
En aquel fútbol glorioso de Uruguay, sin directores técnicos, ni preparadores físicos, sin ayudante del DT y el PF, sin entrenador de goles, sin podólogos, neurólogos, médicos y todos los ayudantes de hoy en día, la selección uruguaya la designaban y entrenaban… ¡Los dirigentes!
En cada ocasión se nombraba una “Comisión de Selección”, integrada por aquellos dirigentes de clubes de primera división que integraban la asamblea de la Asociación Uruguaya de Football, a cuyo cargo quedaba la tarea de elegir los jugadores y armar el equipo.
“La Comisión de selección, ante las renuncias de Héctor Scarone y Manuel Varela para formar en el Sud Americano, ha designado, para reemplazarles, a Villar y Tejera. El primero en carácter de titular y el segundo en el de suplente.
La ausencia de Héctor Scarone del cuadro uruguayo se va a sentir en forma fundamental. Sin desconocer en Villar estimables condiciones, creemos firmemente que nuestra chance pierde evidentemente.
Ahora, cuanto al jugador que reemplaza a Varela y admitiendo que, por cualquier circunstancia, hubiera que llamarle a filas, entendemos que reúne destacadas condiciones y que habría de desempeñarse en brillante forma”.[1]
Domingo Tejera por Manuel Varela
Los aficionados cibernautas que conocen la historia de nuestro fútbol uruguayo glorioso, así como aquellos jóvenes que en puntas de pie se arriban al estudio de los años espectaculares comprendidos entre 1916 y 1954, seguramente “tienen” algo en su mente de Domingo “Mingo” Tejera.
Figura popular y querida en su momento, de espléndido físicos, nació en julio de 1899. Se metió en el “fobal”, como se decía en aquel tiempo, con veinte años en el glorioso y fuerte Montevideo Wanderers, desempeñándose en el puesto de “back” por ambos lados. Integró los plantes de Uruguay campeón en las Copas Américas disputadas en 1920 y 1926, ambas en Chile, participando también sin llegar al título en los torneos de 1922 (Río de Janeiro) y 1927 (Lima). Defendió siempre los colores de Wanderers, hasta 1931 campeón uruguayo en el fin del amateurismo. Al año siguiente jugando en forma amistosa para Sud América, concluyó su carrera. Falleció el 30 de junio de 1969.
Juan José Villar en el lugar del Mago Scarone
El autor de ésta serie de notas exclusivas para tenfield.com debe confesar, cumpliendo con lo que ha sido su búsqueda permanente de la “verdad histórica” del fútbol uruguayo, que no “tenía en el radar”, como dicen ahora, a Juan José Villar. A tal punto llegó nuestra ignorancia sobre este jugador que, cuando junto a Eduardo Gutiérrez Cortinas, realizamos para “El Diario” de la noche el “Diccionario Deportivo del Deporte Uruguayo”, desde sus inicios hasta 1988, no incluimos a Villar.
El autor recurrió a Pablo Veroli, joven historiador con amplia y enorme cantidad de documentos del pasado en su acervo personal, que le han permitido instalarse hoy en la cúspide de los muchachos que aman el fútbol y bucean en las arenas del pasado removiéndolas para sacar a luz tesoros históricos escondidos. De su archivo, Pablo Veroli fue la luz que nos sacó de la ignorancia aportando el siguiente texto que cierra la nota.
“Juan José Villar, entreala[2] de Universal, y no de Belgrano como se ha publicado en un texto, inicialmente fue elegido por la Comisión de Selección para las prácticas del combinado uruguayo que concurriría a la Copa América de Chile de 1920, para cubrir el lugar de Héctor Scarone en la posición de “insider” derecho, como se decía entonces de quienes luego llevarán el n.º 8 en la camiseta. Debe recordarse que los números en los dorsales, aparecieron primero en el fútbol de Inglaterra y oficialmente se impusieron a partir de la Copa del Mundo de Brasil 1950.
Concluidos los entrenamientos Villar quedó en el plantel elegido por la comisión de selección, destinado a ocupar la plaza de entreala derecho por la deserción del Mago Scarone.
Un improvisación y Uruguay campeón de América
Luego de arribar a Viña del Mar para disputar los partidos en Valparaíso, en las pocas prácticas que realizaron titulares enfrentando a los suplementes, los dirigentes que integraban la Comisión de Selección, no quedaron plenamente conformes con lo exhibido por Villar. Fue entonces que resolvieron, algo que en principio aparecía como una solución arriesgada. Más aún si se tenía en cuenta que el debut de los celestes, el domingo 12 de setiembre de 1920, sería enfrentando a los argentinos. ¡El clásico del Río de la Plata, que definiría el título, como siempre ocurrió hasta 1930, se disputó al comienzo del certamen!
Los dirigentes, cambiaron ideas recordando que en el equipo de Nacional donde brillaba Héctor Scarone en la posición de entreala derecho, se desempeñaba a su diestra, formando “el ala” del ataque tricolor, el joven José Pérez, quién integraba el plantel celeste para actuar en la plaza de extrem, futuro n.º 7.
Los dirigentes cambiaron el puesto a José Pérez colocándolo en forma improvisada a jugar ‘de Scarone’, es decir de entreala, en el debut de Uruguay. Reflexionaron pensando que el conocimiento de Pérez del juego de Scarone, podía aportar la solución.
Colocaron en su lugar a otro joven, en la plaza de puntero derecho Pascual Soma, formando ala con José Pérez. El Maestro José Piendibene conducía la línea delantera, con Ángel Romano y Antonio Campolo. El invento funcionó. La línea de ataque no fue modificada en los dos siguientes partidos. Tampoco se tocó la defensa integrada con el golero Juan Legnani, Antonio Urdinarán y Alfredo Foglino; Pascual Ruotta, Alfredo Zibechi y Andrés Ravera.
Uruguayos y argentinos empataron en un gol. Uruguay se consagró campeón de América luego de la citada igualdad en el debut con Argentina (1:1) con gol de Piendibene. Luego los celestes vencieron 6:0 a Brasil. Dos goles de José Pérez, otros dos de Ángel Romano y de penal marcó Antonio Urdinarán.
En el último partido, donde Uruguay obtuvo el título al vencer al dueño de casa, Chile, por 2:1 con anotaciones de Ángel Romano y… ¡de José Pérez!
A quién podríamos definir como el héroe tapado de aquella Copa América de 1920, José Pérez, nació en 1898, se inició en Peñarol participando en el campeonato sudamericano de 1917 en Montevideo, consagrándose también campeón con diecinueve años de edad.
Lamentablemente su rutilante actuación con la camiseta celeste de Uruguay en Chile, significó una de las últimas actuaciones de esa estrella naciente en el fútbol. Falleció en plena juventud el 5 de diciembre de ese mismo año 1920”.

[1] Nuestro efectivo. La Tribuna Popular. Montevideo. 1.º de setiembre de 1920.
[2] Texto escrito por el joven historiador Pablo Veroli, autor de dos libros, uno de ellos tan imprescindibles como necesarios. La vida de Héctor Scarone. El segundo de reciente aparición en las librerías: Los otros: historias nunca contadas y protagonistas desconocidos del fútbol uruguayo (1900 – 1931).