroff en la idea de crear el cuadrito de fútbol, dando así origen a una de las tantas y maravillosas historias danubianas.

Fundado el club, ya bajo el nombre de Danubio, luego del frustrado “Tigre” comienzan las primeras actividades deportivas y llega el primer e importante acontecimiento: se toman revancha del equipo de la Plaza de Deportes N° 5 al que derrotan por 2 a 0. Tras jugar durante todo 1933 en partidos de “campito” con equipos integrados por jóvenes de su misma edad, en 1934, intervienen en un campeonato en la categoría Menores organizado por la Plaza de Deportes N°5 de la Unión.

Danubio ganó el torneo, podría decirse de la mano de Armando, pues comentan que era indudablemente de los que la “movía mejor”, y además era el capitán del equipo.

Sin dudas, aquel logro les dio fuerzas para encarar una nueva etapa la del peregrinaje por los barrios.

Armando volcado sobre el ala izquierda, era de los que siempre decía presente.

Defendió la casaca danubiana en el Torneo de Menores de 1935, y en los campeonatos de las Ligas: Parque Rodó, Cordón, Centenario, Reducto y Bario Olímpico a comienzos del año 1939. En este último campeonato que se jugaba en la cancha ubicada en la terminación de la calle Sarandí, donde nace la escollera, Danubio no sólo alcanzó el título en forma brillante, sino que demostró a propios y extraños, que los torneos de barrio ya le quedaban chicos.

En 1941 quienes dirigían los destinos del club, deciden acertadamente inscribirlo en la AUF, pero esto motivó que varios futbolistas que defendían los colores danubianos en torneos barriales, debieran alejarse ya que sus fichas pertenecían oficialmente a otras instituciones, entre ellos Armando que jugaba en las “inferiores” de Wanderers. Algunos años después el destino trajo la vuelta de los hermanos Olivera. Danubio ya militaba en la “B” y en poco tiempo ayudaron a alcanzar un sueño que traían desde que eran niños: ¡¡Ascender a la Primera Profesional!!

El último partido de aquella formidable campaña, fue el 7 de diciembre de 1947, ante Racing y fue victoria danubiana por 2 a 1 y Armando fue fundamental, le cometieron un penal que Romero transformó en gol y en el segundo tiempo, convirtió el tanto de la victoria, uno de los más importantes de la historia franjeada ya que permitió -por primera vez- el ascenso a la “A”.

Armando defendió a la franja alguna temporada más, participó de la primera victoria internacional el 25 de mayo de 1950 frente a Boca Juniors en Buenos Aires por 3 a 1 y fiel a su costumbre resultó fundamental en el triunfo, le dio el primer gol a Romerito y el tercero a Ortiz.

Muchos años después, supo ser, por única vez, dirigente para cerrar una envidiable trayectoria danubiana. Pero, por si algo le faltaba a su destacadísima vida junto al club que ayudó a crear, en 1999 fue distinguido como Socio Honorario.

Hasta su muerte ocurrida en noviembre de 2002, se lo podía encontrar en cualquier cancha de cualquier punto del país, acompañando a “su” Danubio.

Anécdota:

“En 1950, estuve por pasar a Boca Juniors fue cuando jugamos ante ellos, porque Lazzatti se iba a dirigir al equipo principal boquense. Jugamos en Ferro, hicimos un gran partido, ganamos 3 a 1, y yo anduve bárbaro, di dos goles. Los dirigentes estaban muy interesados, querían que me quedara, pero cuando les dije que tenía 28 años, no me llamaron más”.

Fecha de nacimiento: 23 marzo de 1922

Lugar: Montevideo

Trayectoria: Wanderers (1941- 1943) Danubio (1944-1951)

Comenzó fundando un club muy modesto de barrio, al que defendió en las Ligas barriales, y ya en los torneos de la AUF, en la “B” y la “A”… ¡Cumplió el sueño que tenemos todos!

No es broma: cuando Peñarol se vistió de rojo y azul

Debuta Spencer en Peñarol… ¡y debuta el color rojo!

A través de su larga y exitosa trayectoria, Peñarol nunca abandonó los colores amarillo y negro en su casquilla oficial. Con escudo, sin escudo, con números blancos, con números negros, con más o menos bastones, con bastones más o menos gruesos, con colores de manga totalmente negros, con vivos o detalles particulares, pero nunca se apartó de sus clásicos distintivos.

La camiseta alternativa varió más: con diferentes detalles, pero íntegramente amarilla, negra o gris fueron sus diseños, aunque también los hubo dorados y hasta flúor entre 2019 y 2021.

Las camisetas especiales o las terceras equipaciones, más allá de nuevas mezclas de diseño, no aportaron más que el agregado del color verde con vivos amarillos y negros (1971 y 2020), naranja (1975) y hasta el curioso rosado (2019). Hasta ahí, nada raro, todo dentro de la lógica o la necesidad momentánea en condiciones extraordinarias y, más acá en el tiempo, de las imposiciones de las marcas proveedoras.

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Héctor Castro. El crack que no pudo escuchar «los clarines que dieron las dianas en Colombes».

Los cien años de la epopeya de Colombes están a la vuelta de la esquina en el camino que traza el impiadoso pasaje del tiempo. Al igual que en 1492, los europeos no conocían lo que pasaba del otro lado del Atlántico y fueron aquellos notables futbolistas uruguayos quienes alumbraron una nueva forma de jugar a la pelota en el viejo continente. El combinado nacional debió emprender la inédita aventura sin poder seleccionar a muchos futbolistas por causa de las miserables rencillas políticas a nivel local. El cisma del fútbol uruguayo determinó que muchos clubes pasaran a conformar la incipiente Federación Uruguaya de Fútbol (FUF) y que sus futbolistas no tuvieran la posibilidad de embarcar en el “Desidare” para zarpar rumbo a Europa. Uno de los irradiados de aquella legendaria delegación fue Héctor Castro. Un joven delantero, cuyo nombre ya era reconocido en la afición montevideana, que recaló en Nacional (AUF) a fines de 1923 procedente del Lito de la FUF. Este traspaso  le otorgaba de forma automática la condición de elegibilidad pero sin embargo,  “El divino manco” no fue convocado para el torneo de Colombes. De esta forma,  quedó inhabilitado por siempre para integrar el selecto grupo de tricampeones del mundo junto a Nasazzi, Cea, Petrone, Scarone, Urdinarán, Andrade y Pelé. Un hecho sin explicaciones concretas a casi un siglo del desarrollo de los acontecimientos.

“Fuerza, juego, viveza, gol”. Estas fueron las palabras escogidas por el eximio Diego Lucero para la tapa del fascículo N° 75 de Estrellas Deportivas publicado con la edición de El Diario del 21 de febrero de 1979.  Un periodista notable que marcó un hito en la prensa del Río de la Plata combinando la magistral calidad de su pluma junto a las enseñanzas aprendidas en la universidad de la calle y en los campos de juego donde desempeño el oficio de footballer. Lucero fue un cronista completo que conmovió a los lectores con sus coberturas mas antagónicas. Desde todos los mundiales celebrados entre 1930 y 1994 hasta las atrocidades cometidas en los hechos espeluznantes de la Guerra Civil Española y de la Segunda Guerra Mundial. En ese transcurrir virtuoso por la redacción de la vida, fue compañero y amigo de Castro- llegaron a jugar juntos en Lito Cuadrado y en Nacional- y supo definirlo a la perfección cuando escribió que “el Manco era goleador nato y un laburante en el equipo, un peón, un trabajador incansable en la cancha, incansable e indomable”.

“El Manquito” nació el 29 de noviembre de 1904 y es hasta nuestros días uno de los hijos predilectos de La Aguada. Su casa natal estaba ubicada en Avenida Agraciada entre Marcelino Sosa y el Camino al Reducto-actual Avenida General San Martín- en la misma vereda donde funcionaba el Biógrafo Uruguayo y el café donde paraban los hinchas, socios, dirigentes y jugadores del Club Belgrano. Castro se crió como cualquier niño de su época en el contexto de un barrio que contemplaba con asombro como empezaba a levantarse el monumental Palacio Legislativo. Allí, en el cruce de caminos ubicado a tan solo cien metros de su domicilio, se construía una de las mayores obras arquitectónicas de nuestro país de todos los tiempos. Un edificio extraordinario que fue inaugurado en 1925. Casualmente, el mismo año en que “El Manco” se consolidó internacionalmente en la delantera del Club Nacional de Football durante la famosa gira tricolor por Europa.

Fue un muchacho de barrio que disfrutaba de los entretenimientos de su época tales como jugar al fútbol, bailar tango y pasar un buen rato con su barra en el Bar Caperton de Reducto y Yatay y en la Cervecería Uruguaya,  situada a pocos metros sobre esta última calle que recuerda a la localidad donde se desató una de las batallas más sangrientas de la fratricida Guerra del Paraguay. Héctor fue un botija alegre que mamó los valores promulgados  en una casa de puertas abiertas para todos los compañeros y amigos que recalaban allí. Un gurí muy querido por sus hermanas y por la vieja, quien lo siguió a todas las canchas y siempre lo alentó desde el graderío. Trabajó como yelero al terminar la escuela para un repartidor de hielo de la vecina Cervecería Montevideana y luego se convirtió en funcionario de la UTE para tener el mango seguro que garantiza todo empleo público. 

A pocas cuadras de su casa, como rumbo hacia el Paso del Molino, se encontraba por Avenida Agraciada el Café de Manuel “Lito” Semino. Un punto de referencia insoslayable que dio origen al Centro Atlético Lito de casaca azul, vivos rojos y short blanco. Este equipo, que latió al ritmo de las infinitas tertulias protagonizadas por los parroquianos concurrentes al comercio, cumplió en sus orígenes un rol fundamental en la gesta de las grandes conquistas de nuestro balompié. El Lito fue el cuadro que captó- como se dice hoy en día- a un joven de nariz aguileña llamado Nasazzi, al  chiquilín de ascendencia vasca de nombre Pedro Cea, al botija que repartía hielo de apellido Castro y a otras grandes figuras de esos tiempos. Se puede afirmar que en el Lito andaban bien para vichar jugadores.

EL DEBUT

Héctor llegó a la primera del Lito en 1920 con tan solo 15 primaveras en su haber. Un gurí guapo que comenzó a deslumbrar con sus cualidades aeróbicas pese a no contar con su mano derecha tras un accidente con una filosa sierra en un taller de carpintería. Pero claro, aquel manquito era un adolescente y  tenía por delante otros compañeros de admirable valía con mayor edad. En 1922, se efectivizó el cisma del fútbol uruguayo que se venía gestando a través de la expulsión de Peñarol y de Central de la esfera asociacionista. Esto determinó una profunda crisis política que condujo a la creación espontánea de la FUF. Varios equipos abandonaron la antigua “League” para afiliarse a la novel federación, otros cuadros fueron creados con el fin de integrar la máxima categoría de la nueva organización y algunos clubes, como en el caso de Lito, atravesaron un profundo debate sobre que hacer al respecto. La discusión en la interna del club del café de Semino fue intensa y finalizó con la división del cuadro. Por un lado, los más reglamentaristas permanecieron en la órbita de la AUF y siguieron identificados con la insignia delimitada por un círculo. Por otra parte, la facción disidente emigró hacia la FUF conservando el mismo escudo pero con la variante de que el referido círculo fue sustituido por un cuadrado.  De esta forma, ambos equipos pasaron a identificarse de inmediato como el Lito Redondo (AUF) y el Lito Cuadrado (FUF). Este escenario de ruptura tuvo un halo catastrófico para el club en general pero representó una gran oportunidad para Castro. Su pasaje al bando de los cuadrados le dio la posibilidad de jugar un mayor número de encuentros debido a que varios de los que lo “taponeaban” para ser titular, permanecieron del lado de los redondos. “El Manco” no lo dudó y se cambió. Asumió las posibles consecuencias negativas de la decisión y comenzó a forjar su nombre en base de goles y de  destacadas actuaciones en el campeonato de la federación

En la fila de abajo y bien en el centro, «El manco» junto a otros cracks. ¡Qué cuadrazo!

En 1923, el Lito Cuadrado culminó en la tercera posición con 50 unidades tras el campeón Atlético Wanderers (división de Montevideo Wanderers) y Peñarol. Ese torneo estuvo constituido por la particular cantidad de 32 escuadras que compitieron todas contra todas a una sola rueda. Castro fue una figura descollante y recibió su primera citación  para conformar la selección de la FUF que jugó contra un combinado nacional chileno y frente al representativo de los escindidos argentinos (la mayoría eran los clubes considerados tradicionalmente como grandes) en el cisma sucedido en la otra orilla del estuario. El muchacho del muñón derecho era un jugadorazo y muchos pretendían contar con su concurso entre sus filas. Sus ex compañeros de la facción de los redondos lo invitaban a volver pero Nacional salió al cruce en medio de un anárquico mercado de pases. Parecía que había llegado la hora de un desafío  tan grande como el mismo prestigio del club de los hermanos Caprario, de los hermanos Céspedes y de tantos otros grandes futbolistas que ya rayaban a gran altura. Los bolsilludos tenían un plantel de gran jerarquía y no resultaba una empresa fácil ganarse un lugar en esa oncena. Pero “El Manco” tenía un gran coraje y solo eludía a los rivales. El desafío fue muy bienvenido y mudó su arte al cuadro de Camino Cibils.

SU INCORPORACIÓN A  NACIONAL. EL RETORNO A LA AUF Y SU AJUSTE A LA REGLA DE ELEGIBILIDAD.

El campeonato uruguayo de 1923 se desarrolló entre el 19 de abril de ese año y los primeros días de febrero de 1924. Fue disputado por 12 clubes que jugaron a dos ruedas todos contra todos. El torneo contó tan solo con 22 fechas pero existieron varias paralizaciones que dilataron su extensión en el tiempo. La más larga de ellas fue la ocurrida durante la primavera debido a la celebración del séptimo campeonato sudamericano en el Parque Central. La máxima competencia continental se disputó entre el 4 de noviembre y el 2 de diciembre de 1923 y finalizó con la coronación de Uruguay como el mejor del sur de las Américas. Este nuevo lauro generó una gran algarabía entre los hinchas porque trajo consigo la aparición de nuevos baluartes que renovaron la ilusión. Un grupo de nóveles futbolistas que integraban de forma exclusiva los clubes que permanecían afiliados a la asociación. El sudamericano de ese año fue un éxito deportivo mayúsculo cuyas consecuencias trascendieron el mero evento. El logró alcanzado  propulsó el sueño de Atilio Narancio de viajar a los Juegos Olímpicos de París, lo cual, significó uno de los hechos más revolucionarios en la historia del fútbol. La presentación  de la celeste en esas tierras del norte fue la primera gran demostración dada  a los europeos de lo bien que se practicaba este juego por aquí en el sur. Y a su vez, a partir del rango de mundial que ostento el torneo olímpico de 1924, el fútbol se convirtió formalmente en un deporte global. No era más una propiedad británica o europea.

Luego del receso mencionado por la disputa de la Copa América, Héctor Castro llegó a Nacional procedente del Lito cuadrado de la FUF. El  sitio estadístico nacionalófilo atilio.uy establece que su debut con los tricolores fue el 23 de diciembre de 1923 en un partido amistoso frente a una selección uruguaya (no hay registro en la sección estadística de la AUF al respecto). A continuación, la misma fuente de información define que el debut oficial de Castro fue el 8 de junio de 1924 ante el Club Belgrano (0-0) por el campeonato uruguayo.        

La coexistencia de dos entes rectores de la actividad futbolera generó un gran caos administrativo que se manifestó de mayor forma en lo referido a los vínculos  de los jugadores con los clubes. El campeonato de 1923 fue muy parejo y Nacional no iba a arriesgar la obtención de su décimo título uruguayo por la pérdida de puntos ante un caso de alineación indebida. Este parece ser el argumento más lógico que justifique la marginación del gurí de La Aguada en los últimos partidos oficiales de la temporada del 23 que se jugaron en el verano de 1924. Ahora bien, una vez culminada la actividad oficial de 1923, Castro ya podía ser legítimamente inscripto en Nacional y por ende, pasaba de forma automática a tener la condición de elegible para la selección de la AUF, La única reconocida por CONMEBOL y por FIFA (organismo al cual la AUF se afilió de forma estratégica en 1923 a través de la gestión de Enrique Buero). El Desidare tenía fijada como fecha de partida el 16 de marzo de 1924 y la delegación oriental conformada por 20 jugadores, los delegados Asdrúbal Casas y Enrique Buero, (luego se integró Casto Martínez Laguarda),  el masajista Ernesto Fígoli y el referee Atilio Minoli iban a protagonizar la travesía que transformó para siempre la historia del fútbol mundial y del Uruguay como país en si mismo. Y ante la magnificencia de lo ocurrido vale hacer la siguiente pregunta; ¿Por qué no hubo un pasaje a nombre de Héctor Castro?

EN LA CANCHA DE LAS HIPÓTESIS

Ni el propio Diego Lucero tenía la respuesta sobre las causas que dejaron a “El Manco” en Montevideo durante los Juegos Olímpicos de París. Lucero era un memorioso exhausto cuyos archivos con los más distintivos recuerdos  habían sido confeccionados por diversas experiencias compartidas con los principales personajes contemporáneas a su existir. Pero en este punto confiesa estar en el “cero absoluto”. Él mismo planteó la duda en el transcurso del texto del ejemplar de Estrellas Deportivas referido al principio  y reconoce la complejidad de avanzar en una respuesta certera debido a la enorme cantidad de protagonistas fallecidos en ese entonces. Casi un siglo después, se pueden desplegar algunas hipótesis que brinden una tenue luz a la verdad.  

El primer elemento al cual se acude es al meramente reglamentario. Más allá del desorden con respecto a los pasajes de los jugadores de clubes de la asociación a la federación y viceversa, Castro ya era pasible de ser seleccionado tras culminar la temporada oficial de 1923. El Manco era jugador tricolor desde diciembre de ese año pero no fue utilizado en partidos oficiales para que no existieran, a pesar del caos imperante, interpretaciones reglamentarias que sancionaran a Nacional con la pérdida de puntos en la tabla de posiciones. Recordemos que por aquellos tiempos, los resultados en la cancha de muchos partidos eran revertidos en los escritorios de la liga a través de los habilidosos delegados de los diversos equipos. Verdaderos expertos  en el manejo de los articulados cuyos actos administrativos y políticos eran tan valiosos como los goles anotados en un campo de juego.

Entre la finalización del campeonato local en febrero de 1924 y la partida del Desidare del Puerto de Montevideo transcurrió aproximadamente un mes. Un razonamiento absolutamente  comprensible es que el capitán Nasazzi y los dirigentes iban a seleccionar a la misma base de jugadores campeones de América en el Parque Central. Sin embargo, se produjo un hecho inesperado consistente en la deserción de Ladislao Pérez. El delantero bohemio (del Wanderers asociacionista claro está) decidió no viajar por cuestiones vinculadas a la travesía marítima. Las dudas surgidas en el seno íntimo del jugador fueron acompañadas por el ofrecimiento de Peñarol de incoprorarse a su plantel principal en tiendas federacionistas. Pérez defendió la casaca aurinegra hasta 1931 pero nunca más se puso la celeste. Tan solo quedaron registrados en el formulario de la memoria los 3 partidos que disputó con la selección en el Sudamericano de 1923. Su repentina ausencia dejó libre un cupo en la vanguardia pero ni Nasazzi ni los dirigentes pensaron en el joven Héctor para completarlo.

Lo anteriormente narrado se basa en las estadísticas del sitio atilio.uy (estadísticas del Club Nacional de Football) y en lo escrito por Diego Lucero en el ejemplar N° 79 de la colección Estrellas Deportivas. Este maestro del periodismo fue compañero de «El Manco» en el Lito Cuadrado y en Nacional y afirmó que el delantero había emigrado a los tricolores en diciembre de 1923. Por su parte, existe otra versión contrapuesta en el libro Centro Atlético Lito. Gloria del fútbol uruguayo de Juan Carlos Opisso y Julio Mut. En esa obra recopilatoria de la rica historia del club de Arroyo Seco se establece que Castro alineó en «algunas integraciones de 1924» sin determinar la fecha exacta. En caso de ser así, Héctor habría jugado esos partidos con Lito en los meses previos a su debut oficial con los albos el día 8 de junio. Ante este nuevo elemento, las preguntas se formulan de modo inmediato. ¿»El Manco no fue elegido para integrar la delegación olímpica de 1924 por seguir manteniendo vínculos con un cuadro de la FUF al momento de definirse la lista de viajeros? ¿Aprovechó el desorden reglamentario para jugar de forma simultánea en el cuadro del barrio junto a sus amigos y en una grande de nuestro fútbol como ya lo era Nacional? Las respuestas, no se saben. Pero si existe un dato que aflora con mayor claridad en lo que concierne al arribo de Castro a la selección de la AUF. En la primavera de 1924 se jugó nuevamente el Torneo Sudamericano en el Parque Central ante la imposibilidad de Paraguay de cumplir con su compromiso de ser anfitrión. Héctor defendía de forma oficial a los tricolores por la Copa Uruguaya de la AUF y no fue citado para el certamen continental. Se ve que para «El Mariscal», todavía no era el momento preciso para que su ex compañero de Lito vistiera la casaca celeste oficial del país.

Otra gran hipótesis que está sustentada en su edad. “El Manco” tenía 19 años y algunos meses al momento de confeccionarse la lista de la delegación definitiva. Otorgarle la enorme responsabilidad de defender a  Uruguay en un torneo de tal envergadura, que resultaba una experiencia inédita hasta ese momento para todos los actores del fútbol criollo, puede haber sido interpretado como un hecho que no correspondía para un chico que aún no llegaba a los 20 años. Algo que se puede considerar razonable y lógico teniendo en cuenta que Héctor estaba en los albores de su trayectoria futbolística. Ahora bien, el delantero de Charley Pedro Petrone fue campeón sudamericano en el 23 y cumplió 19 años en suelo francés el 11 de mayo. Perucho convirtió 7 goles en Colombes y culminó siendo el goleador del certamen. Por lo tanto, este ejemplo añade la conclusión de que la no convocatoria de Castro no estuvo asociada a la fecha que rezaba su partida de nacimiento.

Partido decisivo del 27 de enero de 1935. Aflora la «Garra Charrúa» Uruguay vence a la favorita Argentina por 3 a 0. Un partido electrizante con momentos de mucha tensión.

LO CIERTO

Es que Castro no asistió a Colombes y quedó afuera del selecto grupo de tricampeones del mundo que conforman Nasazzi, Urdinarán, Cea, Scarone, Andrade, Petrone y Pelé. El Manco fue un jugador exuberante que marcó la historia tricolor, tanto de un lado como del otro de la línea de cal, y colaboró de forma fundamental para bordar la segunda y la tercer estrella en el escudo de nuestra querida camiseta celeste. Integró la delantera oriental en aquellas tardes gloriosas de nuestro balompié aportando su calidad técnica, su inteligencia táctica, su valentía, su compromiso con la causa y su rebeldía frente a la adversidad. Y vaya que supo rebelarse ante los obstáculos cuando tuvo que defenderse desde chico con una sola mano tras aquel accidente en la carpintería. ¡Ese fue “El manco”! El que convirtió el primer gol en la historia del Estadio Centenario en el arco de la Colombes a los 60 minutos de juego cuando no salía nada frente a los peruanos el 18 de julio de 1930 y ell que selló el marcador del inolvidable 30 de julio ante los porteños. El que siguió defendiendo a nuestro fútbol  aunque estuviera vestido de rojo y que supo desacelerar a los veloces pibes argentinos en Santa Beatriz en 1935. Un auténtico crack de aquellos tiempos de yeleros, de bares en cada esquina y de mucha alegría por jugar a la pelota.

LA DEL ESTRIBO.

Castro estuvo presente en la inauguración del Estadio Centenario con el estreno de Uruguay en la Copa del Mundo de Montevideo. La celeste jugó muy mal ese día pero logró triunfar 1 a 0 con gol de su autoría. Para el siguiente partido versus Rumania se produjeron modificaciones en la delantera y Castro fue sustituido por Juan Peregrino Anselmo. El resultado fue a favor por 4 a 0 y la modificación se sostuvo para la semifinal contra Yugoslavia que terminó con una aplastante goleada oriental por 6 a 1. La selección cumplía ante su pueblo con su condición de favorita para llegar a la final junto a su eterno rival rioplatense. Era el momento del partido decisivo y se tenía que armar el equipo. Existía un gran debate en todos los ámbitos de opinión sobre la incorporación de «El Manco» en el equipo titular. Castro y Anselmo se conocían por vivir relativamente cerca (uno en La Aguada y el otro en Capurro), por haber compartido delantera en Lito Cuadrado y por ser compañeros de la UTE. Pero el perfil de ambos era absolutamente opuesto en el sentido de que a Anselmo se lo definía como un «jugador de 10 minutos» por demostrar su enorme talento en medidas concentradas. Nasazzi tenía que tomar una decisión. Diego Lucero estaba presente en la concentración del actual chalet de River Plate y fue testigo de aquel diálogo que resolvió el asunto. Anselmo- quien había convertido 1 gol ante los rumanos y otros 2 ante los yugoslavos- se adelantó y dijo: «A mi entender, el centrofoward tiene que ser ´El Manco´. Castro fue titular y figura en la final del 30. Otro fútbol, otros jugadores y otros periodistas también.

Agustín Héctor Castro Rodríguez (29/11/1904-15/09/1960)

Con Uruguay: Debutó el 17/10/1926 vs Chile por la Copa América y jugó su último partido con la celeste el 15/8/1935 por la Copa Juan R. Mignaburu. Totalizó le suma de 23 encuentros y marcó 15 goles.

Campeón de América en 1926 y 1935, campeón olímpico y del mundo en 1928 y campeón de la Copa del Mundo de la FIFA en 1930.

Fue director técnico del combinado nacional en las Copas de América de 1947 y 1959 (edición de abril jugada en Buenos Aires).

fuente de información: auf.org.uy

Trayectoria clubes

Lito 1920-1921, Lito Cuadrado 1922-1923, Nacional 1923-1931, Estudiantes de La Plata 1932-1933, Nacional 1933-1939. También integró el plantel de Bella Vista durante la gira por América que realizaron los papales entre diciembre de 1930 y abril de 1931

Director técnico de Nacional desde 1939 a 1946 (ganador del Quinquenio de Oro entre 1939 y 1943) y de 1952 a 1954.

fuente de información: atilio.uy